Hipólito Bouchard, el corsario libertador del mayo argentino

Francés de origen, argentino por convicción. Marinero y capitán de navío tuvo un rol fundamental para expandir por distintos océanos los ideales de la revolución de mayo. Un repaso de su historia

Hipólito Bouchard nació un día como hoy de 1780, en la localidad de Bormes -les- Mimosas. Poblado cercano al puerto de Saint Tropez, en la Costa Azul de Francia.

Luego de un largo derrotero como marino al servicio de Francia en las guerras contra el imperio británico, en 1806 viajó a Buenos Aires, donde también combatió a los ingleses pero desde el bando porteño. Los locales le reconocieron sus servicios prestados y le permitieron vivir tranquilamente en la ciudad.

Bouchard adoptó la causa revolucionaria de mayo y optó por la fracción más insurgente encabezada por Moreno, Belgrano y Vieytes, entre otros. No dudó en poner sus conocimientos al servicio de una misión que haría propia a tal punto de izar la bandera celeste y blanca en lo que hoy es California.

La revolución de mayo necesitaba triunfar y para ello debía hacerse fuerte tanto por tierra como en el agua. Más en un territorio como el rioplatense. El poder naval era hasta entonces endeble, aunque no por ello imposible de desarrollar. Es allí que la figura del corsario viene a atenuar la problemática de la defensa naval.

Los corsarios eran considerados "piratas con licencia". Es decir, marinos que gozaban de la autorización de un gobierno o autoridad para atacar a barcos de una nación enemiga durante un conflicto bélico.

Hábil marinero, Hipólito se unió a los esfuerzos de los revolucionarios para conformar una pequeña escuadrilla nacional integrada por tres naves al mando de otro reconocido corsario: Juan Bautista Azopardo.

Ya con el cargo de Segundo Comandante, el 2 de marzo de 1811 en San Nicolás de los Arroyos, participó del debut de fuego de la Armada Argentina al enfrentar a la escuadrilla realista que bloqueaba la vía navegable. A pesar de la previsible derrota, Bouchard se destacó en su accionar.

Pero no sería el único bautismo en el que dejó su presencia: el 3 de febrero de 1813 el Regimiento de Granaderos a Caballo -al mando del Libertador San Martín- tuvo su debut en el campo de batalla y el francés fue uno de los oficiales que sobresalió por sus habilidades. Tal fue su papel en la batalla de San Lorenzo, que la Asamblea del año XIII le otorgó la ciudadanía. Por su parte, el libertador lo tendría en cuenta como un cuerpo de élite, llevándolo con los demás granaderos a combatir en el Alto Perú.

Un año antes de la independencia, junto al reconocido Almirante Brown, emprendió una campaña corsaria por las costas del Pacífico cuyo objetivo consistió en reducir el poder naval de los realistas. Allí bloquearon y atacaron una de las plazas más poderosas del Reino de España en América: el puerto de El Callao. Luego llegaron a lo que hoy es Ecuador y atacaron fortificaciones cercanas a Guayaquil. Estos corsarios, dispuestos a dar la vida por la patria, allanaron el camino para la expedición libertadora del General San Martín.

Fragata "La Argentina". Acuarela de Emilio Biggeri.

Un corsario de mayo por los mares del mundo

Al primer aniversario de la Declaración de la Independencia, la fragata "La Argentina", al mando de Bouchard, zarpó de la Ensanada de Barragán para dar otra batalla corsaria durante dos años. El fin general era el mismo que la última campaña, solo que ahora, los revolucionarios habían triunfado en Tucumán y el objetivo se expandía, tanto como su orgullo.

Atacar las posiciones españolas aún fortificadas, debilitar su fuerza naval y propagar los ideales de la independencia fueron los objetivos de las operaciones que legitimó táctica y estratégicamente la liberación de las demás nacientes naciones hispanoamericanas.

Al navegar por las aguas del Atlántico Sur, la fragata llegó al Océano Índico y plantó anclas en la Isla de Madagascar. Allí, los combatientes argentinos impidieron el trafico de esclavos de tres buques ingleses y uno francés, materializando el ideal contra la esclavitud establecido en la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813.

Itinerario seguido por la fragata "La Argentina" al mando de Hipólito Bouchard (1817-1819). Dibujo de N. Pereyra- Departamento de Estudios Históricos Navales.

Tiempo después, partieron hacia las Islas Filipinas con el objetivo de atacar el comercio español que reinaba en aquellos mares. Sin embargo, muchos hombres de Bouchard sufrieron y murieron por el escorbuto, no sin antes lograr reducir la influencia española en la región. Por si fuera poco, cinco buques piratas malayos quisieron atacar "La Argentina" sin éxito alguno.

Luego tocaría Hawái. El archipiélago era relevante por su posición geopolítica en el Pacífico. Según el manuscrito del uruguayo José María Píriz, Bouchard firmó un acuerdo con el Rey Kamehameha I y logró de esta manera que una nación independiente reconociera por primera vez la independencia rioplatense.

California: territorio argentino

En noviembre de 1818, partió a la Bahía de Monterrey, actual California, Estados Unidos. Junto a 200 hombres, nueves botes y un cañón, desembarcó en la playa. Los realistas al mando del territorio no pudieron resistir el ataque argentino y huyeron despavoridos. De la mano de Bouchard, Monterrey fue tomada. Se izó la bandera argentina y durante seis días fue territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los esclavos e indígenas sometidos por los realistas fueron liberados.

Yo formé en este momento el designio de acabar con su alegría”, escribió el francés antes de atacar el fuerte.

Centroamérica blanca y celeste

 El 25 de enero de 1819, bloqueó el puerto de San Blas y atacó Acapulco de México. En Guatemala destruyó Sonsonate y capturó bergantines españoles. En Nicaragua, tomó Realejo, el principal puerto español en los mares del Sur y se apoderó de buques enemigos. Es por ello que se suele afirmar que los colores de las banderas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua son similares a los ideados por Belgrano.

«Al independizarse (las naciones centroamericanas) adoptan como insignia nacional una copia de la que flameaba en “La Argentina” y hasta el propio nombre que adopta el nuevo país, “Provincias Unidas de Centro América”, es tan similar al nuestro que se desecha toda posibilidad de ser el fruto de una mera casualidad», afirma en la Revista del Mar el Dr. Jorge Gabriel Olarte, miembro del Instituto Nacional Browniano.

Luego, el franco-argentino bajó hacia el Perú y siguió hostigando las posiciones españolas sobre el Pacífico. Sus naves llegaron el 9 de julio de 1819 al puerto de Valparaíso donde fue enjuiciado y apresado durante un tiempo, tras las difamaciones de un viejo adversario suyo. Sin embargo, viaja a Argentina y luego regresa a Chile con la misión de trasladar a sus antiguos compañeros del Regimiento de Granaderos a Caballos hacia Perú, una vez más, bajo las órdenes de su compañero: el General José de San Martín.

Años más tarde fallecería en un confuso episodio de un levantamiento de esclavos en el lugar donde residía.

Sus restos mortales permanecieron perdidos hasta 1962 cuando fueron encontrados en una cripta en la iglesia de San Javier de Nazca, Perú. El 6 de julio del mismo año su cuerpo fue exhumado y repatriado a Buenos Aires por una comisión formada por la Armada Argentina y la Armada del Perú. Actualmente descansa en el cementerio de la Chacarita, en el panteón del Centro Naval. A su vez, en Francia desde 1983 todos los 9 de julio se rinde honor al corsario con el himno nacional argentino de fondo.

Puntano. Licenciado en Comunicación Social. Consumidor problemático de soberanía nacional.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Obispo Trejo 365, Córdoba.