La masacre de Pergamino: un reflejo de la brutalidad e ineficacia del sistema penitenciario

Siete pibes de entre 18 y 27 años murieron encerrados en un calabozo de la Comisaría Primera de Pergamino en la madrugada del 3 de marzo de 2017. Murieron encerrados, hacinados, maltratados y abandonados por los efectivos de la bonaerense, a cuya custodia el Estado entrega a los jóvenes que el sistema margina y excluye.

Durante las primeras horas del 3 de marzo de 2017 se desató una discusión entre dos pibes que compartían celda en la Comisaría Primera de Pergamino, situada sobre la calle Dorrego al 654, en pleno centro de esa ciudad del conurbano bonaerense. El jefe de la seccional, comisario Alberto Donza era conocido por sus subordinados y por los detenidos como un cruel carcelero, y aunque resulta difícil imaginar que lo que sucedió esa noche fuera fruto de una combustión espontánea, el bienestar de los detenidos sí corría por su cuenta.

Con todas las celdas abarrotadas de pibes detenidos por causas menores, era fácil prever una tragedia. Testigos que tuvieron la poca suerte de ser detenidos "la primera", relataron que en ocasiones las celdas llegaban a albergar hasta 19 personas en espacios de menos de 3x4. Gruesos candados en cada celda, rejas entre pasillos. Una ratonera.

El hacinamiento y la desidia crónica del sistema penitenciario bonaerense, propiciaron que se iniciara un incendio que rápidamente se extendió por la comisaría. Según se deduce del fallo emitido por el Tribunal Oral N°1 de Pergamino el 21 de diciembre de 2019, los efectivos policiales “no dieron órdenes ni realizaron acciones para salvaguardar la vida de las víctimas, que estaban encerrados en una celda". El comisario Donza y sus cinco policías subordinados no hicieron nada para apagar el incendio y además, obstaculizaron la labor de los bomberos.

Fruto de este abandono murieron por inhalación de monóxido de carbono Sergio Filiberto (27), Federico Perrota (22), Alan Córdoba (18), Franco Pizarro (27), John Mario Chillito Claros (25), Juan José Cabrera (23) y Fernando Emanuel Latorre (24). Ninguno tenía en su prontuario delitos de gravedad, más que los derivados de la pobreza y la marginación estructural.

El jefe de sección Alberto Donza fue condenado a 15 años; 14 años le correspondieron al ex ayudante de servicio Alexis Miguel Eva; 11 al ex centinela Brian Carrizo y al ex oficial de refuerzo de centinela Matías Giulietti; 8 años al ex teniente primero Sergio Ramón Rodas; y 6 años para la ex oficial Carolina Denise Guevara. Todos ellos fueron condenados por abandono de persona agravado, aunque la acusación de homicidio simple no fue incluida en la causa como solicitó la Comisión Provincial de la Memoria.

En su crónica del juicio de 2019, el diario Página/12 relata que, tras la lectura de la sentencia, el ex centinela Brian Carrizo arrojó una silla hacia la tribuna donde se hallaban los familiares de las víctimas acompañados por referentes de los derechos humanos como la Abuela de Plaza de Mayo, Norita Cortiñas.

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