Los cuerpos de Ramona

Desde que me desperté que pienso en el cuerpo de Ramona. Desde el soporte de mi cuerpo, cómodo y descansado, este cuerpo que higienizo e hidrato, después de leer el comunicado de la Poderosa y de mandar un par de mensajes, por fin me levanto, me lavo los dientes, me tomo la pastilla, todo en la pileta de la cocina, porque la del baño se rompió y eso me parece un gran inconveniente, pero vuelvo a recordar la noticia y vuelvo a mirar su video donde muestra la canilla de la que no sale agua. Si algunos nos podemos poner ansiosos por ver si nos depositaron el sueldo o no nos responden un mensaje, no puedo imaginarme la desesperación de ir a ver si volvió el agua, después de que un gobernante lo diga por la televisión

Por Melina Varnavoglou

Mientras abre y cierra el grifo, Ramona le reclama a la política burguesa algo que hasta los más revolucionarios hemos olvidado: exigirle a lxs poderosos que se pongan en su lugar. "Que él se quede en mi casa un día” dice por ultima vez a Diego Santilli con la mano en la canilla y mirando a la cámara. Se niega a que esto pueda ser llamado gestión, impugna entonces con tan desesperado movimiento esa representación política.

Pero además de esto, esta vez la miro de verdad, miro su cuerpo. Es un cuerpo joven que pareciera ser fuerte, muy distinto a los que nos dicen que son cuerpos "en situación de riesgo". Pero el cuerpo de Ramona es un cuerpo pobre, un cuerpo villero.

Ningún gobierno dice que son los cuerpos de los pobres los que se mueren. Porque sería asumir su incapacidad de contener la crisis. Pero lo sabemos.
Según los números de La Poderosa, hay 628 casos positivos en la 31, 226 en la 1-11-14, 13 en la 21-24, 9 en la Oculta, 3 en Zavaleta, Carrillo y Rodrigo Bueno, 2 en Fátima y la 20, 1 en Inta y Mitre.

Ingenuamente y por el impacto de la noticia, pienso que Ramona es la primera muerta de la 31, pero no, hay otra más, y en la 11-14 ya hay como 4. Sin embargo, sigue sin haber lugar para la sorpresa. ¿Por qué esto no habría de pasar? ¿Por qué deberian recibir auxilio esos cuerpos? Si en el reparto de la empatía, solo nos acordamos de ellos cuando queremos que alguien nos limpie la casa o el lugar donde trabajamos, cuando queremos que nos levanten una pared o nos cocinen.

La "gran política" sólo devuelve esa jerarquía en forma de desabestecimiento, de falta de suministro, pero es la misma desidia, es el mismo clasismo. Antes de que la trasladaran por un cuadro de neumonía, hacia 12 días que en la casa de Ramona no había agua.

Su cuerpo era una bomba de tiempo contra la nada. Algo así como lo que la meritocracia le dice a los pobres que hagan: que si te esforzás podés; que si no robás ni te drogás, salís y que si caes preso y cumplis tu “condena” hay una vida afuera –sabemos que sólo puede haber marginación y muerte, con o sin coronavirus-. Ahora sabemos un poco más que todo ese discurso es una sola cosa: exigir remar sin agua.

El cuerpo de Ramona es también un cuerpo de mujer racializada.

Tenía y dejó huérfanas dos hijas, una de ellas con una enfermedad que la inmoviliza y que necesitaba de su asistencia permanentemente. Junto a ellas, también estaban viviendo su pareja, su cuñada de 62 años, su cuñado de 68, su sobrino con problemas cardíacos y su sobrina diabética. “No por capricho, esperaban su relocalización hace 4 años. Intensificaron su reclamo en 2018, cuando debió materializarse la mudanza. Y más aún cuando se declaró el aislamiento social obligatorio”, agrega el comunicado de la Poderosa. Cocinando, limpiando, trabajando y saliendo a comprar bidones de agua para traer a su precaria vivienda hacinada. El cuerpo de Ramona estuvo más tiempo cuidando que enfermando. Es un cuerpo que quizás nunca recibió cuidado, donde no había espacio vital para el deseo.
“Se tuvo que exponer ella primero, y después tuvo que exponer su cuerpo porque al final siempre terminamos siendo nosotras, las mujeres, quienes no solamente sostenemos las ollas populares, los comedores, y un montón de otras cosas más, sino también quienes terminamos poniendo el cuerpo y exponiendo nuestra salud para poder garantizar derechos básicos que no son garantizados, y fue por todo eso también que ahora se vio expuesta al contagio” dice Lilian en una entrevista, sobre su compañera.
Como nos pasa siempre a las mujeres, lesbianas trans y travestis sobre las que recaen las tareas de cuidado, en la cadena de cuerpos urgentes que atender, el suyo quedó en último lugar.

El cuerpo de Ramona es, no lo olvidemos nunca, un cuerpo militante.

Entre sus varias tareas, Ramona junto a su marido trabajan como gestores de trámites para personas con discapacidad, coordinando sus traslados a escuelas y centros de terapia.
Pero también, Ramona era referenta del área de salud de la Casa de las Mujeres y las Disidencias de la Asamblea de La Poderosa.
Además de la emergencia sanitaria, está la económica: muchas de las cooperativas de trabajo, sostenidas en su mayoría por femeneidades, tuvieron que dejar de funcionar, dejando varias familias sin ingresos, pero también desposeyéndolas a ellas de la autonomía como trabajadoras “teniendo que reducir la vida de todas nuestras compañeras adentro del hogar, muchas de ellas compartiendo las 24 horas del día con su agresor” como dijo Jésica Azcurraire del Frente de Géneros de la Poderosa.

No hay heroísmo, solo bronca y tristeza. Aunque su nombre sea el de una comandanta zapatista, no "seremos" como Ramona.

Su muerte se inscribe para mí, y duele hoy, tanto como la de Mariano Ferreryra, la de Santiago Maldonado, la de Diana Sacayán. Todas esas muertes son políticas y las viví militando, pude marchar por elles, pude postear un comunicado en la página de la organización a la que pertenecía.
Hoy no pertenezco a ninguna e igual me siento con el mismo dolor que muchxs militantes del campo popular, la muerte de un militante para quienes sabemos de su apuesta, de su compromiso y de ese riesgo, siempre duele más.


A todxs lxs que nos pensamos así. espero que esto al menos nos sirva para acabar con la farsa de que para militar no hay que poner el cuerpo, o algo aún peor: esperar que lo pongan otrxs en nombre de nuestra tan mentada estrategia de intervención política. Ojalá nos incomode un poco nuestra a veces tan alienada militancia este cuerpo pobre, racializado y de mujer que dejo la vida por sostener todo lo que habia que sostener en ese territorio.

Lxs vecinxs de las villas hace años que vienen reclamando por ser tomados como actores en el proyecto de urbanización, no se trata solo de que suceda sino de cómo, de dejar de estar frenando desalojos, por eso es extemporáneo pedir por eso como algo nuevo. Pero sí sigue vigente, para esa lucha, que la sociedad comprenda esta problemática como general y no sólo sectorial, como "localidades vulnerables" al decir del comité de crisis del gobierno, y que por fin puedan ser lo que son, sujetos políticos, productores, militantes plenos; para que eso pase podemos empezar por cambiar nuestras propias lógicas, dejar de sustituirlos en nuestro afán politicista.

Es momento de pedir justicia, claro, pero no es momento de hacer grandes declaraciones, es momento de llevar agua y material sanitario a las villas, aunque sea voluntarista, -y hasta algún iluminado podrá tildarme de “pobrista” por esto- aunque no lleve agua (!) para el molino de ninguna organización, a pesar y “no hasta que” la respuesta del gobierno llegue.
Ojalá nos sirva para entender que solo unos privilegiados podemos en este momento sustraernos de lo comunitario.

No hablo de lavarle la cara a nadie, a ninguna responsabilidad política, que son varias (no solo Larreta, no solo Aysa), sino de entender nuestro lugar, y no subestimarlo, es no regalar la potencia de lo colectivo, mientras esperamos (algunos dirán “disputamos”, con la hipocresía de no haber construido las condiciones políticas para estar en lugar de poder disputar nada; otros, menos hipócritas, pero igual de impotentes dirán “exigimos”) que la razón de Estado - capitalista, patriarcal, racista- cambie. Hasta que todo sea “como lo soñamos”. Pero por favor, ¿sueña una villera infectada y sin agua con la revolución socialista? Estoy harta de esa hipóstasis pajera y que en tiempos de urgencia –que en las villas es siempre- hasta me parece asesina. Lxs pobres no tienen tiempo para entender su explicación. Hay que hacer todo junto, todo a la vez, como las mujeres pobres hacen. Hay que hacer algo para que no se mueran por luchar.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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