Cerró el mes de junio con las elecciones provinciales y el mes de julio arrancó aún sin tener un escrutinio definitivo. De lo que se puede anticipar por los datos provisorios proporcionados el mismo fin de semana de las elecciones, por las bocas testigo y el Fuero Electoral, es que Martín Llaryora pasaría a ser el próximo gobernador de la provincia quedando 3 puntos por encima de su contrincante más directo, Luis Juez.

El resultado parcial el domingo 25 había sido de un 42.76% a favor de Hacemos Unidos por Córdoba contra el 39,76% de Juntos por el Cambio. A la espera de un resultado definitivo y, para que esto quede oficializado, resta que el Fuero Electoral de la Provincia de Córdoba dé los números finales que no modifican los resultados de quien gobernaría la provincia, pero sí de los legisladores y en el tribuno de cuentas, ya que los porcentajes pueden cambiar la cantidad de bancas en cada lugar.

La verificación y recuento de votos ha controlado y oficializado 7.750 actas de las 9.060, arrojando un porcentaje válido del 85,54% del total de las planillas electorales. Mientras que aún resta revisar unas 1.000 actas, desde la Justicia esperan que el cómputo definitivo pueda estar este mismo martes. De darse por hecho y finalizado el día miércoles 5 de julio podríamos tener la oficialización definitiva en todas las áreas que las cordobesas y cordobeses depositaron su voto.

¿Cómo fueron las votaciones?

Este año (y por cuarta vez) en Córdoba se usó el Sistema de Boleta Única de Sufragio (SBU), siendo esta la planilla que en una carilla mostraba a todas las listas y candidatas posibles para cada cargo, donde marcando un casillero podías elegir lista completa, o diversificar el voto eligiendo candidato por candidato. Con la excepción de que en La Falda, Marcos Juárez, Cosquín y Carlos Paz, donde se utilizó el voto electrónico.

Pero la novedad fue el uso del Sistema Turing para el conteo de votos, el cuál pertenece a las empresas Ocasa y MSA (Magic Software Argentina) y sobre esto radicó un gran problema, ya que prometió los resultados a las 21:00, pero fue pasadas las 02:00 de la madrugada que Martín Llaryora se atribuyó la victoria sin un resultado definitivo.

Aunque en las escuelas se pudo ir a votar con normalidad, el problema nacía en la carga del recuento en las mismas, donde en muchas se hacía alusión a la “falta de internet” o “fallos en el sistema” a la hora de la carga de datos. El mismo domingo, desde el búnker de Hacemos Unidos por Córdoba, el propio Miguel Siciliano, era quien salía en los medios de comunicación para pedir la celeridad de la carga de datos.

Luego de ese episodio que queda en la memoria electoral de los cordobeses, muchos partidos, candidatos y ciudadanos de a pie pusieron la mira sobre ese sistema y ya desde de la Secretaría Electoral del municipio capitalino, a cargo de Miriam Capone, anunciaron que en las próximas elecciones municipales el domingo 23 de julio, no se lo utilizará.