Negro de humo, crónica de la huelga del neumático

La huelga del neumático que enfrentó a las principales patronales del sector con el SUTNA fue histórica por varios motivos. Un acuerdo salarial que le gana por unos puntos a la inflación sumado a la solidaridad internacional. El frente único de empresarios, CGT y Estado contra un grupo de trabajadores manchados de negro de humo.

Por Norman Flores para Enfant Terrible

Foto: Nicolás Parodi

Llega a las 6 de la mañana de trabajar. Entra sin hacer mucho ruido y camina a la habitación matrimonial. Ve a “la flaca”, su pareja, durmiendo junto a su hijo más chico. Ella se despierta y va a preparar unos mates. Él se acerca y escucha a su hijo dormir. Imagina sus brazos levantando al niño y abrazarlo para cambiarlo de cama sin que se despierte. Pero Sebastián no puede levantar a su hijo. Le duele el cuerpo. Hace años que le duele el cuerpo. Sebastián se acerca, lo mueve, le habla en voz baja, le dice que papá ya llegó, que le quedan unas horas más para ir a la escuela y que aproveche para dormir en su habitación.

Su hijo, de 11 años, se levanta y camina con pasos dormidos. Sebastián lo acompaña hasta que se acuesta en la cama. Sebastián cierra la puerta y se sienta en la cocina junto a la flaca, mientras suena una radio de fondo, mientras suena una pava hirviendo. Ese ruido de la primera mañana, en casa, es el ruido más tenue que escuchó en las últimas 8 horas.

Esta podría ser la rutina de Sebastián todos los días laborales de su vida. Pero trabaja en una fábrica donde funciona un régimen de turno americano, implementado a fines de la década del 90 en la industria del neumático. Por eso trabaja siete mañanas seguidas y descansa dos días. La siguiente semana puede entrar en el turno tarde o en el turno noche para volver a descansar dos días. Y en la tercera semana, trabaja siete días en el turno restante y descansa tres. Los turnos son rotativos. Los feriados puede no trabajar. Pero las horas extras, las horas que trabaja el fin de semana, no se la pagan al 200% como era en una época en esta industria, hace muchos años.


Sebastián trabaja en FATE, uno de los tres fabricantes de neumáticos que existen en el país. Los otros dos son Pirelli y Bridgestone. Durante las últimas semanas, las empresas estuvieron en boca de los medios de comunicación cuando anunciaron la suspensión de la producción "por culpa de los trabajadores". Lo que en realidad fue un lockout patronal pasó como una medida "necesaria" que tuvieron que tomar los empresarios ante la intransigencia de un "gremio politizado". Eso es lo que se dejaba ver en cada noticia.

El Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) pasó los últimos cinco meses pidiendo la reapertura de las negociaciones paritarias y exigiendo que se discuta una mayor suba para las del ciclo 2022-2023. También exigieron el pago al 200% para los fines de semana y las horas extras. Hicieron volanteadas en las puertas de las fábricas, movilizaron, cortaron calles y autopistas y se reunieron más de 30 veces con las patronales y el Ministerio de Trabajo.
Foto: Nicolás Parodi

Antes del lockout patronal, las empresas ya habían tomado medidas. En Pirelli las autoridades permitieron el ingreso de efectivos policiales, quienes amenazaron a los trabajadores dentro y fuera de la fábrica. En Bridgestone, invitaban a los trabajadores de planta a reuniones sin representantes gremiales para hablar en contra de la protesta. Además, cuando el conflicto estaba en lo más álgido, le “sugirieron” a sus trabajadores que no hicieran declaraciones ante la prensa. En FATE, contrataron seguridad privada para intimidar a los trabajadores pero finalmente el Sindicato Unidos Trabajadores Custodios Argentino se terminó solidarizando con ellos.

El miércoles 21 de septiembre, luego de que unilateralmente las patronales cerraran las paritarias 2021-2022, más una propuesta para la paritaria 2022-2023 del 38%, la dirección del SUTNA decidió tomar el Ministerio de Trabajo hasta que el Gobierno Nacional encontrara una solución.

Abajo, en las puertas de Callao al 100, trabajadores de las tres fábricas acompañaban el reclamo. Pero el Gobierno Nacional no se puso a disposición de los trabajadores. Todo lo contrario. El ministro de Trabajo Claudio Moroni denunció penalmente al sindicato. Y el superministro Sergio Massa amenazó que si el conflicto no se resolvía en 24 horas, iba a permitir las importaciones del neumático para que las empresas compraran en Brasil. Ante esta decisión comercial, en un acto de solidaridad de clase, los trabajadores brasileros se negaron a exportar cubiertas para las empresas argentinas.

Finalmente, el conflicto se resolvió con un adicional del 16% para la paritaria 2021-2022 sobre el salario de junio del año pasado, lo que llevó a la paritaria de forma retroactiva al 66%, ganándole dos puntos a la inflación anual que había sido del 64%. Sobre el salario de junio 2022, se acordó un aumento del 63% hasta marzo de 2023. A partir de marzo, se activará la cláusula gatillo siempre y cuando la inflación haya superado al 63% durante esos 8 meses. Por último, acordaron un 10% a partir de julio de 2023. “Estamos discutiendo 20 puntos de salario con tipos que la levantan en pala, el costo de mano de obra es 2%. Se radicalizaron cuando le reclamamos la hora al 200%, era perder una conquista enorme que habían tenido las patronales. No era un problema de guita, era un problema que vos les tocabas una conquista, era político”, explica Sebastián.

A lo largo de los cinco meses de conflicto, especialmente durante las últimas semanas, el Gobierno, las patronales y los medios de comunicación quisieron atacar a la dirigencia del SUTNA. “Se notaba que la patronal, el Gobierno y la CGT estaban aliados para tratar de derrotar a la conducción, quieren trabajar con un gremio manejable, con esta conducción no pueden hacer lo que quieren”, dice Mauro, también trabajador de FATE.

A diferencia de Sebastián, que trabaja 7x2, 7x2, 7x3, Mauro trabaja 6x1, 6x1, 6x2. Esto se debe a que ambos trabajan en diferentes secciones dentro de la misma fábrica, o, como le dicen, en diferentes “minifábricas”.
Sebastián, quien está hace ocho años en la empresa, trabaja en la parte de “Radial Auto”, donde se realizan cubiertas para autos y camionetas. Mauro trabaja en “Diagonal”, especializado en neumáticos del agro, como cosechadoras y tractores. “El sector no está modernizado, las máquinas son las más antiguas”, dice quien empezó a trabajar hace dos años pintando las cubiertas antes de que salgan terminadas. Mientras tanto, Sebastián trabaja en la parte final de la cadena de producción, donde clasifica los distintos tipos de cubiertas, paso previo al depósito.

La otra minifábrica es “Radial Camión”, para camiones y transporte pesado. Las tres tienen una
cadena de producción similar. La más peligrosa en temas de salud, la que solo Bridgestone
reconoce como trabajo insalubre mientras las otras dos empresas no lo hacen
, es la primera parte de la producción conocida como “banbury” o “negro de humo”. Allí se trabaja con derivados del petróleo y diferentes componentes para realizar el caucho. Las condiciones de trabajo son deficientes en toda la cadena de producción.

Los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento. Como lo que pasó el 16 de abril del año pasado, cuando Marcelo Ulariaga, de 25 años, perdió su vida en la planta de Pirelli porque un superior lo mandó a trabajar con una máquina en la que no había sido capacitado. Además, se comprobó que no eran acordes las medidas de seguridad. Los trabajadores del neumático denuncian que las malas condiciones laborales son una política
adrede de las empresas, en una industria de picar carne, de cuerpos rotos.

“Sentimos que nos usan y nos exprimen a más no poder. La gente está cansada de rompernos ahí adentro y que no nos paguen lo que merecemos cobrar”, dice Mauro. Por su lado, Sebastián señala: “Las patronales nos usan, nos rompen y nos descartan. Entrás nuevito, te usan, te hacen pelota y después te echan”.


“Hay compañeros con problemas de cervical, lumbalgia, descalcificación de los huesos, lesiones del manguito rotador, codo de tenista”, enumera Sebastián con cuatro hernias de disco y tendinitis. En cambio, Mauro todavía no fue diagnosticado con ninguna lesión: “Trabajo en un sector que duele, como es pesado, el día que no trabajo solo lo utilizo para descansar. Se siente el desgaste en las muñecas. No va a tardar mucho en llegar la lesión, lamentablemente”. Pero a diferencia de Sebastián, él todavía puede levantar a su hijo de 5 años.

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