El mar, la escritura, la pintura y la vida: una charla con Guillermo Saccomanno

Escritor, historietista, pintor, dibujante, publicista, Guillermo Saccomanno habló en exclusiva con Enfant Terrible sobre su primera exposición de arte, que puede verse en la Librería Menéndez hasta el 31 de diciembre. De su gusto por la literatura rusa, el mar y la vida entre Ciudad de Buenos Aires y Villa Gesell, charlamos con el autor de "Esperar una ola" y "Cámara Gesell".

Por Joaquín Montico Dipaúl para Enfant Terrible

Foto: Pablo Piovano

Guillermo Sacomanno (Buenos Aires 1948), inauguró este año la 46° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires con un discurso que no dejó a nadie indiferente. Habló sin ambages del problema del papel y su monopolio, del trabajo intelectual y la precarización, de la cultura como mercancía. Allí entre otras cosas dijo:

“La Feria siempre me generó tensión. Y no sólo porque uno se topa con un injuriante pabellón Martínez de Hoz, que homenajea al esclavista y saqueador de tierras indígenas, antepasado del tristemente célebre economista de la última dictadura. Decir "Feria" implica decir comercio. Esta es una Feria de la industria, y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol”

El escritor, guionista de historietas, ex publicista y artista plástico, cierra este 2022 con su primera muestra de dibujos. “Sin palabras” es el nombre de la exposición donde presenta treinta dibujos y pinturas que se exhiben en Menéndez Librería y Espacio de Arte (Paraguay 431). La muestra se podrá visitar hasta el 31 de diciembre. 

En una charla exclusiva con Enfant Terrible, Guillermo habló de los cruces de ideas, la literatura, la pintura y la vida.

Obra de Guillermo Saccomanno - Foto: Constanza Niscovolos

Enfant Terrible: Si bien la pintura y el dibujo es una práctica que haces desde antes de incluso de la escritura, ¿por qué decidiste ahora llevarla al público y hacer una muestra?

Guillermo Saccomanno: La razón es muy de amistad y de casualidad, acá a la vuelta del departamento donde vivo, en el bajo, está la librería Menéndez, a la cual voy a menudo. Un día la dueña, Marta Menéndez, que además es amiga, me preguntó sobre mis dibujos y pinturas. Se los mostré y me propuso armar una exposición. Me cedió el lugar y me ayudó a costear los marcos. Bueno y así se dio, muy naturalmente, de manera espontánea y casual. No fue algo que yo buscaba con intención digamos.

ET: Se ve una obsesión, si se quiere, con el mar desde que te fuiste desde tu Mataderos natal vivir a Villa Gesell. Un cruce con el mar como tema en tus libros Cámara Gesell, o Esperar una ola y tus pinturas. ¿Qué hay ahí?

GS: Es una presencia. Una presencia recurrente, es inevitable porque es el lugar donde vivo. Yo no puedo separar vida de escritura. Creo que no se puede separar el arte de la existencia es es casi para mí una cuestión existencial y hasta una posición, si quieres, política que se da de manera lógica, no buscada. Por mas que vos intentes escribir evación, siempre hay un cruce con la realidad. Por mas que intentes un género, como puede ser policial o ciencia ficción, o lo fantástico, la realidad esta ahí y te atraviesa, te perfora, no la podés eludir. Entonces yo vivo en Gesell o en esta dualidad de Gesell y Buenos Aires desde hace más de treinta de años, ya perdí la cuenta. En una época la contaba por libros, pero ya perdí la cuenta de los libros también.

"Yo no puedo separar vida de escritura. Creo que no se puede separar el arte de la existencia es es casi para mí una cuestión existencial y hasta una posición, si quieres, política"

Entonces esto es así. Es inevitable y en cuanto al libro Esperar una ola, arranca precisamente con un texto que viene de Cámara Gesell. La analogía entre el surfista y la situación del escritor; la espera, la espera en la escritura. La espera de la ola es la espera del momento que viene el envión para que te largues a escribir. Que para mi tiene que ver con el oficio, tiene que ver con la noción de trabajo, de constancia, de persistencia.

ET: No baja un ángel alado y te toca la cabeza y te dice "ahora es el momento", sino te agarra laburando, ¿no?

GS: No creo en la inspiración. Puedo creer en la imaginación, en que hay momentos relámpago, pero no creo mucho en la idea de inspiración, me parece una idea mas bien pequeño burguesa, o burguesa directamente.

ET: ¿Cómo fue la experiencia de escribir a 4 manos? - y nada menos que poesía-, que pareciera imposible la poesía por momentos.

GS: Nunca sentí que era poesía. Escribir a cuatro manos, no es la primera vez que lo hago, es algo que hago hace cuarenta años o más. Con Carlos Trillo escribíamos novelas policiales a medias con él y con Carlos Marcucci. Con Trillo nos encerrábamos en un cuartucho Olivetti con Olivetti espalda con espalda y así íbamos armando la trama, también lo hicimos con guiones de historietas. Para mí fue una experiencia enriquecedora como lo fue siempre escribir con el otro. Yo no busqué que fueran textos deliberadamente poéticos. 

ET: Rompés con el mito del escritor solitario

GS: Esuchame, yo vengo de trabajos que se consideran espurios como la publicidad. Yo trabajé durante años como creativo, pero antes yo fui y soy guionista de historietas acostumbrado al trabajo con otro. Si yo digo que es enriquecedor es porque hay un diálogo, hay un ponerse en el punto de vista del otro.  Esto modifica las perspectivas de narración y creación: de poética. No en el sentido de la poesía, hablo de poética en el sentido de las marcas del estilo, el registro. 

ET: Siempre te gustaron los autores rusos ¿sigue siendo así?

GS: Es permanente no hay año en que no lea Dostoievski, Chéjov, Turguénev, Vasili Grossman, Varlam Shalamov. Más acá te hablo de Grossman y Shalamov, pero te estoy hablando de los cincuenta, post estalinismo, la verdad es que no conocemos mucho de literatura rusa, lo que más conozco Svetlana Aleksiévich que era una periodista rusa autora de crónicas que me deslumbra.

Si podemos hablar de poesía te puedo mencionar a Marina Tsvetáyeva, pero estamos hablando de tiempos de la revolución, hace más de cien años. Algo se está traduciendo en España, a través de libros que llegan traducidos al gallego. Pero cuando hablamos de literatura rusa en general hablamos de literatura del siglo XIX, que es escenacial eh, creo que es clave. Lo ha sido para Kafka, lo ha sido para los norteamericanos, para Faulkner

ET: Para Arlt, ya que mencionaste a Kafka, Samos que te marcó mucho. ¿Tenés a mano los Diarios de Kafka?

GS: Sí los tengo acá ¿querés que te los muestre? (Risas) Sí tengo los Diarios y la Correspondencia y los ensayos sobre Kafka. Porque Kafka es una literatura, no sólo sus escritos sino lo que se ha escrito sobre él. Es el escritor del siglo XX

ET: ¿Más que Borges?

GS: Sí, de lejos. Por varios cuerpos. Y creo que es también de este siglo. Sigue siendo. 

ET: Ya que hablamos de Diarios, vos tenés un diario de lector sobre Trakl, el llamado "Rimbaud austríaco", que se publicó hace no tanto en Las Cuarenta, aunque pasaron muchos libros en el medio porque publicás mucho. ¿Cómo apareció ese texto? 

GS: Surgió… yo llevo un diario de lectura. Acumulo cuadernos. En un encuentro de poesía había una pequeña editorial independiente que tenía una traducción de la poesía de Trakl y se me ocurrió cotejar con una que yo tenía de pibe, y sin saber alemán, (qué tupé me vas a decir). Bueno, con esas traducciones voy a ver si puedo componer un Trakl personal. Considerando que toda lectura es personal. No es lo mismo mi Kafka que tu Kafka. Más allá de la lengua común con variaciones y en esas variaciones es donde se encuentra uno. Esos modos de ser o del ser.

ET: Inauguraste con un discurso picante la 46 Feria del Libro y cerrás con una muestra de arte plástico ¿Fue un año Sacomanno?

GS: A ver a ver. Es todo trabajo. En pandemia yo escribí tres o cuatro libros y publiqué dos. De pronto pasó la pandemia y tenía varios pendientes de publicación. Para mí el trabajo es cotidiano. Lo de la Feria me pasó, es decir, no puedo decirlo como si fuese otro. Yo elegí estar ahí en la medida en que hubo una negociación de dinero -que tanto llamó la atención-, como queriendo omitir la diferencia entre trabajo intelectual y trabajo manual y después la exposición cayó por azar.

Yo te podría decir: tengo pendiente en una editorial independiente un libro de crónicas sobre la Patagonia. Tengo en Planeta, para el año que viene, un libro nuevo sino dos. Estoy trabajando en tres libros en simultáneo: cuentos, una novela corta y poesía. Sin contar los artículos que escribo en Página/12 uno al mes. Entonces, como decía el negro Fontanarrosa "vivimos de esto pero también vamos a morir de esto". 

Apartar la cuestión de la escritura con el trabajo es maníqueo: yo vivo de esto. Me llevó muchos años y vivo de esto. Por otro lado yo no escondo, yo aprendí de Andrés Rivera a no esconder los ingresos: yo vivo del Premio Nacional de literatura de novela que no me acuerdo en qué año me lo gané.

ET: Claro, que es una renta permanente…

GS: Y vivo del Premio Municipal de Cuento y de mi jubilación lo cual me permite vivir modestamente. Vivo en un departamento de un ambiente en Buenos AIres y alquilo una pequeña tapera en Gesell y me desplazo en micro. No es que me mando la parte humilde. Mi modelo está más cerca de John Berger, de David Viñas, de Andrés Rivera, que de otros escritores. Es muy difícil que es un escritor viva de su literatura, yo tuve una suerte de ganar estos premios.

ET: El hecho de poder escribir más allá de la literatura de cada uno…

GS: Mirá, el hecho de escribir es una cuestión existencial. Han habido escritores que durante la pandemia decían “ay no, no puedo no sé qué voy hacer”. Sentante y escribí. 

Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

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