“Mi alumno favorito mató a alguien”. Docencia en la cárcel
A quienes trabajamos en contextos de encierro punitivo suelen preguntarnos: “¿y cómo es ahí adentro? ¿te tratan bien? ¿te sentís segura? ¿nunca te hicieron nada?” Partimos de una base que nos interpela a todes por igual: la cárcel limita, lastima y castiga, por ende es más probable que nos encontremos con un pibe que camina despacito y mueve las manos con sigilo que con uno que corre, grita o es amenazante en sus formas. No es joda. La cárcel obstruye sueños y limita mucho más que la libertad ambulatoria. Además es verdad que no todes tienen derecho a la educación en el contexto de encierro punitivo. No es una novedad, sin embargo hay que decirlo: la división del mundo en clases y sectores socio económicos se replica casi perfectamente en los ámbitos de encierro.