Entre el 22 y el 25 de mayo se llevó adelante el tercer Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir en la provincia de Salta-Kollasuyu, del que participaron al rededor de 250 personas. El encuentro abordó como problemática central el chineo, violencia sexual ejercida sobre las niñas y adolescentes indígenas, y se le exigirá al Estado su abolición y que sea declarado como crimen de odio.

El parlamento, organizado por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir,en esta oportunidad juntó a mujeres y disidencias de los pueblos aborígenes diaguita, calchaquí, wichí, charrúa, mapuche, moqoit, tapiete, ava guaraní, chorote, chané, weenhayek, chulupí, simba guaraní, guaycurú, lule, kolla, qom, purépecha, huarpe, quechua, ranquel y aymara que dieron apertura al parlamento y a través de la consigna #BastaChineoYA exigieron:

“Es tiempo de darle un ultimátum al Estado que ha permanecido cómplice de criminalidades como el 'chineo' y que además ha reforzado la impunidad a través de su indiferencia”

El chineo es la violación sexual contra niñas indígenas. Una práctica sistemática y colonial. Los perpetradores de esta violencia sexual, disfrazan su accionar como una “costumbre cultural”. En muchas ocasiones, cuando los agresores gozan de una buena posición económica, las eligen “a modo de rito iniciático de la sexualidad de las niñeces”.

Después de semejante agravio sobrevienen muchas otras injusticias como el embarazo no deseado de niñas y el posterior impedimento a acceder a un aborto seguro y gratuito. Sin dejar de lado las múltiples discriminaciones y revictimizaciones para denunciar el hecho. En otros casos, el suicidio.

En una conversación con El Destape, Martín Yañez, antropólogo del Ministerio de Defensa de Salta, se explayó sobre esta práctica y la definió como: “el chineo es una práctica de abuso sexual que se da en el Chaco Salteño pero también donde hay contacto entre pueblos originarios y criollos. Una práctica que tiene orígenes coloniales porque es propia del conquistador que está dominando al pueblo oprimido y esa dominación se juega en el cuerpo de las mujeres y niñas”

Desde el III parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir manifestaron a través de un pliego de 11 puntos que el chineo:

"Se trata de una práctica criminal, racista y colonial sistémica” y le exigieron al Estado "su tipificación urgente como crimen de odio, que alcance las penas máximas y sin obtener beneficios, como la libertad condicional, la reducción de condena y la imprescriptibilidad del delito"

Además, incluyen en los reclamos que se responsabilice e inhabilite a trabajar en territorios indígenas a empresas que tengan empleados que hayan cometido este delito, y en caso de ser policías, gendarmes y/o militares, se los procese, condene y se dé de baja deshonrosa.

Uno de los puntos propone la aplicación de una sanción económica al Estado argentino que será destinada a la creación de un fondo de prevención, recuperación y apoyo a las víctimas del chineo, administrado por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Considerando que el Estado, a lo largo de 200 años y en los sucesivos gobiernos, ignoró esta problemática y no elaboró ninguna herramienta legal para su prevención o abordaje.

Las mujeres y diversidades por el Buen Vivir, exigen la elaboración protocolos con participación y consulta a mujeres y diversidades indígenas. “Con fines a que se apliquen en instituciones, tanto del Estado Nacional como en cada una de las provincias y municipios, como ser instituciones educativas, de salud, de justicia, y de seguridad”.

Es urgente que el reclamo de estas comunidades se convierta en un asunto público y político, que se conozca y sea repudiado por cada habitante del país. Es a través de la involucración como sociedad que puede abolirse esta práctica colonial que se sostiene hace siglos, y que sólo confirma el racismo y el clasismo con el cual somos capaces de convivir.