Yo sabía que a Bulacio lo mató la policía

Una noche del 19 de abril de 1991, Walter Bulacio de 17 años fue a ver a los redonditos de ricota en Obras Sanitarias. En una razia de la Policía Federal lo llevaron a la Comisaría 35a en donde lo torturaron hasta entregarlo agonizando al Hospital Pirovano. Murió una semana después a causa de la salvaje golpiza. Hoy se cumplen 30 años del crimen de quien está presente en los cánticos ricoteros, de quien figura en remeras y en miles de banderas. Un crimen que dejó marcada a una generación, pero que sin embargo no detuvo la violencia estatal

Hace 30 años en el estadio de Obras Sanitarias se presentaban a tocar Patricio Rey y sus redonditos de Ricota. Walter Bulacio iba por primera vez a ver su banda favorita. Esa noche fue detenido junto a 130 menores por supuestos disturbios en las inmediaciones del estadio. Todos fueron trasladados y fuertemente golpeados, a la famosa comisaría 35ª, en Cuba y Núñez. Walter estando moribundo, se descompuso y fue derivado al hospital más cercano. Murió una semana después en el Sanatorio Mitre a causa de la salvaje golpiza. Miguel Ángel Esposito, quien estaba a cargo de la comisaria no dio cuenta de lo sucedido.

Foto: Fernando de la Orden

Uno de los amigos de Walter, Nazareno, escribió en la pared del calabozo: “Jorge, Walter, Kiko, Erik, Leo, Nico, Nazareno, Betu, Héctor, caímos por estar parados”. Por qué en vez de correr, se quedaron en sus lugares. La represión policial hizo que una buena cantidad de jóvenes se dispersaran corriendo a través de la avenida del Libertador, pero el grupo de Walter se quedó quieto porque no estaba haciendo nada. Walter fue detenido sin causa y también tuvo que salir en libertad inmediatamente por ser menor, tenía 17 años. De lo contrario, deberían haber pedido la intervención de un juez de menores con competencia.

En contramano, la policía federal lo golpeó en el calabozo. Hubo porras, patadas y puñetazos hasta dejarlo desmayado.

Foto: La Voz

Dos años después del asesinato de Bulacio, en 1993, el Indio Solari señaló en una entrevista a Página 12: “La abuela de Walter Bulacio, su familia, sus amigos, ellos son los únicos a quienes de verdad les duele lo ocurrido. Los amigos de Bulacio son gente que todavía va a ver a los Redonditos. Esos pibes saben cómo es y entienden de qué manera nosotros nos manifestamos con respecto a esos temas. Si algo sale mal, el garrón nos lo comemos nosotros. Lo de Bulacio nos excedía, no era nuestra responsabilidad, pero son cosas que las cargás. El grupo comenzó a tener una magnitud en los medios y en lo político. Estuvimos donde teníamos que estar y no donde nos reclamaban que estuviéramos”.

Por otra parte, María Ramona Armas de Bulacio, quien murió en octubre de 2014 sin haber encontrado justicia, en conversación con diario Clarín, comento: “Los Redonditos fueron unos malditos; cuando estábamos velando a Walter no enviaron ni una flor. Son raros, los chicos viven para ellos y no les importa nada más y con Walter se hicieron famosos. Una vez tenía tanta bronca que quise ir a verlos; fue cuando tocaron en Huracán, hice tres cuadras, pero no podía caminar de la gente que había y me volví”.

Foto: Agencia Paco Urondo

La causa de Walter Bulacio pasó por decenas de jueces y el caso fue cerrado por la Justicia local, por prescripción de la acción penal, pero reabierta en diciembre de 2004 por un fallo de la CIDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos). El juicio oral se hizo a finales de 2013, 22 años después, y el comisario Espósito solo fue juzgado por el delito de “privación ilegal de la libertad” y nadie pagó por la muerte de Walter. La pena de tres años de cárcel “en suspenso”, sin cumplimiento efectivo. Todo quedó impune.

Walter estará siempre en el recuerdo, con su sonrisa brillante y su desfachatez ante la vida. Entre cantos, banderas y murga, siempre cantaremos: "yo sabía que a Bulacio lo mató la policía".

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Tesista en la Licenciatura de Psicología y estudiante del Profesorado en Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba.

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