Julieta Seco presenta "Corazón Embalsamado"

"Corazón Embalsamado" es una película de ficción-documental, coproducida por la directora Julieta Seco y Ana Apontes. Se estará proyectando en Cineclub Municipal Hugo del Carril. Enfant entrevistó a la directora para conocer de cerca el proyecto.

Corazón Embalsamado es un híbrido entre la ficción y el documental, coproducida por la directora Julieta Seco y Ana Apontes. El guión estuvo armado por ella, bajo la guía de Melina Alzogaray y la música estuvo a cargo de proyecto "Aikida".

No es la historia de la fundación de la provincia de Catamarca, es el relato de crecer en el valle, en San Fernando. No es un acto de venganza, es una petición de principio a los duelos que marcaron la piel de la directora, donde los personajes son reconstruidos por la voz en off que salta del pasado al presente, como si el tiempo jugará a su favor.

Catamarca en Quechua significa ‘fortaleza en la falda’. Fue metafórica y literalmente el fuerte donde se refugiaron los ciudadanos colonos y mestizos durante el periodo de colonización y exterminio de las pobladas diaguitas que habitaron la tierra norteña desde el siglo XI, previó al asentamiento forzado de los españoles.

Catamarca es tierra de ensueño y de saqueo, es folklore y tradición, es silencio y misterio. Es la letra de Paisajes de Catamarca con 'sus tradiciones tan provincianas', canción de Jorge Cafrune narrando la Cuesta del Portezuelo con su ‘caminito largo que baja y se pierde. Es una historia con firma colonial de 341 años y más de 2.000 años de registro de sus primeros habitantes.

Esas herencias, sus habitantes las llevan a flor de piel. A tal punto que los personajes en el film parecieran ser todas esas historias juntas encarnadas en las presencias que Julieta relata a partir de las preguntas que se apuntalaron en su niñez y que la acompañan en la actualidad.

Para conocer acerca de la construcción de la película, de por qué la necesidad de contar lo que significa crecer en un valle atravesado por el sincretismo de lo pagano y lo cristiano, de la ‘Morenita’ -la Virgen del Valle- como personaje canónico y constitutivo en la subjetividad y el duelo de la urgencia del irse para regresar a mirar la fortaleza de la falda con otros ojos, Enfant estuvo en diálogo con la directora Julieta Seco.

Cortesía de Julieta Seco

Enfant Terrible (E.T): ¿El Corazón Embalsamado, es un corazón delator?

Julieta Seco (J.S): Estaba esta idea de la infancia como paraíso perdido o lugar estancado. Idealizado también. Creo que tiene que ver con retener algo y quedarse congelado en la vida. También el dibujo de un corazón remite a la idea infantil de pensar automáticamente en el amor como símbolo cultural de los sentimientos y hay algo en la peli que apunta mucho a desarmar las ideas de lo sentimental, de lo sexual y del género respecto a esta idea de la religión. ¿Por qué embalsamar el corazón y no el riñón o un dedo? Yo fantaseaba mucho al mirar ese corazón, como especie de tesoro de ¿Quién fue está persona? ¿Qué sentimientos habrá dentro de ese corazón? A la vez, es visceral y desagradable. Hay algo de desarmar la fantasía y descubrir qué hay detrás de los cuentos que nos narraron de niñas sobre las cosas.

E.T: ¿Qué papel juega la ficción?

J.S: Para mí hacer cine es contar cuentos, aunque sea desde lo documental. En este caso, hay una reconstrucción muy libre a partir de lo vivido. Diría que se preocupa en registrar documentalmente sensaciones del cuerpo, pero no necesariamente las anécdotas son exactamente así como sucedieron.

Yo trabajo en mi propio archivo de la memoria en donde crecí pero también trabajo con archivo de otras. Cosas que me contaron mis hermanas, cosas que no tenía que escuchar detrás de la puerta, entrevistas a chicas que crecieron en la misma época que yo y con quienes compartimos la noche, la escuela, la desazón y el aburrimiento. También intenté hacer una revancha para que nosotras contemos la historia del pueblo. Sacarme las ganas de que exista un relato desde otro punto de vista, de otro lugar de la mesa que no sea estas grandes voces que narran la historia de nuestra provincia.

E.T: ¿Cuál es tu relación con el Valle? ¿Qué otra cosa se puede hacer en el valle que no sea pensar e inventar historias?

J.S: Mi relación con las montañas es como la relación con algo muy gigante. Es un vínculo con un gigante con espinas. A mi me gustó mucho crecer en un valle. Cuando me fui de Catamarca me mató esa falta. Muy en contradicción con querer salir corriendo de ahí, un sentimiento realmente de asfixia y de sentir que la cosa 'llega hasta acá' pero no desde la idea de ‘mediocridad’, para nada. Creo que tiene que ver con la idea de familia grande que parecía que no había tanto lugar a la diferencia. Ya de más grande estuvo presente la diferencia y que se puede convivir con la idea de no demonizar tanto la sociedad conservadora, religiosa, profundamente machista y corrupta. Mi relación con el valle es 'te odio, te amo, dame más'.

Me fue muy importante tomar distancia del valle para homenajearlo y a la vez reclamar un montón de cosas de esa idiosincrasia que es muy castradora, eso siento. Con todo el amor y la contradicción lo digo.

La peli antes era mucho más vengativa, mucho más ‘Carrie’ (película dirigida por Brian De Palma), de ¿Cómo me sacudo estas herencias que no quiero tener y que se cuelan en mi manera de vivir? De cómo desarmar la educación porque está muy adentro de nuestro cuerpo. Justo ahí aparece el cine como una forma de reconstrucción, de reivindicación y de fábula para poder reparar e integrar esas historias. El cine permite eso, acomodar las partes del cuento para significar o resignificar las vivencias de algo muy personal.

E.T: En un análisis de la peli, el crítico se pregunta: ¿A quién le falta el aire, a la virgen tras su cristal, a la ciudad bajo el sol, a la joven que solo a escondidas puede salir?

J.S: Hablemos de la virgen. Crecer con la Virgen del Valle como la patrona del pueblo. Pensaba en la Virgen como personaje de la película, es lógico porque es la protagonista de nuestras vidas, es quien nos mira de arriba. Si vamos a cualquier iglesia, panadería o casa, ahí está ella. De alguna manera a esa presencia la peli la toma desde la fábula. Pareciera incluso más poderosa que el gobierno de turno.

Creo que pensar en ella como personaje y traerla acá a la tierra como una chica más que creció en Catamarca, me sirvió mucho para crear ese personaje respecto al mandato de la mujer. Sin limitarlo tanto a los roles de género. Caracterizar como personaje a la virgen dentro de está ficción documental era describir que la virgen está siempre detrás de un vidrio, vestida de colores claros, que es casta, buena, perdona, no interviene.

Muy de la mano, aparecieron en mi memoria los femicidios que escuchamos y vivenciamos por estar creciendo ahí y pensé, ‘qué loco la Virgen todas las confesiones que escuchó'. Empecé a pensar en ella como una par y me encontré con que quieras o no, es un personaje que existe y me encontré hablándole en esta cuestión menos racional de la fe. Es muy loco pensar todos los secretos que guarda.

E.T: En una entrevista decís que “hay un poeta que dice que una siempre escribe el mismo verso”, ¿A qué haces referencia?

J.S: Siento que hay temas que nos obsesionan para quienes podemos permitirnos elaborar algo en un lenguaje poético, que sin dudas, es para exorcizar un montón de heridas y rollos y preguntas o injusticias que nos acompañan. Hay una obsesión en donde hay personas que están clavadas o embalsamadas en un momento y yo me guarde un poco esa sensibilidad o susceptibilidad de la experiencia de la infancia.

Es intentar una y otra vez desde lo formal en el cine hablar desde la infancia y recuperar una experiencia del cuerpo, una sensación. Desde su textura y decisiones formales que tienen que ver con el sonido y la imagen, busca acercarse al menos a atisbar un poquito la sensación del cuerpo de estar creciendo. Por eso no es una reconstrucción histórica sino una reconstrucción sensorial de cómo era estar en Catamarca. Incluso cuando sos niña no podes redactar una pregunta con inteligencia y elocuencia desde su complejidad filosófica, pero esta aparente simpleza que tienen las infancias para acercarse, para ocultarse, para espiar, para preguntar en voz alta cosas 'desubicadas', me obsesiona y me conmueve como punto de vista narrativo. La infancia creo que es la rebeldía más grande.

Agustina, me dicen Chora. Profesora y licenciada en psicología (UNC). Escribo y después veo que onda.

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