Grupo Arcor: Hambre en Argentina y “el gen empresarial” de la dictadura

A días de un nuevo 24 de marzo, las organizaciones sociales se movilizaron bajo la consigna “el hambre es el límite”. La disputa por una memoria activa incluye también hablar de los grandes dueños de nuestro país: Hoy es el turno de Arcor, la principal alimenticia Argentina, de la familia Pagani.


Por Victoria Marconetto para Enfant Terrible

“Tenemos que hacer sacrificios”, repiten una y otra vez los funcionarios del gobierno de Javier Milei, como si con la insistencia alcanzara soportar las consecuencias de un plan económico que se está cobrando la cifra de 100.000 pobres por día en Argentina. Una trampa cíclica de la historia hace que la cara más cruda de esta política se vea en el puente Pueyrredón: organizaciones sociales movilizadas con una bandera que reza “El hambre es el límite” y todos los recursos del estado volcados al aparato represivo, única respuesta inmediata ante la denuncia de que dejaron de enviar comida a los comedores.

Esta imagen, es la foto que atraviesa una vida. La película se podría completar con una tapa de la revista Forbes dos días antes que reza: “Arcor anunció su desembarco en Dubái con una inversión que alcanzará los US$ 500.000”. La firma cordobesa, principal alimenticia y multinacional argentina, anuncia la apertura de nuevas plantas. Mientras tanto, según el último informe de la UCA, localmente se registra una caída del 37% en las ventas de todo el sector de la alimentación. Acá se come menos.

Sucede que nuestra propia suerte puede encontrarse también en la trayectoria del Grupo Arcor, y el punto de partida de su modelo de acumulación de ganancias en los orígenes de la dictadura militar argentina. A días de un nuevo 24 de marzo, un ejercicio de memoria sobre un proyecto que de nuevo, no tiene nada.

Ellos se atrevieron

Era el 6 de junio de 1977 y Fulvio Pagani (Grupo ARCOR) y Piero Astori (Astori Estructuras) se disponen a crear uno de los principales sellos del empresariado nacional. Ese día, tras un año del inicio del golpe militar, nacía la Fundación Mediterránea y con ella IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana). En esos años se multiplicaban los centros de estudios liberales que promovieron planes económicos a nivel nacional y regional. Entre ellos, la Mediterránea tuvo un lugar privilegiado: fueron artífices del diseño del programa económico implementado por la dictadura en sus primeros años y de múltiples investigaciones que incorporaba Martínez de Hoz en sus discursos. Mientras el brazo militar se ocupaba del activismo en sus fábricas, diagramaron su futuro… y el nuestro.

“Letra con sangre, entra” y el grupo Arcor sale de la dictadura multiplicando de cinco a veinte sus empresas, habiendo ubicado a la compañía en Paraguay (1976), Uruguay (1979) y Brasil (1981), y exportando en dos continentes. Iniciaba así su actividad transnacional, hoy presente en más de 120 países. No actuaba sola, las principales firmas de nuestro país se capitalizaron en el mismo periodo.

Actos militares, presentaciones de informes, reuniones permanentes en los pasillos de gobierno, coordinación con grupos de inteligencia para la conformación de listas negras de militantes y activistas, eran el escenario cotidiano de los miembros de la Fundación durante los años del golpe. Con idas y vueltas, esta alianza se sella en el 1982, año en el que el joven director de la firma es nombrado por el gobierno militar para conducir el Banco Central. Entraba por la puerta grande Domingo Cavallo, quien aprovechó los meses que estuvo al frente del mismo para estatizar todas las deudas privadas a su alcance y una de las firmas más beneficiadas de este proceso, fue el grupo Arcor. La dictadura estaba en decadencia, pero se iban con las cuentas claras: sus deudas, pasaban a ser la columna vertebral del empobrecimiento. Siempre, con la tuya.

Dulzura

“En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

Con estas palabras, en la "Carta Abierta a la Junta", Rodolfo Walsh iba a describir los resultados económicos a un año de gobierno militar: caída salarial del 40%, desocupación, inflación récord, aumento de la jornada de trabajo… una transferencia histórica de ingresos a los empresarios de nuestro país, ¿les suena?

El segundo momento de acumulación de la firma, tiene grabada la misma característica. Corrían los noventa y una nueva arremetida neoliberal dejaba como saldo flexibilización laboral, estatización de deuda privada, precarización de la vida y millones de despidos que iban a transformar hasta hoy el acceso a los derechos laborales en nuestro país. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) registró que en este periodo la familia Pagani incrementó sus ganancias 300% y sus exportaciones 455%, con cuadros técnicos de la Mediterránea integrando los gobiernos de Menem y De la Rúa.

Luis Pagani, primera generación del Grupo Arcor

Nacida en Arroyito, se consolidó como principal productora de alimentos de consumo masivo en Latinoamérica y empezaba su camino hacia el primer puesto en ventas de caramelos a nivel global, desembarcando en Estados Unidos (1993), Perú (1996), Colombia (1998), Ecuador (1998) y México (2000). Mientras tanto, las rutas de nuestro país se llenaban de quienes habían perdido su trabajo y empezaban a rebelarse contra el hambre con piquetes y ollas populares.

En los últimos veinte años, si bien la Fundación sostuvo vínculos permanentes con la escena política central su actividad se proyectó junto con la figura de José Manuel de la Sota. Desde ahí, el gobierno provincial con independencia de su recambio (De la Sota - Schiaretti - Llaryora) tiene la costumbre de anunciar sus planes en el corazón de la Fundación Mediterránea o desde las plantas de Arcor como plataforma para exportar el modelo cordobés. Otra figura reconocida fue Carlos Meliconian (PRO), miembro de su directorio hasta el 2023. Cambian apellidos, Pagani queda.

Una guerra en la que se cometen excesos

Esta empresa remarca precios cada vez que su margen de ganancias no es el que desea. Una voracidad sin límites. Así lo denunciaron los trabajadores de Bagley Córdoba cuando en el 2023 anunciaron despidos, mientras impulsaban modificaciones regresivas sobre el convenio colectivo de trabajo.

No perdemos todos: según la revista Forbes, Luis Pagani se ubica entre los diez empresarios más ricos de Argentina con una fortuna valuada en 2020 por 920 millones de dólares. Lo mismo describe el empresario con orgullo en su biografía “Luis Pagani: El gen empresarial”.

“Si observamos el rubro Galletitas, Arcor concentra el 40,8% del mercado con 16 marcas distintas. En el caso de los lácteos, ostenta el 57,4% del mercado, con dos marcas. Y en enlatados, suma el 70,7% con cinco marcas” (CEPA). En cualquier kiosco o supermercado, es posible que la mayoría de primeras y segundas marcas sean de la compañía.

El último hito de participación pública de la empresa está grabado en el DNU de Milei: incluye la derogación de la Ley de Abastecimiento, Ley de Góndolas y Ley de Observatorio de Precios, entregándoles libertad absoluta para especular con el valor de los alimentos.

En el debate presidencial, Milei repitió el mantra de Massera en la dictadura: “en los setenta hubo una guerra, y en esa guerra las fuerzas del estado cometieron excesos”. Es de público conocimiento que este gobierno no sólo niega el genocidio, sino que reivindica la dictadura encarnada en la figura de Victoria Villarruel. Lo cierto es que desde el primer día declararon la guerra a los sectores populares y quienes vivimos de nuestro trabajo en Argentina. En “el gen empresarial” Luis Pagani describe como mandamiento: “No te paralizarás ante las crisis”, la promesa es cierta.

Lo que la clase dominante de nuestro país no perdona, es que haya quienes insisten en presentar resistencia. En cada intervención negacionista o de reivindicación de la dictadura, en cada ataque a quienes luchan, en cada cruzada contra la pobreza organizada, en realidad defienden la impunidad de las principales empresas. Llegamos a un 24 de marzo con un 60% de pobreza atendida por sus propios dueños, listos para seguir cumpliendo su tarea histórica. Compromiso que, de alguna forma, también nos convoca:

En la calle este 24 de Marzo y junto a quienes se movilizan para enfrentar una fábrica de hambre.

“Y si de vos me dijeran que no exististe, les gritaría que me quedan, tus ojos tristes, tu caminar lento, tu sonrisa apenas esbozada, tu caricia leve, y una espera, una larga espera de la que no volveremos nunca, o tal vez si…”.
“Octubre 1976”.
De Ana María Ponce, desde la ESMA.
Todavía continúa desaparecida.

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