José Sbarra fue un poeta, escritor, dramaturgo y célebre drogadicto argentino. La reseña que viene a continuación es un homenaje a un gran — y a veces inexplicablemente olvidado — autor.
Para hablar de la escritura de Sbarra primero hay que hablar de José Sbarra: Nació un 15 de julio de 1950 en Buenos Aires, escribió libros infantiles para la editorial Billiken durante años. También fue guionista de televisión, dramaturgo, aunque sus inclinaciones poéticas, tóxicas, y delirantes lo llevarían pronto a uno de los aspectos mas interesantes de su vida: la prostitución, hecho que sin duda marca su obra.
Se prostituyó con hombres y mujeres hasta los 25 años, llevaba a cabo según su propio “currículum” varios servicios especiales como el sadismo, la urolagnia, entre otros. Este tipo de practicas le otorgaba una clientela diversa y de lo más variopinta, en el vetusto y conservador Buenos Aires de la época.
Según sus palabras hacía todo eso porque era escritor, así lo de lapidario lo cuenta en una entrevista con Enrique Symns:” Para mí la escritura no es algo limpio, letrado, dotado de buenos refranes. Para mí ser escritor no es Piglia, escritores son tipos como Symns que no viven de nada. Para mí la vida siempre se dividió en drogas, sexo y literatura. Aunque te parezca raro, leer y escribir son dos cosas que si no las tengo no me interesa la vida”.
El escritor atravesó la vida desde diferentes lugares como periodista, guionista y cronista, pero principalmente fueron el sexo, la droga y la literatura los aspectos que marcaron el desenlace de su camino. Un autor irreverente, despojado de los tabúes que coleccionaba por doquier la clase media porteña, una Sucia Rata feliz promiscua y degenerada que vivió literalmente según sus palabras para “cojer, drogarme y escribir”.
Yo me veo escribiendo y me parece la imagen más desagradable, un tipo escribiendo es un pajero…
Así renegaba de sus talentos Sbarra en una de sus últimas entrevistas con el que fuera redactor del suplemento de El Porteño. Aquella mítica Cerdos y Pecesdejó una entrevista entre dos de los más importantes referentes del “under” y una lapidaria y contundente declaración de intenciones:
“escribo literatura para gente de la quema, para pendejos como ése que era yo, ¿Vos sabés la cantidad de pendejos que andan con mi libro? A esos pibes nadie les habla, no tienen interlocutor ¿Sabés lo que debe ser que encuentren un libro de alguien que fue igual que ellos? Para ese pibe de 14 ó 15 años, mi libro está vivo. De los 30 años para arriba, no me interesan los lectores, yo escribo para unos cuantos pendejos”
Sbarra fue la contracultura de su época, la escritura del abandono, de quienes nos reflejamos deformes en el espejo de la noche. Escribió desde la disidencia para la disidencia, para unxs pocxs que hoy llevamos sus libros debajo el brazo para no sentirnos tan solxs.
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