Mayo de 2025, Ciudad de Córdoba. Un adulto mayor aportó los años correspondientes a la caja jubilatoria, se jubiló hace cinco años, hace dos que el haber que percibe fue congelado. Su sueldo vale lo mismo que la cuota de una prepaga. Le suspendieron la obra social, el subsidio a la cobertura de medicamentos y la pensión paso a ser un bono único de 70 mil pesos. En total cobra entre 350 a 400 mil pesos.

Su vecino, en edad jubilatoria, está preocupado porque no se renovó el decreto que lo podría hacer ingresar a un haber mínimo por moratoria. Trabaja desde los 15 años. Quiere descansar.

Ambas historias son ilustrativas, más no dejan de ser parte del cotidiano. Sólo basta con acercarse los miércoles a la Plaza San Martín en Ciudad de Córdoba o a las afuera del Congreso y preguntarle a algún adulto mayor, ¿para qué sirvieron tantos años de aporte? ¿Qué significa ser o estar jubilado?

Los datos nivelan para abajo

La semana pasada la Defensoría del pueblo de Córdoba, encargada de recibir y monitorear las denuncias y reclamos realizados por la ciudadanía, lanzó un informe en donde describe que el sueldo básico de un adulto mayor jubilado no alcanza a cubrir ni el 70% del valor de la canasta básica (517 mil pesos).

“Estos cálculos se realizan considerando que los adultos mayores no tengan que pagar un alquiler por la casa en la que viven. Si así fuera, la relación con el haber mínimo sería todavía más desfavorable”, describe el informe.

Los motivos por parte del Gobierno Nacional de congelar la mensualidad, fueron por las supuestas malversaciones de fondos de la gestión anterior, respecto a la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES). La misma justificación que se usó para recortar y desfinanciar la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).

En la provincia hay alrededor de 513.000 jubilados y pensionados nacionales, a los que se suman 140.639 beneficios de pensiones no contributivas. De ese total, alrededor de 350.000 perciben la jubilación mínima nacional.

Lo que perciben está muy lejos de lo que realmente necesitan. Los datos publicados el lunes por el Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores (CEPPEMA), a cargo de Federico De Marziani, reveló que los 10 medicamentos que más aumentaron en el último año alcanzaron una suba interanual del 59,3%, mientras que el promedio de los 10 medicamentos con cobertura de PAMI en el último año subieron un 321,5%.

Desde la Defensoría dejan en claro que ese estimado que se tomó como nivelador económico tuvo en cuenta las necesidades que requiere un adulto mayor como: transporte, medicamentos, servicios públicos, aseo personal, recreación y vestimenta. Además de contemplar que hasta el año pasado, el 80% a nivel nacional estaba por debajo de la línea de pobreza.

¿Qué otra cosa se puede hacer más que defender lo que queda?

Todo esto, sin desarrollar un punto de inflexión de la gestión de La Libertad Avanza y compañía: la flexibilización laboral y la austeridad en la distribución de los fondos públicos que exigió el FMI para cerrar el acuerdo de préstamo. Entiéndase, no negociar paritarias, recortar obras sociales y haberes jubilatorios.

Para el gobierno, una bocanada de aire fresco para continuar quemando reservas (en pos de mantener el dólar flotante); para el adulto mayor, poner el cuerpo hasta el fin de sus días, no sin antes defender -en algunos casos- lo que nunca dejaron de ser: trabajadores.

“Que todo el pueblo, en definitiva, en la calle, va a lograr la transformación que necesita, un país distinto, un país solidario, eso es lo que buscamos”, compartió Alberto, durante la ronda N°50 en la Plaza San Martín.

Fotografía de portada por Julito Pereyra / Ronda de los miércoles