Reivindicando la celulosa con "La vuelta de San Perón"

"La vuelta de San Perón" es una película nacida de un hallazgo inesperado. Perdida en el tiempo y el espacio, una bobina de celulosa de 16mm esperó guardada dentro de una caja de pizza, con un rótulo hecho a mano que decía "San Perón", a ser rescatada por un amante del cine.

En las calles adoquinadas del viejo San Telmo hay una liturgia. Un acto memorioso y colectivo de profundo calado cultural que invita a embarcarse, una o dos veces por semana, en la magia de la celulosa.
El Cineclub Dynamo proyecta desde hace más de diez años, cintas de "material fílmico de grandes obras y rarezas" en 16mm o súper 8.

Hace algún tiempo, antes de la pandemia, el director Carlos Müller buscaba entre colecciones de cinematógrafos nuevas piezas para proyectar en su ciclo. Entonces recibió, dentro de una caja de pizza, una bobina que contenía un tesoro: un corto rodado en los años 70, sin créditos y que por todo título llevaba la inscripción "San Perón" sobre la tapa de cartón.

El filme muestra a una mujer en primer plano que afirma ser madre de 17 hijos que se dedican a cirujear, y que anhela el regreso del general Perón a la Argentina tras 18 años de exilio. Las tomas en blanco y negro recorren el entorno, situado algún lugar perdido de la Provincia de Buenos Aires, entre el barro y la miseria que sobrevino a las clases populares tras la proscripción del peronismo y las dictaduras de 1955 y 1966. En diálogo con la Agencia Télam, Carlos Müller declaró:

"Creo que lo más fuerte, lo que más nos impactó al ver el corto por primera vez fue el estar frente a un mensaje que se había extraviado y que hacía de ese rollo en 16 milímetros una cápsula en el tiempo que podía reactualizarse en el presente."

Tras muchas conjeturas y deliberaciones, Müller inició una ardua investigación para dar con el paradero de los realizadores del corto. Tras proyectarlo en el programa "Cine argentino perdido y recuperado" de Fernando Peña emitido por la TV Pública, hizo un llamado a la audiencia para que quien tuviera datos o pudiera aportar información sobre aquella cinta perdida en el tiempo, se pusiera en contacto con él.

Entonces, en la soledad de su casa, el realizador Héctor Aure vió después de 40 años, su película proyectada por televisión. Tras ponerse en contacto con Müller, dieron juntos un paso más: iniciar la búsqueda de los 18 protagonistas, rastrear las vidas retratadas en aquel corto para cerrar el ciclo iniciado tantas décadas atrás.

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