Hoy a partir de las 17 horas en el Auditorio Amarillo del Módulo Norte de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC, se llevará a cabo la Charla “Arquitectura Cooperativa y Comunitaria: experiencias y desafíos de ejercer en el campo popular”, organizada por el Encuentro de Arquitectxs Populares (EAP), un grupo conformado por una treintena de profesionales y estudiantes que trabaja junto a las organizaciones sociales en la urbanización de los barrios populares de la Ciudad de Córdoba.
Según el arquitecto Maximiliano Torchio, integrante del EAP, el encuentro tiene la finalidad de generar una oportunidad para que los estudiantes “conozcan las potencialidades y desafíos de construir el hábitat desde los territorios populares con las organizaciones sociales”. En este sentido, el objetivo del conversatorio radicará en compartir posicionamientos técnicos y políticos de la arquitectura comunitaria, y acercar las experiencias de las organizaciones sociales barriales al ámbito universitario, con el fin de que sean los propios habitantes de los barrios populares quienes puedan narrar los procesos sociales y luchas que se han llevado a cabo para que la urbanización de sus barriadas sea hoy una realidad tangible.
Sin embargo, ahora que hace un tiempo vienen trabajando con cooperativas, centros vecinales y organizaciones sociales, han construido lo que entienden como “una alternativa de trabajo que antes no existía. Entonces también vamos a compartir nuestras experiencias, para brindar un primer acercamiento a un ámbito de un aula y a partir de eso generar charlas, generar encuentros y proyectar esta otra arquitectura posible en la universidad y en los territorios”, define Maximiliano.
Aunque no seamos conscientes del todo, la arquitectura está omnipresente en nuestras vidas. Habitamos ciudades que han sido previamente pensadas, dibujadas, planificadas y puestas en marcha, las cuales han mutado con los años, los procesos sociales y políticos. Pocos son los espacios que escapan a esta regla. La historia social, la memoria colectiva y hasta la imaginación y las disputas de sentidos políticos están impresos en nuestra diaria rutina de habitar las densidades materiales y urbanas.
Sin embargo, a decir del reconocido arquitecto catamarqueño, Florentino Palacios, “las ciudades crecen desmesuradamente con un mero criterio utilitario de habitar, sin la construcción de hábitat de vida con calidad; se prioriza la construcción ininterrumpida de objetos arquitectónicos sin espacios suficientes para el desarrollo del ocio creativo, recreativo, productivo, científico, cultural y de integración social”.
Para Palacios, la pandemia de Covid-19 puso en evidencia (entre otras cuestiones) la “criticidad del hábitat frente a la concepción arquitectónica tradicional”. En otra palabras, el autor sostiene que la fragilidad del paisaje está expuesta a toda luz, es decir, en términos físicos, sociales, culturales, ambientales. En sintonía con esto último, Maximiliano sostiene que desde la arquitectura hay una salida colectiva y eficaz ante tanto desborde económico y social: la arquitectura comunitaria y popular.
En este sentido, cabe preguntarse: ¿Nos reconocemos en la arquitectura que nos rodea y moldea nuestras percepciones? ¿Nuestras realidades entran en los planos oficiales? ¿Para cada necesidad hay una arquitectura? ¿La arquitectura tradicional nos contiene en un presente signado por múltiples crisis?
En las barriadas populares la arquitectura presente suele ser precaria, estar mal planificada o inexistente. Falta de espacios de encuentro, déficit habitacional, pésimas conexiones cloacales, energéticas, hídricas, fragmentación de los suelos, son algunos de los problemas más comunes. Sin embargo, desde hace un año y medio, la política de urbanización de los barrios populares llevada a cabo por la Secretaria de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo Social de Nación comenzó a ser una realidad, articulando al Estado con profesionales académicos y cooperativas y organizaciones barriales.
El EAP nació gracias a esta convocatoria y política específica. En palabras de Maximiliano: “esta oportunidad nos fue reuniendo, nos fuimos encontrando distintos arquitectos dentro de los espacios comunitarios, dejando nuestros trabajos en empresas privadas donde hacíamos otro tipo de arquitectura. (...) Acá fuimos ganando experiencia y compartiendo las problemáticas que nos traía a nosotros como técnicos y técnicas abordar estas nuevas políticas en territorio”.
El “Programa Argentina Unida por la Integración de los Barrios Populares” tiene como objetivo principal el financiamiento de proyectos para la formulación, elaboración e implementación de Proyectos de Integración Socio Urbana para los barrios inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP) y la ejecución de Proyectos de Obras Tempranas. Las obras a realizarse en estos territorios deben adjudicarse en un 25% como mínimo, a las cooperativas de trabajo u otros grupos asociativos de la economía popular integradas, preferentemente, por los vecinos y vecinas de los barrios.
Planificación y ejecución de núcleos húmedos, arbolados, espacios comunitarios, veredas e instalaciones intradomiciliarios de agua y electricidad, son algunas de las actividades que realizan en los siguientes barrios junto a organizaciones como La Poderosa, el Encuentro de Organizaciones (EO), la Federación de Organizaciones de Base (FOB), FOB, y EO: El Milagro, Las Tablitas, Villa Cornú, Pueblos Unidos, La Ribera, Bajada San José, Villa del Parque, Yapeyú, 12 de Septiembre, entre otros.
“En la mayoría de los casos las obras que realizamos desde las cooperativas son mejores que las obras donde se contrata a privados. Hemos demostrado en este transcurso la posibilidad y capacidad de abordar las mismas obras, incluso con resultados muchos mejores”, afirma Torchio.
Las obras se piensan y se ejecutan según lo van discutiendo las y los arquitectos junto a las y los albañiles del mismo barrio, lo que a entender del entrevistado es lo más importante, ya que ello garantiza condiciones de durabilidad, buen uso y cuidado, “algo que no sucede cuando ejecutan las obras las empresa privadas que no tienen intereses genuinos en las barriadas”.
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