El derrumbe de la izquierda española y la sombra de una coalición de extrema derecha

La derecha tradicional española y su versión ultra arrasaron en las elecciones municipales y autonómicas el pasado domingo. El presidente español Pedro Sánchez disolvió las Cortes y llamó a elecciones anticipadas para el próximo 23 de julio. Una elección que podría inclinar la balanza de la UE definitivamente hacia la extrema derecha si asume una virtual -y muy posible- coalición entre PP y Vox. La izquierda se lame las profundas heridas y busca movilizar al electorado abstencionista para reeditar el desgastado pacto progresista.
Reuters

El presidente español Pedro Sánchez mantuvo una reunión con el Rey Felipe VI a primera hora de la mañana del lunes para comunicarle al monarca su decisión de disolver las Cortes y llamar a elecciones anticipadas. El consejo de Ministros se reunió en la tarde de ayer para dar curso a la nueva convocatoria que será el próximo 23 de julio.

El escenario para las izquierdas de Unidas Podemos y Sumar se presenta poco luminoso y al mismo tiempo abre una incógnita en las filas de las derechas, que todavía festejan la victoria del domingo: ¿Se traducirá el mismo resultado de las Autonómicas y Municipales en una elección nacional? La tesis del presidente Sánchez es que no, y por eso adelanta los comicios.

La jugada de Sánchez parece tener un doble objetivo. Por un lado plebiscitar el balance de su gobierno de cara al electorado que se inclinó por el PP (Partido Popular) y podría revertir su voto castigo, apostando por el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) con la nariz tapada. Por otro lado intentar movilizar al votante de izquierda que no fue a las urnas el pasado domingo pero que podría acudir en julio para ahuyentar el fantasma de las derechas. Sin embargo, los números expresan una tendencia difícil de revertir ya que, mientras el PP recuperó nueve puntos desde 2019, el PSOE apenas llegó al mismo techo que en las últimas elecciones.

Los populares han capitalizado en gran parte el voto anti Sánchez y también del desaparecido Ciudadanos alzándose con el 31,5% de los votos, mientras que el PSOE movilizando a su núcleo duro y con el gobierno territorial de las principales ciudades no pudo romper el techo del 29%. En conclusión: el PP le saca un millón de votos al PSOE, papeleta arriba, papeleta abajo.

Tendencia hacia la polarización

A nivel Estatal hay dos elementos interesantes para subrayar, que marcan la tendencia a la polarización política sin líneas secundarias. Por un lado la debacle de Podemos, que deja a la formación morada fuera de la Comunidad y de la Asamblea de Madrid por primera vez desde su nacimiento. Con 4,98% de los votos, la fuerza de Irene Montero enfrenta su hora más baja y deberá encontrar urgente un piloto de tormentas para enfrentar la nueva convocatoria a elecciones.

Repetir los errores del pasado costará caro, por lo que una coalición con SUMAR y otras fuerzas progresistas regionales suena lógico. El electorado de izquierda en España no perdonaría una mezquindad el próximo 23 de julio.

Otro dato singular de estas elecciones ha sido la bancarrota política de Ciudadanos. El hundimiento agónico de la formación naranja se consumó ayer en una rueda de prensa triste y solitaria. Los escasos votos de ayer, sumado al escapismo de sus cuadros y dirigentes hacia las filas de VOX en los últimos años, ratifica que el fortalecimiento de la extrema derecha en España se construye con mano de obra liberal.

Periodista y fotógrafo. Edito, escribo y leo. No siempre en ese orden.

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