Calor extremo: como si no quedara bosque nativo

El Servicio Metereológico Nacional anticipó la llegada de una ola de calor extremo cuyas temperaturas máximas podrían superar los 42º. En redes sociales se difundió ampliamente la consigna "No es calor, es desmonte". Mientras crecen los discursos que naturalizan las altas temperaturas los datos hablan por si mismos: a mayor desmonte, incendios y especulación mayor temperatura y emisiones de gases de efecto invernadero.

Desde la semana pasada el Servicio Meteorológico Nacional lanzó varias alertas sobre la llegada de una ola de calor extremo en todo el territorio argentino. Según el reporte del SMN las temperaturas alcanzarán máximas de 42º, e incluso podrían superar esa barrera en las provincias del centro del país como Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, donde se registraron hasta 44,2º la semana pasada. Durante esta semana Argentina será el punto más caliente del planeta.

La llegada de este aumento extremo de las temperaturas vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el cambio climático. Algunas voces insisten en negar este fenómeno atribuyendo las altas temperaturas a meras fluctuaciones estacionarias como el diputado ultraliberal Javier Milei. Por otro lado, las redes sociales reflejaron una amplia reacción al negacionismo viralizando la consigna "No es calor, es desmonte".

Según el investigador de la Fundación REFUGIO, Andrés Leake "Esta consigna tiene sustento científico, ya que la deforestación contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero." En este sentido, no resulta llamativo observar que las zonas que mayor temperaturas registraron, sean aquellas que mayor desmonte y - en consecuencia- mayor producción agrícola registran: Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe.

Un estudio de la Universidad de Duke, California demostró que la perdida de la cobertura boscosas en zonas tropicales, como ser la Amazonia -en donde enormes franjas de la selva fueron deforestadas en los últimos 15 o 20 años-, las tardes pueden ser hasta 10 grados centígrados más cálidas que las regiones boscosas.

Además del impacto en la vida cotidiana donde arrecian golpes de calor, lipotimias y deshidratación, el cambio climático también tiene un fuerte impacto sobre la economía. Según el Banco Mundial, en Argentina las altas temperaturas comportan un riesgo para los trabajos al aire libre, ya que:

"En la medida que aumente el calentamiento global, en los lugares tropicales que ya están al borde de ser demasiado cálidos y húmedos para trabajar de manera segura debido al cambio climático, la deforestación puede empujarlos al límite en entornos de trabajo aún más insalubres e inseguros".

Incendios y desmonte ilegal con la anuencia del Estado

En Córdoba la situación alcanza cifras y dimensiones dramáticas. Según datos de la Policía Ambiental solo en 2020 el desmonte ilegal de Bosque Nativo arrasó con casi 5000 hectáreas protegidas y consideradas "zona roja" (de absoluta exclusión para el desmonte). En consecuencia, Córdoba prácticamente no tiene bosque nativo.

Otro grave flagelo para el suelo argentino y el ecosistema autóctono en todo el territorio han sido -y son- los incendios forestales fuera de control. La semana pasada 11 provincias registraron graves incendios forestales. Entre enero y agosto del 2021 se quemaron 135.162 hectáreas, ubicadas fundamentalmente en Córdoba, Entre Ríos y San Luis. Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible "el 95% de los incendios son son causados por la actividad humana de manera negligente o intencional lo que permite que las quemas se transformen en incendios."

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