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CON USURPACIÓN Y DESMONTE SE CONTINÚA PRESIONANDO A UNA FAMILIA ORIGINARIA EN SALSIPUEDES
La familia Espíndola vive hace generaciones en lo que ahora se conoce como Villa Las Selvas, cerca de Salsipuedes. Desde mediados de septiembre es amenazada y hostigada por un “grupo de ambientalistas” que irrumpieron en el territorio invadiendo las tierras familiares: apropiándose de los terrenos, cortandoles los alambres, talando el monte e incendiando árboles aledaños, con la intención de desalojar a la familia de sus tierras. A pesar de las denuncias realizadas por lxs damnificadxs y las manifestaciones de diversos colectivos la justicia continúa sin intervenir.
Por Matías Morano para Enfant Terrible.
La familia Espíndola, descendiente de pueblos originarios, denunció que sufrieron la usurpación de los terrenos en donde viven desde hace más de 30 años, ubicado en Villa Las Selvas, al oeste de Salsipuedes. Según la familia, el grupo de personas que irrumpieron en sus terrenos, fueron traídxs por la propietaria de uno de los terrenos colindantes. Desde el 14 de septiembre los abusos ejercidos se fueron incrementando: desde la usurpación y el desmonte hasta los incendios intencionados, que como prácticas violentas hacen peligrar los medios de subsistencia básica con que cuenta la familia, y como amenazas y hostigamientos, generan miedo e incertidumbre en su vivir y existir.
“Estas gentes vinieron, me rompieron y me cortaron todo el alambre. Eso es lo que quieren hacer ellos, que uno se sienta mal. Desde que han llegado ellos, ya no se puede vivir más en paz. Yo tengo mis animales ahí, y me los sueltan”, nos cuenta Sergio Espíndola, de la comunidad Canchira, y agrega: "En el lote 1 vive una señora. Esa señora ha traído gente y se han metido en el lote 2 y 3”, denunciado además: “Ahora han agarrado árboles y cortado todo. Según ellos son de una agrupación que quieren cuidar árboles".
Ya pasaron más de tres semanas desde que lxs denunciadxs invadieron las tierras de la familia, comenzando inmediatamente a desmontar el lugar y pretendiendo mediante amenazas y hostigamientos que la familia abandone su vivienda, su territorio, mientras la justicia no se hace presente.
Laura Misetich, vecina de la familia, señala que lxs usurpadorxs "rompieron alambres, quitaron postes y carteles que tenía puesto la familia Espíndola", además de denunciar que prendieron fuego en el terreno durante esta época de incendios.
Natalia Bilbao, abogada civil de la familia, explicó a Cba24n que la familia sufre presiones por el terreno desde hace años y que las denuncias ya están presentadas ante la justicia, siendo este "un plan para desapoderar a esta familia de los pocos recursos de subsistencia que tienen".
Hay paradigmas coloniales en las prácticas y sentidos de muchos, sin embargo, esta vez contaron con cuerpos frenando y resistiendo. La usurpación, el desalojo, el hostigamiento y el desmonte continúa avasallando los derechos de las familias indígenas, campesinas, en mano de hermanxs del colonialismo interno. “Las organizaciones y los colectivos nos debemos una seria puesta a punto de cómo habitar los territorios y desbanalizar los prejuicios que se cargan hacia los nativos, serranos y originarios”, comenta Laura Misetich.
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