La opereta de Trump contra Maduro

Al mejor estilo de las películas del “lejano oeste”, desde la semana pasada Nicolás Maduro es ‘buscado’ y el precio de su cabeza ronda en los 15 millones de dólares. De forma miserable (y cobarde) es como ha procedido Estados Unidos a dar un nuevo salto en su intervención sobre los destinos de América Latina, y particularmente sobre Venezuela

Por Emi Pereira para Enfant Terrible

A través de un comunicado de la DEA, Nicolás Maduro ingresó de forma oficial a la lista de personas más buscadas por Estados Unidos en el mundo. Con el armado de una causa que lo relaciona con el narcotráfico en Venezuela y Colombia, Maduro, altos cargos del Ejército y el gobierno venezolano han sido acusados de pertenecer al Cartel de los Soles, de utilizar su posición en el Estado con el fin de “permitir y facilitar” operaciones del narcotráfico e “inundar de cocaína a los Estados Unidos”.

Sin embargo, esta acusación no es nueva. La denominación de Cartel de los Soles ha sido utilizada, a partir de la década del 90 para identificar a los negociados de narcotráfico y contrabando que implicarían a la alta cúpula del ejército venezolano. Algo que cobra particular fuerza como eje de denuncias desde la presidencia de Chávez en adelante, vinculando su colaboración con las FARC de Colombia.

A través de la figura del Cartel de los Soles, se ha creado para el imaginario colectivo dos bandos: por un lado, el campo ‘democrático’ de Estados Unidos y el gobierno de Colombia que “libran” una lucha contra el narcotráfico y la corrupción que fagocitan en el otro, donde se encuentra el gobierno venezolano junto a las FARC con el apoyo de inteligencia cubana.

Una intentona golpista

Reconocer que existe una operación política para justificar la intervención de Estados Unidos en los países latinoamericanos, no debe llevar a negar que la corrupción exista en la burocracia del Estado, sobre todo en un país donde abunda la miseria social como consecuencia de la crisis económica a la que es sometido. Cabe recordar que sobre Venezuela pesa un bloqueo económico fomentado por el gobierno de Trump, un congelamiento de sus cuentas bancarias en el exterior y en estos últimos días le ha sido negado un pedido de préstamo al FMI para enfrentar la crisis del Coronavirus en el país.

Pareciera que la memoria del gobierno de Estados Unidos es selectiva en estos asuntos, porque hasta el momento no ha actuado con la misma vehemencia sobre escándalos de corrupción que salpican a la gran mayoría de gobiernos latinoamericanos (muchos afines a su política), como por ejemplo el caso de Odebrecht.

Muchas veces en política el tiempo es valioso y no se deben perder las oportunidades para aprovecharlo. Pareciera que esta es la ley primera en la política internacional de Donald Trump, al cual poco le importa la crisis de salud que atraviesa el mundo debido al coronavirus, que en vez de concentrar sus energías y recursos en frenar el avance de la pandemia al interior de sus fronteras, dedica sus energías a cazar por el mundo a políticos opositores a Estados Unidos. 

Cabe recordar que  Estados Unidos, junto a 60 países alineados a su política internacional, impulsan a Juan Guaidó como presidente de Venezuela en desconocimiento a Maduro y la Asamblea Nacional. Ahora, el gobierno yankee con este avance busca presionar una nueva negociación con el régimen ya desgastado que gobierna en Venezuela y forzar una salida.

Sin embargo, hasta el momento no han podido derrocar al chavismo y es por esto que avanzan con este escandaloso intento. Es que en Venezuela, hasta ahora, ha fracasado la estrategia de apoyar a una figura de la oposición de derecha en nombre de la “democracia”; como sí ha funcionado en otros países, como por ejemplo Bolivia con el golpe de Estado.

En medio de la crisis de salud, se han agudizado las condiciones de la crisis económica preexistente y se recrudecen las contradicciones de la guerra comercial planteada. En ese sentido, para Estados Unidos resulta clave poner al conjunto de América Latina (y sus recursos naturales) bajo su órbita económica. Esto es lo que viene buscando en acuerdo con el grupo de Lima.

Mientras desde los lugares más altos de la política internacional, se juega con la salud y los destinos del pueblo latinoamericano como si fuera parte de un tablero de ajedrez global. Es necesario entre tanto aislamiento no perder la atención, porque en estos tiempos de pandemia, la cuarentena resulta obligatoria para todxs menos para los intereses del Imperialismo.

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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