Negras tormentas agitan los aires en Italia

Italia se pone a la cabeza de una tendencia preocupante: más de la mitad de los países de la UE tienen a la extrema derecha en sus instituciones y con posibilidad de pelear el asalto al Ejecutivo en el corto plazo. En Suecia, Hungría, Polonia, España, Francia, Países Bajos o Finlandia la agenda islamófoba, euroescéptica y anti LGTB tomará un empuje renovado a partir de ahora. Los filonazis llegan al poder con el respaldo explícito o la anuencia tácita de los liberales conservadores en todo el viejo continente.

En las elecciones con menor participación ciudadana de la historia de Italia, se consagró presidenta -por primera vez desde que se constituyó como república-, una mujer. Giorgia Meloni, logró unificar a las extremas derechas italianas tras el desbarranco político del centro conservador que gobernaba el país aplicando desde hace años las recetas económicas de la Unión Europea.

Tanto es así que, hasta ayer el presidente italiano era el tecnócrata Mario Draghi, ex CEO de la financiera internacional Goldmand Sachs y ex presidente del Banco Central Europeo, que asumió como premier italiano tras una grave crisis en el gobierno de Giuseppe Conte y que se mantuvo en el cargo poco más de un año.

Meloni es periodista. Hábil comunicadora que usa con filo las redes sociales y supo desplazar a todos los hombres de su partido (de tradición vertical y naturalizadamente machista) en apenas unos años, hasta lograr ser ungida candidata presidencial. Formó parte del gabinete presidencial de Berlusconi a principios de 2009, por lo que su vínculo con el ala liberal-conservadora del tablero político italiano viene de larga data.

Los vínculos de la extrema derecha europea con los espacios que, tradicionalmente se han posicionado en el centro o en el ala conservadora, son muy estrechos y muy similares en toda Europa. Desde Vox a Le Pen, desde Orbán a Meloni, son presentados como nuevas caras, aunque en realidad siempre estuvieron ahí.

La nueva estrella de la extrema derecha europea prepara su camino hacia el Palazzo Chigi de la mano de dos aliados fundamentales: por un lado la Lega Norte dirigida por Mateo Salvini, de extracción ultraderechista y antimigrantes, y por otro lado un revival eterno de Silvio Berlusconi -que cumplirá este año 86 años- llamado Forza Italia. Il cavaliere busca poner el punto moderado a un ejecutivo que estará liderado por la fuerza Fratelli D'Italia, el partido de Meloni, situado aún más a la derecha que Salvini en el tablero político.

El 63% del padrón electoral habilitado para votar respaldó en un en un 26% a Meloni, un 9% se llevó Salvini (un bajón muy pronunciado que lo obliga a conformarse con un papel muy secundario en el futuro Ejecutivo) y un 8% para la Forza de Berlusconi

Con este cuadro, Italia, Polonia, Hungría, Eslovenia ya son países gobernados por coaliciones de extrema derecha, mientras las formaciones ultra nacionalistas de España, Francia y Suecia, se preparan para saltar a la cancha de gobierno en las próximas rondas electorales. Más modestos en sus resultados pero con anhelos similares se sitúan las formaciones filonazis de Países Bajos, Alemania y Reino Unido y Austria.

En prácticamente la mitad de los países de la UE, la extrema derecha está en el gobierno -en coalición o en soledad- o tiene posibilidades reales de estarlo en el corto plazo. La agenda de todo el continente está condicionada por la agenda anti inmigración, islamófoba, euroescéptica y anti LGTBI

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Periodista y fotógrafo. Edito, escribo y leo. No siempre en ese orden.

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