El pasado sábado, los jugadores del Club Alvarado salieron a la cancha con una bandera exigiendo justicia por el joven Matías Paredes, asesinado a sangre fría por cinco policías de civil en la madrugada del pasado jueves 6 de febrero, mientras regresaba junto a sus amigos de la presentación de la nueva camiseta del club.
Los policías implicados fueron apartados de la fuerza y están siendo investigados bajo arresto. Para la fiscalía se trató de un operativo ilegal. En vehículos sin patentes, de civil, y sin identificarse, arremetieron contra el auto en donde viajaba el joven tras supuestamente confundirlo con un presunto ladrón en fuga.
El asesinato del joven albañil de 26 años se da en un esnecario local marcado por la promoción de la violencia policial por parte del Intendente de Mar del Plata, Guillermo Tristán Montenegro (PRO), y un contexto nacional donde las fuerzas de seguridad son envalentonadas por un gobierno que legitima y avala este tipo de crímenes.
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y responsable de la policía bonaerense, viajó a reunirse con la familia de Matías Paredes. El asesinato estatal policial ocurre luego de que ordenara la remoción de la cúpula policial de "la feliz", tras el asesinato de un kiosquero por parte de un criminal al que habrían confundido con Matías.
“Es muy triste lo que nos pasó, perdimos a nuestro amigo por andar vestido con ropa de Alvarado. No nos merecíamos esto, queremos justicia”, expresaron los dos amigos que iban en el auto junto a Matías Paredes.
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