Trump contra la caravana de refugiadxs centroamericanxs

Un nuevo y masivo flujo de migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador que buscan llegar a Estados Unidos vuelve a plantear una pregunta existencial en el continente ¿qué miedo anida en aceptar a lxs otrxs?

Por Sofía Jalil para Enfant Terrible

Tras la partida de la caravana de miles centroamericanxs hacia Estados Unidos, el presidente Donald Trump, aseguró el pasado jueves que mandará de nuevo a la frontera sur de su país al ejército si México y los países centroamericanos no detienen los flujos migratorios.

Fiel a su estilo, a través de las redes sociales Trump amenazó: "Debo, en los términos más enérgicos, pedir a México que detenga este ataque, y si no puede hacerlo, llamaré a los militares de EE. UU. y CERRARÁN NUESTRA FRONTERA SUR" (las mayúsculas son del mandatario).

Mientras tanto, entre 4.000 y 5.000 personas –según aproximaciones de distintas agencias y medios periodísticos- provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala ya se encuentran en suelo mexicano, con la acogida del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Asimismo el todavía presidente Peña Nieto, mantuvo conversaciones con sus pares de Guatemala y Honduras para acordar medidas de asistencia humanitaria, además de los pedidos formales de refugio. 700 personas ya pidieron asilo formal, según informó Página 12 el pasado domingo 21.

Mientras tanto, más de 2.000 hondureñxs que integraban la caravana que partió el 13 de octubre con la intención de llegar a Estados Unidos decidieron retornar de manera voluntaria. El principal motivo que les movilizó fue el hartazgo en materia de inseguridad con las pandillas locales.

Por otro lado el presidente Trump califica a las miles de personas que caminaron cientos de kilómetros, abandonaron sus hogares, cotidianeidades y familias como "potenciales criminales", "traficantes de droga" o lxs acusa de "quitar puestos de trabajo a estadounidenses."
No obstante el delirio, en la caravana hay cientos de niñxs quienes con las mujeres fueron lxs primerxs en ingresar a México.

Frontera entre Guatemala y Mexico.
Foto: Ámbito

Elecciones en el Imperio

Este nuevo flujo migrante plantea un nuevo tema a tratar en la agenda mediática en Estados Unidos, de cara a las próximas elecciones el 6 de noviembre en las cuales donde se renovará parte del Congreso y los gobiernos de los Estados.

Trump acusa a los demócratas de “abrir las fronteras” y trata de instalar el tema retomando su campaña de “política cero” y el polémico muro con la frontera mexicana. El mandatario necesita atraer votantes debido a que el peso del oficialismo en las encuestas ha caído.

El nombramiento de Brett Kavanaugh -acusado de abuso sexual- como juez de la Corte Suprema, la investigación por la interferencia rusa en las elecciones de 2016, las relaciones con Arabia Saudita, la millonaria venta de armas, el asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi a manos de un grupo de agentes saudíes en Turquía, -muerte de la que el oficialismo yanqui prefirió no opinar-, ha erosionado la solidez electoral de Trump.

Desigualdades

No obstante, la caravana no para y plantea la real desigualdad que vive el continente. Desigualdad económica, social y de seguridad: en la cara de lxs otrxs está la inseguridad y los temores. El factor miedo se incrementó estos últimos años con los millones de refugiados, principalmente árabes, y gobiernos de derecha con la xenofobia a flor de piel.

En lo cotidiano, el miedo al otrx se manifiesta en puertas cerradas, ventanas blindas y enrejadas, sistemas de seguridad para casas y bienes personales, incremento de vigilancia y presencia policial, también del ejército como de cuerpos de policía militar.

Desde una perspectiva micro, en organizaciones urbanas hay una tendencia por parte de familias acomodadas, a la inversión de grandes sumas de dinero para alejarse de las calles de la ciudad, donde todo es posible pero poco o nada es predecible, hacia comunidades cerradas, valladas, con ingreso estrictamente selectivo, calles vacías de peatones y todo vigilado por cámaras las 24 horas los siete días a la semana.

Ampliando el horizonte, que los gobiernos nacionales -estadounidense, francés, italiano o húngaro, entre otros- tengan como máxima el rechazo al otrx es seguir sembrando desigualdades y paranoias sociales. La construcción de un horizonte de bien común para todxs está cada vez más lejana.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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