103 años de la Reforma: los dolores que nos quedan son los procesamientos que nos sobran

A 103 años de la Reforma nos quedan más dolores que libertades. En la Córdoba redimida de 1918 vuelve a ondear la bandera del Vaticano como símbolo de triunfo final contra los reformistas que escribieron el Manifiesto Liminar y tomaron las facultades reivindicando una "hora americana". Estamos a las puertas de un juicio oral que llevará a 27 compañerxs de la UNC ante un tribunal federal penal por defender la educación pública, gratuita, laica y universal.

Se cumplen 103 años desde la Reforma Universitaria que hizo resonar el eco de sus reivindicaciones y consignas vanguardistas en Argentina y en toda Latinoamérica. La autonomía, la democratización y laicización de la educación universitaria marcaron el pulso entre un puñado de estudiantes con convicciones y el gobierno de Hipólito Yrigoyen.

El 15 de junio de 1918 es la fecha simbólica, donde se recuerda al estudiantado reformista nucleado en la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), que irrumpió en ese la entonces sede del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en medio de las elecciones que daban una vez más como ganador al bando ultraconservador y alineado con la Iglesia Católica compuesto por la lista de Corda Frates y encabezada por Antonio Nores Martínez.

Con el edificio ocupado por miles de estudiantes y trabajadorxs, tuvo lugar la histórica plantada de bandera en la actual Facultad de Derecho (UNC) y se declaró la huelga general, exigiendo la renuncia de Nores y llamando a elecciones realmente democráticas. La respuesta fue un interminable despliegue policial contra el cual lxs estudiantes resistieron, sin ceder su posición material ni ideológica.

El 9 de septiembre las Fuerzas Armadas intervinieron la provincia para quebrar la resistencia estudiantl, bajo las órdenes del rectorado y el Gobierno radical. Aquí se registraron las desobedientes miradas de lxs estudiantes que eran llevados detenidos, pero no derrotados. Yrigoyen finalmente cedió a las exigencias que estaban redactadas en el histórico Manifiesto Liminar, escrito por Deodoro Roca.

 "Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana".

Fragmento Manifiesto Liminar

De los dolores que nos quedan

Ahora vayamos a 2018. En el contexto del avance privatista y desfinanciador de la educación que significó macrismo, donde la educación y la investigación científica públicas corrían -y aún corren- peligro. La reacción fue una revuelta estudiantil a nivel nacional, que en Córdoba tuvo como resultado la ocupación de siete facultades y el Pabellón Argentina y otras 51 facutaldes en todo el país. Una verdadera rebelión estudiantil.

Miles de estudiantes, una vez más, se pusieron al hombro los reclamos de docentes, no docentes e investigadores de todos los ámbitos, con organización asamblearia, clases abiertas y movilizaciones masivas, ¿el resultado? Veintisiete (27) estudiantes procesadxs por "usurpación de la propiedad privada". Una causa planificada en el despacho del vicerrector Pedro Yanzi Ferreyra, sostenida por los medios hegemónicos de comunicación y apañada en los despachos de la fiscalía general, cuyo titular es el polémico fiscal federal Maximiliano Hairabedián, que resolvió elevar la causa a juicio oral ratificando su compromiso de criminalizar el derecho a la protesta y sentar un siniestro precedente.

"Los dolores que nos quedan, son las que nos faltan" es una frase que cobra vigencia hoy más que nunca. Las libertades que nos faltan están reflejadas en la todavía flameante bandera del Estado del Vaticano, que se reluce como una burla de la historia frente al monumento ubicado en el Boulevard de la Reforma.

Les invitamos a revivir la revuelta estudiantil de 2018 en nuestro documental "Pabellón Tomado" a 103 años de la Reforma Universitaria de 1918.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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