Centros Vecinales: semilla de organización y termómetro social

Frente a la desmovilización y la antipolítica, los Centros Vecinales emergen en la Córdoba popular y luchadora como espacios de organización colectiva frente a la crudeza de la realidad. Hablamos con los recién elegidos presidentes de los Centros Vecinales de Güemes y Alberdi.

En una de sus canciones, el cantautor y escritor catalán Albert Pla asevera: “… te desorganizas y… primero se te va el corazón, pero luego se te van los riñones, o el hígado, o cualquier otro órgano…”. La importancia elemental de organizarse. A fin de pensar en torno a la organización social en Córdoba, indagamos el caso de los Centros Vecinales, poco después de la renovación de autoridades en los barrios de la ciudad.


La ordenanza N° 10713 del año 2004 regula el funcionamiento de los centros vecinales y reglamenta el rol de estas instituciones. Según esta normativa se establecen 18 funciones principales, entre las que se destacan: “Promover el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo local” y “Estimular la participación cívica, democrática, solidaria y de integración de los vecinos”. También establece la posibilidad de: “Participar (…) en la elaboración y realización de programas de progreso para el barrio, basados en la autogestión de los vecinos” y “Participar en la administración y realización de obras que se hagan por contribución por mejoras de vecinos frentistas mediante los mecanismos legales previstos”.


Otro rol central de los Centros, es ser un puente entre la Municipalidad de Córdoba y quienes viven en cada barrio de la ciudad. En ese sentido, se expresa como funciones de estas instituciones: “Convenir acciones con el gobierno municipal, y participar de su gestión mediante la presentación de peticiones, inquietudes y sugerencias” y ““Participar en el control de servicios públicos municipales de su jurisdicción a requerimiento de la autoridad municipal”.

Esto explica en parte el interés que despiertan las elecciones en estos espacios. Un termómetro social, un indicador electoral

A lo largo de seis jornadas electorales, que arrancaron a fines de julio, casi 70.000 personas participaron de la renovación de autoridades, lo cual habla de un caudal para nada despreciable de votos. De todas estas elecciones, en 133 oportunidades se presentaron diferentes listas competidoras, mientras que en 173 casos se presentaron solo listas únicas. Quizás algunas experiencias concretas nos permitan conocer mejor este fenómeno.

Dos casos representativos: Güemes y Alberdi

A Leandro Cejas Parcero le dicen “El Chango”. Es licenciado en psicología con especialidad en adicciones y consumos problemáticos. Vive hace 21 años en Güemes y acaba de ser electo presidente del centro vecinal. La lista que encabezó, “Somos Güemes”, fue elegida frente a otras dos opciones.

"Queremos recolectar las inquietudes, incertidumbres y problemas de la gente. Abordar el tema de las cloacas, la iluminación y la seguridad”. El chango reconoce que para todo eso, contar con un espacio físico es fundamental. Por otra parte destaca que un tema destacado para trabajar será el negocio inmobiliario y la gentrificación considerando que:

“Güemes está sufriendo la presión inmobiliaria. La gente de antaño, con raíces, con cultura, la que le da identidad al barrio se está yendo. Se tienen que ir porque no les queda otra. Por ejemplo: ¿Qué va a pasar con el corredor de Güemes, con Encausados, con la Feria de Artesanos de Güemes? Es importante que podamos tener una gestión capaz de pararse con firmeza, recolectando la opinión de los vecinos”

Otro ejemplo de esta puja es el “Pocito” sitio que se erige sobre calle Vélez Sarsfield y que sufrió el desalojo del histórico asentamiento con ese nombre. Sobre este caso, afirmó: “Hubo una gran oportunidad de construir un espacio verde en el desarrollo urbanístico del Pocito. Ahí se podría haber construido un espacio verde hermoso de fluido entre Güemes y Nueva Córdoba. Sin embargo, se eligió hacer torres inmensas con un paredón”.

Vanesa Ullúa es la presidenta electa del Centro Vecinal de Alberdi. Es parte del espacio “Pueblo Alberdi”, organización que encabezó las últimas dos gestiones y venció en estos últimos comicios a una lista opositora de perfil macrista. Ullúa coincide en que su gestión también tendrá grandes desafíos, donde la presión del negocio inmobiliario será un tema central y destacó los casos del Pasaje Aguaducho, el Pasaje Verna y las casonas que, según sus palabras, “hacen a la identidad del barrio”.

“En Alberdi está habiendo un importante avance del desarrollismo inmobiliario que atenta contra la esencia patrimonial, histórica y cultural que tenemos"

Asimismo, destacó que "se están creando polos gastronómicos y turísticos en grandes en barrios como Alberdi (cercanos al centro), esto hace que no se garanticen derechos básicos como se vio en temas de salud (con el estallido de los cloacas del año pasado) o el tema de la vivienda para quienes alquilamos históricamente acá y nos tenemos que ir porque la propiedad y los alquileres no paran de aumentar”.

A diferencia de Güemes donde existía una gestión de opuesto signo político (parte de la alianza Juntos por el Cambio), en Alberdi se reconoce una experiencia sobre la cual apoyarse ya que, “en las últimas dos gestiones el Centro Vecinal estuvo afuera, en la calle, en el barrio, habitando el espacio público y proyectándolo desde la visión de los vecinos y las vecinas, teniendo en cuenta los derechos sociales más básicos”.

En este sentido, remarca dos ejes centrales proyectados para su próxima gestión: “En primer lugar, la continuidad de lo que se viene haciendo. En segundo lugar, dar la disputa de sentido como por ejemplo en relación a quienes piensan y proyectan los barrios, y como se piensan estos”.

Una espacio para la participación popular

La presencia institucional de los CV en la vida cotidiana de la gente que vive en cada barrio, posiblemente sea un indicio para entender el involucramiento de personas que quizás no se comprometerían con la cosa pública en otro tipo de espacios. La cercanía parece ser un aliciente en medio de la crisis de representación que se está volviendo a experimentar intensamente en gran parte de la sociedad.


Es innegable que una “sensación” de desconfianza hacia las estructuras tradicionales de organización y representación política está ganando terreno. Esto, sumado a la situación económica de las mayorías populares, son obstáculos para la participación social y popular. A propósito de esta situación Ullúa destaca que:

“Existe un no querer participar de algunas organizaciones territoriales o políticas. Hay poca participación y una crisis económica complicada en donde la gente tiene que laburar muchas horas o tener más de un trabajo”.

Al mismo tiempo, la amplia gama de funciones asignadas a los Centros Vecinales brinda un paraguas que habilita la acción e intervención en múltiples planos y situaciones. De allí que se identifique a este espacio como un lugar potable para el encuentro y la resolución de ciertos problemas barriales. Cejas Parcero, dice al respecto que:

“La participación en los CV es muy importante. Por eso luchamos por asumir una gestión con toda la responsabilidad de lo que eso implica. Es importante que los vecinos tengan alguien que los represente de manera democrática y que defienda sus intereses”

Por su parte, Ullúa también plantea la importancia de la participación en el CV: “Es muy importante saber cómo queremos que sea nuestro barrio, en donde vivimos, en donde habitamos todos los días. Por eso, la participación vecinal es lo más importante de un CV”. Para ella se necesita organización popular ya que “Hay dos proyectos. Uno más centrado en los intereses económicos y otro en garantizar los derechos de los vecinos y las vecinas que viven en el barrio”.

Destaca la alta participación actual que se da en su barrio a pesar del contexto complicado en el que se vive. Para finalizar, “El Chango” comenta que en definitiva lo que se busca es que: “Güemes empiece a tener una calidad de vida mejor que es lo más importante”. Muy en sintonía, Ullúa afirmó: “… la idea es ir trabajando en pos de garantizar los derechos de los vecinos y vecinas”.

Las realidades de Güemes y Alberdi poseen muchos puntos en común. indudablemente existen conexiones entre las problemáticas de diversas zonas de la ciudad. Por eso, también, los desafíos de quienes habitan los múltiples barrios y apuestan a los Centros como herramienta de organización barrial para encontrar oluciones comunes, tienen similitudes. Los CV parecen ser una vía posible para cumplir con aquel lema en el que insiste la canción de Albert Plá citada al comienzo: “Hay que organizarse, hay que organizarse”.

Sociólogo. Doctorando en antropología. Investigando sobre "rock, sociología y política" y "estudios del trabajo", centralmente en relación a la economía popular. Militante popular.

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