Este martes comenzó a discutirse la modificación del Código Contravencional que impide el trabajo a artistas callejeros. De aprobarse el proyecto de ley, se multará, denunciará y perseguirá a quienes ocasionen “ruidos molestos”. Con marchas y concentraciones en todo el país, una marea de payasos, músicos y artistas rechazaron su aprobación.
Fotografía de Alfonso Sierra
El proyecto de Ley 1664-J-18 comenzó a tratarse este martes en la Legislatura Porteña. Como ya lo hizo con los vendedores ambulantes, a través de esta modificación del Código Contravencional, el Gobierno de Horacio Rordríguez Larreta buscará darle libertad de acción a las fuerzas policiales, ésta vez, contra los artistas callejeros. Por eso, bajo el lema “El arte no es delito”, miles de músicos, payasos y trabajadores de la cultura se manifestaron en distintos puntos del país.
La movilización tuvo alcance nacional. Con protestas pacificas, que incluyeron recitales, malabares y acrobacias, las y los artistas callejeros coparon los principales centros de poder. En Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Rosario y Salta, entre otros, se alzaron las voces que se oponen a la criminalización de la cultura. Y no es para menos: de aprobarse, quienes ocasionen “ruidos molestos” sufrirán arrestos de 1 a 15 días, multas de 400 a 2000 pesos y la incautación de sus herramientas de trabajo.
Mediante un comunicado, la Asociación Civil Frente de artistas ambulantes organizados (FAAO) alertó: “en el Código actual se dispone que la policía solo puede usar la fuerza pública en casos de una contravención flagrante”, “La modificación elimina la posibilidad de advertencia, y autoriza a llevarse detenida a una persona que esté haciendo algún ruido molesto, sin advertencia y sin posibilidad de bajar el volumen o hacer cesar la actividad”.
La de este martes fue la segunda concentración de artistas callejeros contra la iniciativa de Horacio Rodriguez Larreta. Y todo parece indicar que no será la última. Mientras el Gobierno de Cambiemos “recorta el déficit fiscal”, despidiendo trabajadores estatales y persiguiendo a quienes se encuentran sin relación de dependencia, el colectivo de artistas salió a las calles y promete no detenerse. Al menos hasta que los dejen vivir de lo que saben: de la cultura.
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