Agustina Tolosa: cronología de otra injusticia contra la vida campesina

Hace unos días se llevó a cabo el desalojo de Agustina Tolosa, mujer campesina de 70 años que desde hace décadas habitaba el barrio El Talita, en Salsipuedes. Realizamos un recorrido por la historia de este conflicto hasta un presente abierto, donde no hay garantías establecidas para que Agustina y su familia puedan vivir en paz.

Agustina Tolosa es una mujer campesina de 70 años fue desalojada de su casa esta semana por la policía de Córdoba. Hace 23 años vivía en barrio El Talita, localidad de Salsipuedes en una propiedad de cuatro hectáreas. Antes, Agustina tenía su casa en barrio Villa Sol, pero las viviendas estaban muy pegadas entre sí y el espacio para poder criar a sus animales comenzó a achicarse.

En aquel entonces, el ex intendente Facundo Torres (PJ) le otorgó en préstamo una nueva propiedad para que pudiera tener suficiente lugar para sus cerdos, conejos, gansos, patos, gallinas y codornices. En el año 2000 Agustina realizó los papeles de posesión para habitar las tierras cedidas por la Municipalidad, levantando las paredes con sus propias manos, instalando los servicios (luz, agua) y pagando los impuestos correspondientes.

Antes de hacerse efectiva la instalación de Agustina había otras escrituras a nombre Juvenal Cardozo. Si bien finalmente las tierras quedaron en manos de Agustina y después que Cardozo falleciera, Agustina solicitó que desarchivaran la escritura, lo cual se hizo efectivo.

Una Justicia injusta

Sin embargo en el año 2014, el hijo de Juvenal, Jesús Cardozo, inició un proceso judicial alegando que tenía las escrituras de la propiedad y buscaba apropiarse. Aquí comienza una estafa legal hacia Agustina, ya que hablamos de una persona mayor, con recursos mínimos de subsistencia y discapacidad auditiva, que vive en una zona rural alejada de los juzgados y cuya presencia en su hogar es indispensable para cuidar la propiedad.

Contraria a la versión de Cardozo, según relató Agustina en una nota para Noticias Sierras Chicas:

“he ido a catastro en Jesús María, han visto hojas de ruta que no hay ningún heredero, nada, que sea dueño de este campo”

Un paréntesis importante es que en febrero del año 2015, la hija de Agustina es damnificada por la Provincia debido a las inundaciones ocurridas ese año que destruyeron su hogar. Entonces, junto a su nieto comienzan a levantar la casa frente a la de Agustina. Por lo tanto, el actual conflicto también les involucra.

En 2018, el juez a cargo del proceso que inicia Cardozo envió a Agustina una orden de desalojo. Si bien ella fue asesorada por un profesional del Estado, no hubo un adecuado acompañamiento que le permitiera a Agustina encarar el proceso judicial debidamente, por lo que termina negándose a firmar la orden. También la citaron a declarar, pero no se hizo presente por distintos motivos. Sin atender a las particularidades del caso y la situación de Agustina, el juez a cargo la consideró en Rebeldía y continuó la intención de desalojarla.

A partir de aquí comienzan a organizarse tanto vecinos y vecinas como organizaciones que conforman la Asamblea en Defensa de Agustina, quienes organizan distintas acciones para visibilizar el caso y frenar el desalojo a través de la presión colectiva.

En septiembre de este año se negocia un acuerdo entre las partes en conflicto, que desemboca en un comodato el cual es firmado por Agustina, con conocimiento del legislador Carlos Presas (HxC), representantes del PAMI, el párroco del pueblo e integrantes de Agronomía de la Provincia, quienes también se comprometen en el caso para agilizar la construcción de corrales para los animales.

Si bien existen algunas rispideces en esta nueva propuesta, ya que por ejemplo la propiedad original contiene 4 hectáreas y la que se ofrecía ahora solo 900 mts cuatros, se trataba de una solución habitacional para Agustina. Además, el desalojo se posponía por 90 días hasta cumplirse lo plasmado en el nuevo acuerdo.

A días de cumplirse el plazo de prórroga pautado, ni siquiera los corrales para los animales estaban terminados, mucho menos la casa prometida para Agustina que todavía se encuentra en etapa de cimientos. Por este motivo, desde la Asamblea recurrieron de urgencia a legisladoras del Frente de Izquierda (Laura Vilches, Liliana Olivero, Cintia Frencia) quienes solicitaron una audiencia con el municipio de Salsipuedes y el intendente Rubén Bustos, el cual se comprometió a hacer lo posible por cumplir lo acordado.

Durante la audiencia también se consignó que Agustina ha sido agredida en este último tiempo, con ruidos a la noche, disparos al aire, roturas de alambres y también de vidrios de autos pertenecientes a quienes la visitaban para acompañarla.

Desalojo, improlijidad y violencia

Cumplidos los días y no así los compromisos, el pasado martes por la mañana durante fuertes lluvias se llevó a cabo el desalojo de Agustina. Desde un principio hubo gran presencia policial estando incluso el comisario, no así personal de salud o veterinario, ni tampoco se hizo presente nadie de Municipalidad.

Según el relato de un vecino a este medio, durante el desalojo se vio “una escena patética”:

“un juez cargando muebles, persiguiendo animales, tratando de agarrar gallinas, gansos, con tal de que se termine la cosa”

En el medio hubo forcejeos, ya que Agustina se negaba a que trasladasen sus pertenencias lejos de su propiedad, por lo que el personal policial la empujó y tomó del brazo con fuerza, dejándole moretones. La exposición a la tensión desembocó en que Agustina se descompensara y debiera ser trasladada a una unidad sanitaria (en un auto particular, ya que la ambulancia llegó a la hora).

El abandono de Agustina

Lejos de acabarse, el proceso continúa hasta tanto no haya una solución para Agustina, su hija y su nieto. En estos momentos se encuentran en la habitación de un vivero municipal, junto con su hija, su nieto, sus pertenencias y animales (aunque algunos murieron durante el traslado).

De acuerdo a un artículo del comodato, en caso de que sucediera el vencimiento de los 90 días, la Municipalidad garantizaría que la familia no quedara en la calle. Sin embargo, el espacio donde se encuentran, no cuenta con condiciones mínimas de habitabilidad y aquí deben permanecer 60 días hasta que le otorguen una solución acorde.

Desde la Asamblea expresaron que tampoco hay certezas si la nueva vivienda de Agustina estará en las condiciones adecuadas para ser habitada. Por eso se encuentran realizando un seguimiento hasta que se garantice lo acordado y la campesina y sus familiares puedan continuar viviendo en tranquilidad. Lo cierto es que este camino tampoco queda sencillo, ya que se necesitan recursos económicos y persistencia hasta que los trámites burocráticos asienten la posesión de Agustina sobre la nueva propiedad.

Crónica realizada en colaboración con vecines de la Asamblea en Defensa de Agustina.

Foto de portada: La Tinta y Enfant Terrible para Prensa Comunitaria de Córdoba

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