Si todo queda guardado en la memoria es porque hay personas que trascienden la historia.

El pueblo te llora, te agradece, te aplaude y gira alrededor de tus pasos en Plaza de Mayo, Norita. Noventa y cuatro años pisando la tierra que te vio crecer. Serás eterna entre quienes han encontrado en vos y en todas las Madres de Plaza de Mayo un abrazo y un signo de esperanza, aún cuando parecía que la historia "siempre la cuentan los que ganan".

No elegiste que la gente te quiera, te recuerde y te cuide. Junto con Estela, Hebe y demás Madres, se encontraron con la misma incógnita: ¿dónde está mi hijo? Sin querer, demostraron que a los militares y al silencio de la complicidad se los combatía con la acción que encarna la palabra.

Todos gritaban gol y ustedes gritaban sus nombres, todos las trataban de locas y ustedes gritaban "fueron 30.000", todos decían “algo habrán hecho” y ustedes dijeron “Nunca Más”. Se transformaron en símbolo, en Abuelas y Madres de cada unx que hoy defiende lo que ustedes nos enseñaron. Gracias, Norita, por mostrarnos que la historia no la escriben los que ganan, la escriben quienes resisten y luchan.

Si el poder es que la gente te quiera, haremos que tu nombre esté presente en todos lados.