La solidaridad comunitaria, vital ante los incendios en la Patagonia

Enfant dialogó con Melí Leguizamón Rodríguez, vecina de Lago Puelo, nutricionista y voluntaria en los incendios que afectan al lugar donde vive.

La Patagonia sigue ardiendo y los responsables políticos de la situación parecen estar en Narnia: Javier Milei discute con Cavallo, Patricia Bullrich, a cargo del Manejo del Fuego, promete PROCEAR a gendarmes que protestan por mejores sueldos, y Daniel Scioli, secretario de Ambiente, juega al pádel.

El territorio quemado en la Patagonia casi se duplicó desde la última nota en este medio. Ya son más de 37 mil las hectáreas arrasadas por los incendios y 700 las familias evacuadas en las localidades afectadas.

En el Parque Nacional Nahuel Huapi (ubicado entre Neuquén y Río Negro) se consumieron unas 10.200 hectáreas. En el Parque Nacional Lanín (Neuquén) unas 15.200 hectáreas. En El Bolsón (Río Negro), la superficie quemada asciende a 3.612 hectáreas. En Epuyén (Chubut) el fuego está contenido, pero se llevó 3.530 hectáreas, incluyendo 70 viviendas. Sigue activo el foco en la zona rural de Atilio Viglione (Chubut), donde ya se quemaron 4.396 hectáreas.

Enfant dialogó con Melí Leguizamón Rodríguez, quien nació y vive en la Comarca Andina, en Lago Puelo. Ella es nutricionista y voluntaria en los incendios que afectan al lugar donde vive. Conversamos sobre la solidaridad comunitaria, las causas e intereses detrás del fuego y la presencia problemática del Estado.
“Está muy desmantelado el aparato estatal para la prevención y manejo del fuego. Le han sacado mucho presupuesto a ese servicio a nivel nacional. Entonces no es suficiente. Es una de las políticas que a nivel nacional se han desmantelado y tiene un impacto muy directo en lo que pasa después en los territorios”, denuncia.

Solidaridad, agua en el infierno

En el país donde funcionarios y dirigentes se pasean por canales de televisión, sin siquiera nombrar la catastrófica situación que en estos momentos atraviesan tanto la Patagonia como Corrientes -donde el fuego ya consumió 250 mil hectáreas-, la solidaridad de vecinos, brigadistas y bomberos, reduce daños que podrían ser aún más desvastadores.

La situación para los pobladores de la Comarca no es nueva. Los incendios en su región azotan, con variable intensidad, todos los años. Este año, ante la escasa ejecución de los fondos del Manejo del Fuego por parte del Gobierno Nacional, emergieron con más fuerza la autogestión y las redes solidarias.

En palabras de Melí, “más de la mitad de las personas (alrededor de 300) que están combatiendo el incendio en Mallín Ahogado (El Bolsón) son de brigadas autogestivas que nacieron en los últimos años. Hemos aprendido a que cada verano esa red solidaria tiene que estar reactivada, siempre en estado de alerta porque vienen habiendo incendios todos los años”, advierte.

La joven nutricionista no integra una brigada, como sí muchas de sus amistades, pero participa como voluntaria en los lugares que se usan de base para la cocina, la enfermería y la provisión de medicamentos y alimentos.

“Son muchas las personas que, por un lado, están batallando directamente el fuego y, por el otro, toda una red solidaria muy grande que desde abajo hace todo lo posible para que quienes están arriba (en los bosques montañosos) puedan seguir”.

Universidades, clubes, centros culturales, locales de organizaciones sociales y viviendas particulares son los espacios que las comunidades de las localidades de la Comarca Andina ponen a disposición como bases operativas en medio de la catástrofe. Son los propios vecinos quienes preparan viandas, buscan nafta para las bombas de agua, disponen de sus vehículos y herramientas, compran medicinas y reciben a otros vecinos y animales damnificados por el fuego. Superviviencia comunitaria al extremo ante la ausencia benefactora del Estado. Vital para la reducción de daños en un contexto al que entienden como una avanzada de los diversos intereses que hay detrás del fuego.

“Por un lado, sentís mucha desesperación de mirar y ver el fuego. Yo, acá, desde mi casa, veo el fuego. Veo el humo. Estamos respirando humo todo el tiempo. Es muy desesperante saber que se le quemó la casa a un montón de amigos. Es un lugar donde yo nací y me crié. Son hectáreas de bosque nativo, más allá del ser humano. Es bosque milenario. La cantidad de animales que se han muerto, también, es como muy doloroso. Y a la vez, hay esperanza con esto comunitario que se activa tan rápido”, describe Melí.

La solidaridad comunitaria trasciende la Comarca Andina. En contacto con Enfant, Ana, vecina de San Martín de los Andes, localidad cercana al Parque Nacional Lanín, expresó: “Gente que hasta ahora había estado quizás retirada de las problemáticas de las comunidades mapuches, hoy espontáneamente sienten necesidad de ayudar”.

Pueblo Mapuche, carne de cañón

En la última semana, los gobiernos provinciales de Neuquén, Chubut y Río Negro, casi al unísono, le exigieron a sus poderes judiciales la pronta individualización de responsabilidades sobre los incendios. Acto seguido, despotricaron contra las comunidades mapuches, a las que consideran “terroristas del fuego”, según los dichos del gobernador de Chubut, Ignacio Torres (PRO). La definición fue compartida entre los gobernadores de las provincias mencionadas.

La semana pasada, seis voluntarios fueron detenidos y luego liberados en Chubut. Lo mismo sucedió con tres brigadistas en Río Negro. Uno de ellos todavía está detenido y se le imputan delitos de entre 3 y 7 años de prisión.

Ante la exigencia de pronta liberación por parte de familiares y vecinos en la comisaría de El Bolsón, patotas parapoliciales -que según los vecinos responden a las órdenes de Joe Lewis, magnate dueño de grandes territorios en la zona-, decidieron agredir a los vecinos con aval de la cuestionada policía rionegrina.

Ayer, la Policía de Chubut allanó comunidades originarias como el Lof Catriman Colihueque, Lof Nahuelpan y distintos domicilios particulares en Esquel. En la localidad de El Maitén, los agentes allanaron el Lof Cañio y la Radio Comunitaria Mapuche Petü Mongueleiñ.

Están allanando comunidades mapuche de la zona cordillerana y vecinos muy amigos y conocidos por todos. El gobierno nacional y provincial son responsables de ocultar y viabilizar los negociados y las verdaderas intenciones en los territorios tras los incendios, y de acusar falsamente a quienes los defendemos”, denunciaron desde la radio indígena.

La radio luego del desalojo, un atentado contra la libertad de expresión.

El Estado se hace presente en la zona con la militarización del territorio afectado, la criminalización y difamación sobre brigadistas voluntarios y comuneros mapuches, y la impunidad para los empresarios terratenientes de la zona, quienes en palabras de la entrevistada, buscan apoderarse de los territorios quemados.

Foto de portada: A quien le corresponda.

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