"Fiesta sonidera": la rebelión de la cumbia en Córdoba
Las cumbias rebajadas, wepas, sonideras, villeras, guaracha y más, vuelven a sonar en la capital corodobesa de la mano de artistas locales que convierten al ex Belle Epoque en un ritual colectivo y disidente, donde decenas de personas bailan al son del güiro y el acordeón.
Una vez al mes, en Lima 373 (ex Belle Epoque), decenas de personas se congregarán para bajar despacio y sabroso al piso, a la tierra, en rondas, con las rodillas inclinadas, las manos abiertas como para volar, y la cumbia sonando a los cuatro vientos.
Máscaras de lucha libre, velas rojas encendidas, personas disfrazadas, bailarinas, dj's, y cumbias de todo tipo, configuran un escenario "de expresión total", según afirma Angie, fundadora de la "fiesta sonidera".
Este medio dialogó con Angie Fynn , artista virtual y fundadora de la fiesta. A continuación, compartimos la entrevista:
Enfant Terrible (E.T): ¿Cómo nace la sonidera? ¿Cuál es su motivo fundante?
Angie (A): La cumbia está siempre presente en mi vida, es parte de mi identidad. Y hace agunos años atrás la pelicula "Ya no estoy aquí", me despertó una gran curiosidad al mostrar que la cumbia es transversal a Latinoamérica. Luego de verla, empecé a escuchar las cumbias rebajadas de México, la wepa de Colombia, y así. Se las hice escuchar a mis amigos y se re prendieron. De ahí me manijié y dije: "falta una fiesta en Córdoba donde todas las cumbias tengan lugar". Y allí comenzó un viaje que me llevó como ocho meses preparar.
E.T: ¿Qué sentis que tienen en común todas esas cumbias latinoamericanas? ¿Cómo fue el proceso para elegir una identidad visual que las represente?
A: La cumbia es un factor común escencial para muchos tipos de culturas, países y personas. Decidimos con Pao, una amiga mexicana, darle una impronta cumbiera más mexicana, es decir, con personajes de lucha libre, pero femeninos, y un personaje especial como es "Casandro", una luchadora "queer". La sonidera es un espacio de expresión total. Y en ese sentido, la vestimenta para habitar la fiesta es la bizarreada. Cada cuál puede caer como se le cante, y mejor si es disfrazado, así sea con remeras de equipos de fútbol o con máscaras de luchadores libres, gente con viseras, sombreros.Hay muchas fiestas de cumbia, pero la sonidera se caracteriza por tener la escencia del underground.
E.T: ¿Esas elecciones de identidad para la fiesta tienen algo que ver con el contexto nacional actual donde hay un Gobierno que se caractaeriza por ajustar la cultura, declararse homofóbico y ser escencialmente anti popular, etc?
A: Claro que sí. Es un espacio de resistencia. Donde intentamos juntarnos, hacer comunidad, bailando cumbia. Apostando a artistas locales, a emprendedores locales que venden su comida allí. Muhca gente nos agradece que viene a la fiesta a pasarla bien, para salir un rato de la dura realidad que se vive por todos lados.
E.T: ¿Qué crees que aporta la cumbia en este aspecto?
A: Yo siempre digo que la cumbia tiene un poder de regeneración celular. Al bailar cumbia una experimenta una sensación de diversión y compañía, de hablar de las penas, de vivirlas y mutarlas. Es como un placebo. Te olvidas de todo, pero al mismo tiempo es como que pones los pies en la tierra y para moverse totalmente libre y disfrutando.
La cumbia tiene mucho de sufrimiento popular, desgracias cotidianas, productos de la desigualdades de la sociedad y también mucho de amores y desamores. Es producto del sufrimiento y al mismo tiempo de buscar estar bien.
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