Milagro Sala, 9 años presa política en democracia
Se realizarán distintas actividades en el país para exigir la liberación de la dirigente política privada de su libertad desde el 2016.
El arte como categoría conceptual muta según el contexto. Ahora ¿Cuál es su finalidad? ¿Existe en tanto es capitalizable o perdura por la belleza de la obra misma? ¿Quién o qué determina su existencia? La incógnita de su utilidad radica en el misterio de su necesidad. El arte es la creatividad en estado puro y el artista es, a lo sumo, el medio para el fin que es la obra.
Aristóteles tomó como punto de partida la poiesis y la praxis como elementos para explicar cómo, en la relación del humano con las herramientas -tecnología-, siempre estuvo presente la creatividad. La primera, es todo objeto que una vez producido le excede al sujeto (obra) y la segunda es la acción que moviliza y ejecuta la idea.
Otros dos elementos que el filósofo no desarrolló -porque aún no existía- fueron la industrialización del arte y la capitalización del artista a través del espectáculo, ¿Qué tanto puede existir el artista sin un público que lo quiera/adule/fanatice? Allí, pervive una dialéctica que le excede, le molesta y lo trasciende y es la irrupción del deseo de otra cosa.
"El espectáculo es gimnástico, podrían haber olimpiadas del mismo, consiste en repetir de manera eficiente un mismo show todo el tiempo. El arte no tiene que ver con eso, este puede ser pequeñito. La belleza tiene pliegues, no es una exposición brutal como es el espectáculo hoy. Es sensible, se te oculta si la maltratas”, comenta el productor y cantante, Daniel Melero.
Enfant entrevistó a Juana Aguirre, quién se estará presentando hoy a las 21h en Sala Formosa. La cantante habló sobre qué implica el riesgo de la búsqueda constante de nuevos sonidos, su trayectoria como solista, la necesidad del contacto con el público, el "dejarlo todo por la música" y su relación con el arte.
Enfant Terrible (E.T): del recorrido de una banda consolidada a un proyecto con nombre propio,¿Cómo fue ese proceso?
Juana Aguirre (J.A): Fue particular. Se dio de una manera orgánica. Yo venía tocando con Churupaca hace muchos años y comencé a escribir letras que pertenecían a otra cosa, donde imaginaba otra instrumentación, otro universo. Ya venía pasando hace un tiempo y yo estaba sin saber muy bien qué hacer. En la pandemia me tocó vivir a las afueras de Bariloche, aislada en el bosque a 40 minutos de la ciudad, ahí tenía mi estudio. Fue como una especie de laboratorio.
Tenía ganas de animarme a trabajar sola. Es raro no tener a alguien atrás para darte vuelta y decirle ‘che está bueno, ¿no?’ Fue muy necesario, a veces en una banda uno se apoya mucho en los otros, ocupa una dinámica específica y es difícil romper esa estructura. Empezar un proyecto solista me hizo crecer mucho porque me ocupé de aristas que no había experimentado.
E.T: en una obra de teatro escuché “la memoria es búsqueda”, en ese proceso experimental ¿Qué relación tenes con la memoria?
J.A: Justo este disco que estoy trabajando tiene mucho que ver con la memoria, los recuerdos y cómo una vuelve a pasar por el cuerpo experiencias que ya sucedieron y hay cosas que sigo descubriendo. El disco tiene algo nostálgico. Hay un tema que saqué que se llama ‘Lo Divino’. Habla de alguien que ya no está y como el recuerdo de esa persona se traslada a las cosas. Los recuerdos son fantasías, una de alguna manera reconstruye y recrea nuevas experiencias a través de los recuerdos.
E.T: en una entrevista decís que ahora no sos vos la nueva, sino la música ¿La música es un campo de juegos?
J.A: Yo pongo todo de mí para hacer música, casi obsesivamente. Pienso que tengo que aprender a darle más levedad a lo que hago y no involucrarme tanto porque a veces pierdo el equilibrio. Una cosa es el momento de hacer y otro el de mostrar y a mí personalmente me gusta que la música hable por sí sola. Me gusta que no haya tanta información sobre lo que a mí me pasa con las cosas que hago sino saber y darle el espacio para que los demás puedan crear su propia historia.
E.T: del mainstream y los festivales al encuentro íntimo con el público ¿Qué hay de esa ‘escena’ que muchas deciden retornar hacía algo más cálido?
J.A: Ambas cosas son maravillosas, siempre y cuando no moldee tu música o tu forma de expresión para llegar a ciertos espacios, que es lo que pasa con muchos artistas. Más que nada por presión de estructuras externas que les sirve que los artistas sean masivos y puedan tocar en espacios cada vez más grandes. Ahora me llamaron del LollaPalooza y me siento una intrusa en un espacio así. También toqué en otros festivales y no siempre es un lugar indicado para los artistas porque se está a las corridas y se pierden sutilezas, pero me gusta porque me da mucha información. Ver como se transforma y resignifica lo que hago depende del contexto y del público con el que me encuentro. Una tiene que tomarse el tiempo de descubrir la música en el escenario, no es instantáneo, siempre va cambiando y es una movilidad re viva.
E.T: algo interesante en tu trayectoria es que tomas riesgos al momento de producir, ¿Cuál es tu relación con el público y la responsabilidad de lo que decís arriba del escenario?
J.A: Hacer música tiene dos instancias, una es cuando trabajo sola donde soy muy resguardada. Me encierro en la cueva a hacer laboratorio y escuchar canciones en loop todo el día y cuando llega el momento de estar expuesta en vivo es lindo porque cambia mi estado anímico y soy más extrovertida. Son como mis dos temporadas y ambas son fundamentales porque me mantienen en cierto equilibrio sino estaría encerrada produciendo música y subiéndola a internet, como en una pandemia eterna.
Cuando termino de tocar en vivo y regreso a estar sola vuelvo con otra cabeza. Es como un espiral que no tiene fin, es espectacular. La música nos da algo que es el encuentro y no es menor en el contexto que vivimos hoy en día donde estamos tan distanciados.
E.T: ¿Cómo te llevas con ese público que va a recitales que parece que van a escuchar música de fondo para tener qué conversar?
J.A: Hay algo de la solemnidad que me cuesta, es muy loco, por eso me afecta el espacio. Me acuerdo cuando toque en Niceto que es una rockería muy fría, todo muy bruto y se generó una cosa muy intensa, una chica terminó desmayada. Mucho dramatismo, salí drenada. A mí personalmente no me pasa con el público porque busco la atención de la gente con la mirada y hay texturas de la experiencia en vivo que tiene un componente emocional muy intenso.
También depende del contexto. Me pasó muchas veces abriendo shows -me parece una experiencia bastante punk- que el público esté esperando otra banda y salir, mirar a la gente a los ojos e imponer mi presencia. Tocar es algo medio de psicópata. Llevar los instrumentos, probar sonido por horas, pasarla mal y después pasarla muy bien durante muy poco tiempo, es una cosa muy enredada, así que si lo vas a hacer que valga la pena.
E.T: por último, ¿El arte puede cambiar la realidad de las personas?
J.A: Sí, igual ¿Qué es arte hoy en día? Hay tanta gente haciendo cosas. Me siento más una artesana que una artista porque la palabra arte se resignificó. Estamos viviendo en un momento en el que hay mucha información y a mi me cuesta encontrar el sentido cuando están pasando tantas cosas que me distraen de mis quehaceres. Los espacios más sensibles son los que nos cambian.
E.T: ¿Para qué sirve entonces?
J.A: No hay una función en el arte. Para cada uno es distinto. Se conecta un poco con esto de dejar un halo de misterio y que las canciones hablen por sí solas. Eso es lo bello de hacer estas cosas que parecen no tener sentido ni función concreta pero que te pegan una cachetada que te dan vuelta todo ¿Viste? Hay una fuerza en ese misterio.
Eso es lo seductor de lo que hacemos, que nunca sabemos cual es el resultado de lo que le sucede al otro. Igual no sé si estoy preparada para responder algo así. Dalí decía que el arte no sirve para nada y que parte de una necesidad. Es un poco eso. La idea es no encasillar al arte en este mundo productivo que vivimos y tener que darle una función dentro de esa estructura porque sería limitarlo.
Fotografía: Macs Abente
Se realizarán distintas actividades en el país para exigir la liberación de la dirigente política privada de su libertad desde el 2016.
Miles de palestinos celebran el acuerdo firmado en Qatar entre Hamas y el gobierno de Netanyahu. Una promesa de un alto al fuego que costo más de 60 mil vidas palestinas.
Enfant entrevistó al abogado ambientalista, Enrique Viale, para conversar acerca de cómo los fenómenos climáticos como "La Niña", "El Domo", "Dana", son nombres propios de una crisis climática aguda que acrecienta la desigualdad social.