Se encendió la mecha amarilla en Francia

Cientos de miles de franceses volvieron a movilizarse usando chalecos amarillos para repudiar las subas en combustibles impulsadas por el presidente Emmanuel Macron. Más de 900.000 personas ya han firmado una petición de rechazo al aumento.


Por Sofía Jalil para Enfant Terrible

En Francia continúan las manifestaciones y movilizaciones iniciadas el pasado fin de semana por los “chalecos amarillos”, contra las subas en los precios del gasoil y el diésel impulsadas por el presidente francés Emmanuel Macron.

Ayer hubo más de 400.00 manifestantes en las calles -282.000, según el Gobierno -, también hubo represión policial con gases lacrimógenos, 282 arrestos, más de 2.000 actos, 450 cortes de ruta, tres bloqueos a depósitos de petróleo en dos ciudades, más de 500 heridxs y dos muertxs es el saldo de las protestas y la feroz represión del gobierno.

Se trató de la movilización más multitudinaria contra el Gobierno desde que asumió en mayo del 2017. Actualmente, 900.000 personas firmaron una petición contra la medida, según informó el medio RFI (22-11-2018). Mientras tanto, el Gobierno no da el brazo a torcer y lxs manifestantes prevén una masiva movilización en París para el próximo 24 de noviembre.

Les “Gilet Jaunes” (chaleco amarillo en francés) son quienes encabezan la protesta. No responden a ningún partido político -así los presentó la prensa francesa- y su movilización surgió desde las redes sociales hasta ocupar las calles, cortar las rutas y marchar en decenas de ciudades.

Representan a los sectores rurales y acusan a Macron de favorecer a las elites. Son quienes habitan las periferias y zonas rurales a raíz de los aumentos en las viviendas de zonas urbanas. Denuncian que las subas les afectan directamente ya que recorren más kilómetros para acceder a servicios y, en los últimos tres años, los combustibles aumentaron entre un 20 y 40 por ciento según el tipo de gasolina.

Sienten que no están en los planes del gobierno y la extrema derecha agudizó su ojo con ellxs. Según el diario cuartopoder.es, entre los promotores de la movilización hay integrantes de Francia En Pie, el movimiento ultraconservador de Nicolas Dupont-Aignan que apoyó a Marine Le Pen en las elecciones del 2017. Le Pen es la cara de la extrema derecha reaccionaria francesa.

No obstante, la extrema derecha no pudo hacerse de la movilización ya que distintas vertientes del socialismo también salieron a apoyar la causa. El partido La Francia Insumisa con Jean-Luc Mélenchon a la cabeza reclamo que la suba en los impuestos recaiga en las grandes empresas y elites económicas, y no en el pueblo.

De igual forma, la medida de Macron cristalizó el descontento social que tanto buscan los líderes de la extrema derecha populista y xenófoba. Este dato no es menor ya que el índice de aprobación de Macron cayó al 25% contra el 50% que ostentaba en enero de este año, según el último estudio de Ifop publicado por “Le Jornal du Dimance” (18-11-2018).

Se trata del mínimo histórico en su presidencia, pero Macron hace oídos sordos y defiende la medida que, según argumentó ante la prensa, "apunta a una transición energética para eliminar la dependencia económica de los combustibles fósiles, fomentar el desarrollo de energías renovables y cumplir con el Acuerdo de París para reducir el calentamiento global."

Con ingresos por 33.800 millones de euros previstos para el 2018, se espera que tras la medida, el impuesto sobre hidrocarburos (TICPE, en francés) aumente su valor cada año hasta 2022 con otros 3.700 millones adicionales. Se trata del cuarto ingreso fiscal más importante del Estado por detrás del IVA, los impuestos sobre la renda y las empresas, informó Europapress (17-11-2018).

Europa en la mira

Francia es uno de los países que sostienen política y económicamente la existencia y la viabilidad de la Unión Europea. En este sentido Macron se acerc a la canciller alemana Angela Merkel. Tras los recordatorios por el Centenario de la Primera Guerra Mundial, los mandatarios llamaron a “romper los tabúes” sobre sus medidas para reformar la Unión Europea.

El pedido de Macron por “más Europa” implica ceder soberanía popular, algo que la extrema derecha defiende cual nacional socialismo de 1930. Con Merkel de la mano, lxs mandatarios alientan la creación de un Ejército europeo común, un presupuesto para la eurozona que compense los desequilibrios fiscales de los 19 países miembros y un fondo monetario europeo para estabilizar al euro.

Fuentes: Cuartopoder.es, Europapress y El País.

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