No nos olvidemos de Cabezas, recordémoslo

Hoy se cumplen 25 años del asesinato de José Luis Cabezas, ejecutado por investigar al empresario Alfredo Yabrán, perteneciente a las más altas esferas del poder empresarial en la Argentina de los años de Carlos Menem.

“José Luis… casi oculto y silencioso detrás de su cámara, sin que apenas lo conozcamos, nos dejó un modo auténtico de ver el mundo. Más ahora, en esa particularidad de los seres transformados en símbolos, un país entero exige justicia, a través de su inextinguible mirada”.

Ernesto Sábato; 1998.

Hoy se cumplen 27 años del asesinato mafioso al periodista José Luis Cabezas (1961-1997), ejecutado por inmiscuirse con la figura de Alfredo Yabrán, empresario perteneciente a la más altas esferas del poder en la Argentina de los años de Carlos Saúl Menem.

En aquel entonces, José Luis tenía 35 años. Era padre y esposo, y también reportero gráfico de Revista Noticias. Yabrán por su parte, era un empresario de rostro desconocido, acusado de estar vinculado al lavado de dinero y los carteles del narcotráfico como el de Medellín en Colombia. Entró en la mira periodística y fotográfica de Cabezas en Pinamar, un terreno que este último se dedicó a cubrir durante mucho tiempo.

Acostumbrado a fotografiar celebridades y trabajar en el ámbito artístico de la fotografía, José Luis sería el primer -y hasta entonces único- reportero gráfico que fotografió a Yabrán ese verano de 1996. En ese momento, Yabrán ya había sido denunciando por "mafioso" en pleno Congreso de la Nación por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo y sospechado por el poder adquirido a través del manejo de las principales empresas postales del país (OCA, Ocasa, entre otras), que se expresaba en negocios inmobiliarios y propiedades. Si algo quedó claro es que a este particular personaje no le gustaban las fotos, tal como lo dejó claro en su frase:

“Si me sacan una foto, es como pegarme un tiro en la frente”

Alfredo Yabrán junto a su esposa. Pinamar, febrero de 1996. Foto de José Luis Cabezas retrato que le costó la vida, tras ser publicada en tapa de Revista Noticias al día siguiente.
Esta foto en la tapa de la Revista Noticias marcó un antes y un después en Argentina. Hasta entonces, Yabrán se había mantenido en el anonimato, pero ahora todo un país conocía su rostro

Al año siguiente, un 25 de enero del 97', Cabezas salió de la fiesta del empresario Oscar Andreani en Pinamar. Fue perseguido en silencio y antes de poder entrar al hotel donde se alojaba fue secuestrado y llevado a una excavación en la localidad Madariaga donde, esposado y golpeado, fue fusilado con dos disparos en la nuca a corta distancia por un miembro de la Policía Bonaerense. Su cadáver fue introducido en su Ford Fiesta y prendido fuego. El auto calcinado fue encontrado poco después, cerca de Pinamar.

En ese entonces se vivían momentos muy delicados en Argentina, con el gobierno de Menem muy cuestionado y un Eduardo Duhalde que se prometía como candidato por el peronismo para las próximas elecciones, por lo que un asesinato tan atroz como el que sufrió Cabezas generó gran impacto político y social tanto en la provincia de Buenos Aires, como en el país.

Según lo describió el periodista Antonio Fernández Llorente:

“Era 97', un año político muy complicado, de mucho enfrentamiento, como fueron todos los 80's y los 90's. Lo que pasa es que nunca imaginabas que la frutilla del postre sea un fotógrafo, un periodista. Era impensado, porque hay un límite, no estábamos en guerra, era inexplicable. Más que José Luis no era un fotógrafo investigador, era más artístico”.

El físico y artista Ernesto Sábato en plena Plaza Lavalle, Buenos Aires, fotografiado por Cabezas en julio de 1996

Por su parte, el periodista y compañero de trabajo de Cabezas Gabriel Michi, describió el suceso como “un mensaje mafioso tanto hacia al periodismo como a la sociedad, diciendo miren; hay poderes que van a seguir operando en las sombras y quienes se metan en el camino van a terminar de esta manera. Fue el mensaje de la mafia realmente”. De hecho, en diálogo con Télam, Michi aseguró que:

“El policía -Gustavo- Prellezo dijo que si yo hubiera estado con José Luis también habría sido boleta”.

En la causa por el asesinato, 10 imputados fueron encarcelados con penas de entre 9 años y cadena perpetua; sin embargo, al día de hoy todos los culpables se encuentran en libertad (o fallecidos). Se trata de cuatro integrantes de la banda "Los Horneros" de la localidad de La Plata y barrabravas: Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana. Por otro lado Aníbal Luna, Sergio Camaratta y Gustavo Prellezo -encargado de apretar el gatillo-, en ese momento policías de la Bonaerense, y Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Alfredo Yabrán.

En cuanto a este último, se suicidó un 20 de mayo de 1998 en el baño de la estancia San Ignacio, en su Entre Ríos natal, rodeado de policías con una orden de arresto en su contra. El disparo de escopeta en el rostro lo dejó irreconocible, sumado a la negativa de los forenses para prestarse a declarar ante los medios y la imposibilidad de observar el cadáver del empresario, se generaron rumores que afirman que en realidad el cadáver encontrado no pertenece a Yabrán y que éste sigue vivo.

El caso de Cabezas despierta muchas emociones y preguntas sobre la libertad de prensa en nuestro país, e incluso en América Latina.

El de Cabezas es el peor atentado contra el oficio periodístico desde el regreso de la democracia en Argentina, contra la democracia misma y contra el derecho a la información. Asimismo, con el tiempo, a pesar de los intentos de desviar la mira de los verdaderos responsables del crimen, su muerte evidenció la complicidad mafiosa entre el aparato policial, político y el empresarial. Mostró los vestigios de los sangrientos capítulos que caracterizaron a la última dictadura militar argentina (tiempos en los que, por cierto, los negocios de Yabrán comenzaron a crecer).

Bajo la consigna "No se olviden de Cabezas", sus familiares, colegas y defensorxs de su recuerdo, pretenden traerlo en cada ocasión al ejercicio de la memoria, necesario para reflexionar sobre cómo la violencia y el horror atraviesan nuestra historia como imposición de quienes eligen el silencio como arma de dominación. Como dijo Indio Solari en un recital de Los Redondos en el Estadio Obras Sanitarias en 1990: "no nos olvidemos de nosotros, recordémonos".

En este caso, Cabezas también es parte de un "nosotros", ya que forma parte de nuestra historia. Hablemos de esta historia, nuestra historia, y que nunca más sea silencio. Recordémoslo.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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