No le pidas todo al señor: Teatro futbolero al compás de Sumo

«No le pidas todo al señor» es una obra de teatro que nos sumerge en el mundo barrial de los 90’. Dos hermanos diseñan un calculado plan capaz de cumplir su sueño más preciado: vivir del futbol. Con la dirección de Gastón Morí y la dramaturgia de Rodo Ramos, esta creación de El Cuenco desarrolla una atrapante historia futbolera al compás de las canciones más icónicas de Sumo

Entre el disfrute del futbol y la desesperanza de los 90’

El curso de la obra interpela particularmente a aquellos que crecieron en la década del 90 entre el disfrute del fútbol y la desesperanza del neoliberalismo. Se muestran las consecuencias del despojo en una particular historia de dos jóvenes a los que sólo les queda soñar. En escena observamos la relación de dos hermanos golpeados por diversas desgracias sufridas. Su contexto inmediato no parece ofrecerles una solución adecuada; toda alternativa factible deambula sin exhibir un horizonte amable.

La situación los conduce a buscar la salvación en sueños improbables, de aquellos sueños que solo se
cumplen de manera milagrosa. Tal vez la esperanza en lejanos escenarios felices desande la mala racha, o quizás la convicción en un futuro mejor permita que El Señor disponga una chance dichosa.

«No le pidas todo al señor» es una obra que respira fútbol por todos lados. Tiene una capacidad impresionante de captar las sensaciones que transitan los amantes de ese deporte.

Más allá de la trama central, todos los elementos proyectados consolidan una atmosfera emocional que logra transmitir los sentimientos que casi todos los fanáticos del futbol sentimos, pero que pocas veces logramos expresar. La destacable sentimentalidad exhibida es resultado del trabajo actoral que realizan Federico Molfino y Pablo Campetella. Ambos actores proyectan sabiamente su voz y su cuerpo para darle contextura física a la dramatúrgia.

En diversos pasajes de la obra, los dichos interpelan nuestra memoria sensitiva y, como espectadores, rememoramos placeres populares muy arraigados en nuestra idiosincrasia argentina. El efecto sensible se debe a una interesante búsqueda poética a través de un uso particular del lenguaje cotidiano y en esa suerte de poesía mundana, encontramos numerosos fragmentos sumamente bellos. Al mismo tiempo, cada intérprete imprime a su personaje una marcada personalidad, enriquecida constantemente por la
especial química que el binomio actoral consigue en su tónica fraternal.

Una delicadeza escénica notable

«No le pidas todo al señor» exhibe con justeza el micromundo de dos pibes de barrio. Sorprendentemente, ese escenario popular es mostrado con una delicadeza estética notable. La rudeza barrial y rockera de ambos personajes se despliega en un cuidado trabajo esceno- técnico. La obra sostiene una identidad tan bien elaborada que esa sinergia inesperada se desarrolla con impactante naturalidad. Nada de lo que vemos resulta extraño o incómodo.

Nunca imaginé que una construcción escénica tan cuidada pudiera amalgamarse a unatemática futbolera con la fluidez que aquí observamos. La lograda composición escénica se debe a un notable trabajo de coordinación y timing. Las fases de ejecución de los actores en su tarea de ir y volver con sus dichos, aparecer y ausentarse con sus cuerpos, relacionarse y desvincularse en tanto dupla, regalan un festival estético hermoso de ver. En este sentido, es llamativa la calidad de los efectos visuales en relación a los escasos materiales presentes en la escena.

Los pocos elementos de la escenografía configuran una estética minimalista que se sostiene centralmente en la composición lumínica: cerca de una decena de lámparas de techo habilitan un constante juego de luces que dota de distintivo carácter a cada segmento de la obra. Esta construcción artesanal conduce paradójicamente a un efecto visual de bisturí, casi digital. La ostensible configuración de encuadres profesionales compuestos por elementos caseros es una característica motorizada por la potencia lumínica, pero lograda
en la convivencia de todos los matices escénicos de la obra.

La calibrada armonía entre la iluminación, la escenografía, las actuaciones y el curso narrativo configuran así una pieza teatral de corte cinematográfico. El despliegue que vemos en escena nos hace olvidar que
estamos en el teatro, y nos vemos conducidos hacia una experiencia más cercana al cine.

Soltar el brillo con Sumo

«No le pidas todo al señor» expresa un apartado musical sobresaliente. El desafío autoimpuesto de utilizar solo canciones de Sumo se resuelve con virtuosismo. Lo que podría ser una limitación se desarrolla como una herramienta efusiva. Aunque conozcamos toda la discografía de esta emblemática banda argentina, en esta pieza teatral cada canción adquirirá una nueva dimensión. Las coreografías escénicas imprimen a la sonoridad conocida una extensión visual impensada. Descubrimos una versatilidad en Sumo que
expande nuestras preconcepciones.

En sus letras callejeras se destapa el brillo delicado de una estética suburbana desplazada. En el transcurso de la obra descubrimos que la ruda existencia de dos pibes futboleros de barrio no estaba condenada a una representación tosca y vulgar. Nuestra sensibilidad más propia puede ceder sus barreras ante el encanto visual de una estética escondida. Esculpir los sedimentos bellos de una poesía oculta no exige una sinfonía solemne o un minué con gracia de violines. Tal vez el encanto sonoro de una banda descarada y popular desmantele aquellos resquicios de belleza esparcidos en la vorágine circundante. “Soltá el brillo, soltá la belleza de tu pelo con Wellapon”(Heroina – Sumo)

Jueves de Mayo a las 21 hs. en El Cuenco Teatro (Mendoza 2063)
Anticipadas por Antesala

FICHA TÉCNICA
EN ESCENA: Federico Molfino - Pablo Campetella
DRAMATURGIA: Rodo Ramos
DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Gastón Mori - Rodrigo Cuesta
VESTUARIO: Rodo Ramos
FOTOGRAFÍA Y DISEÑO GRÁFICO: Federico Molfino
PRODUCCIÓN: El Cuenco Teatro
DIRECCIÓN: Gastón Mori

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Urquiza 1740 7A, Córdoba.