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“Son fáciles de tirar los argumentos contra el cine nacional”
Enfant dialogó con Alejandro Cozza y Lucrecia Matarozzo de la Sociedad de Amigos del Cineclub Municipal "Hugo del Carril" para hablar sobre la complejidad de promover la cultura del cine en un Gobierno Nacional que la restringe.
El Cineclub "Hugo del Carril" surge en el año 2001, en el antiguo edificio de la Sociedad de Socorros Mutuos “Unione e Fratellanza” (mutual fundada en 1874). Su mística y esencia se puede simplificar con la descripción que dio su fundador Daniel Salzano: "El propio edificio del Cineclub es más antiguo que el cine mismo".
El establecimiento con su estética de vieja casona y sus paredes rojas carmesí dan la sensación de estar en el ingreso de la mansión Montana, pero en lugar de decir “el mundo es tuyo”, dice: “¡Dime que me amas, Cineclub!”. Una casa de cine al cuidado de trabajadores del arte y de la cultura como lo es la "Asociación de Amigos", a cargo del docente y director, Alejandro Cozza junto con la coordinadora del festival "Cortópolis", Lucrecia Matarozzo.
El medio estuvo en diálogo con ambos para conocer su relación con el Cineclub y su mantenimiento, las complejidades de continuar promoviendo la cultura del arte y la defensa del cine nacional, en un contexto donde la gestión libertaria restringe el subsidio al INCAA (Instituto Nacional Cina Argentino Audiovisual).
Enfant Terrible (ET): ¿Cuál es su relación con el Cineclub?
Alejandro Cozza (AC): Para mí es la casa del cine. De chico era cinéfilo y era inevitable que no se cruzara ese amor y cariño. Es un lugar privilegiado, no sólo en la cultura cordobesa. Es difícil encontrar otro lugar en Latinoamérica donde todo sea y se respire cine. A partir de la pandemia nuestro objetivo fue construir comunidad y acercar el cine a las nuevas generaciones para que cuando vengan, sientan que es un espacio que los va a proteger, entender, a veces molestar y por qué no expulsar, en el buen sentido, que los saque de los lugares habituales.
Lucrecia Matarozzo(LM): El equipo que trabaja acá es una de las joyas que tiene la casa. Tener ganas de venir a trabajar no es poco. A nosotros también nos empapa la realidad y el mundo de la cultura esta siendo crítico. Nos las tenemos que ingeniar para producir actividades con muy poco dinero. Los ingresos fijos los tenemos del recorte de entradas, los talleres de escritura y teatro, el mínimo del 10% de impuesto del INCAA, sumado a la compra y alquiler de las películas.
ET: ¿Cómo se mantiene un lugar de estas características?
AC: De la administración básica se encarga la Municipalidad. De la recaudación y mantenimiento del lugar se encarga la Sociedad de Amigos. Es una comunidad grande conformada por 50 personas que trabajamos ad honorem, los 15 empleados del Cineclub y los 150 abonados mensuales.
ET: El cine desde un principio fue pensado para la clase trabajadora, ¿por qué la industria lo volvió un consumo casi de lujo? ¿Cómo se batalla contra eso?
AC: Lo que pasa es que hay un desencantamiento en toda cuestión relacionada a lo popular y un desencantamiento frente a los procesos políticos. El lugar de lo político ha cambiado por más que deseemos o seamos una generación que pretendía otra cosa. Hoy es todo muy efímero, muy instantáneo, las formas de consumo de todo lo que tiene que ver con la cultura es latente, es presente y es total. Las imágenes han perdido peso conceptual de lo que significaba, ahora todo es diseño y el rol entre el arte y la cultura esta borroneado; hace que todo parezca lo mismo. El cine, el arte y la identidad tienen un peso político concreto y lo popular también tiene que ver con eso.
LM: Estamos tan encima que me cuesta pensarlo en perspectiva. Es difícil, pero no sé, tengo un costado de querer ver el vaso medio lleno y pensar que incluso en los peores momentos de la historia las películas se proyectaban clandestinamente y la gente se juntaba a hablar de lo que veían. Aunque estemos en un período crítico, me niego a pensar en que eso se va a perder porque no está sucediendo. Se siguen haciendo películas de manera precaria y lo que antes se rodaba en cuatro semanas de corrido ahora lleva meses, pero no por eso lo dejamos de hacer.
“Los ingresos fijos los tenemos del recorte de entradas, los talleres de escritura y teatro, el mínimo del 10% de impuesto del INCAA, sumado a la compra y alquiler de las películas”.
ET: ¿Cuál es el fetiche de defenestrar la industria nacional?
LM: Son fácilmente de tirar los argumentos de quienes defenestran el cine nacional. Si buscas un poco te das cuenta de el recorrido que han realizado los productores y directores para llegar hasta ahí. Después la gente quiere creer eso que le dicen y escapa al pensamiento de lo que hacemos. Nosotros hacemos cosas concretas. Este año, por ejemplo, una docente decidió que iba a hacer una gran peli colectiva. No sabemos qué va a resultar de todo eso, pero hay algo vivo en movimiento.
ET: En su momento se dijo que no había plata para financiar el arte porque primero estaba la pobreza, las infancias, etc. Sin embargo la cultura hace a la realidad crítica. ¿Cómo piensan la relación del arte con lo cotidiano?
LM: En lo concreto, hay que separar la paja del trigo. La gente no deja de comer porque se hagan películas. Sí estaría bueno saber hacia dónde se va la plata de los impuestos que seguimos pagando, mientras nos desfinancian todo el resto.
AC: ¿Tiene que ser cotidiano? Hay días que me encanta ver arte por todos lados. Si vos caminas por las calles de Córdoba es raro que no encuentres algo para ver o escuchar, es una ciudad que yo adoro porque es extremadamente amable, casi privilegiada con su cultura viva en la calle. ¿Pero cómo se relaciona con la Córdoba abyecta políticamente, extremadamente conservadora, con discursos espantosos a la vuelta de la esquina?. Digo, que contradicción; es como una paradoja permanente. Me pregunto si el rol del arte no es algo inocuo que no está pegando de manera colectiva por más que los hacedores de la cultura nos consideremos "politizados".
“Se siguen haciendo películas de manera precaria y lo que antes se rodaba en cuatro semanas de corrido ahora lleva meses, pero no por eso lo dejamos de hacer”.
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