Así lo anunciaron por ventanilla en la Dirección de Medicina Preventiva de la Ciudad de Córdoba, el estamento municipal encargado de brindar servicios generales de promoción y prevención en salud como las pruebas de detección arterial y diabetes; consejería para casos de depresión, infección de transmisión sexual (ITS) y vacunas rutinarias para prevenir enfermedades como sarampión o meningitis.
De los cinco meses de gobierno, el Ministerio de Salud de la Nación ha enviado no más de 14.400 preservativos peneanos en abril -aproximadamente diez cajas- para una población de casi 4 millones de habitantes. Si bien el Gobierno Provincial viene realizando compras de suministro, lo cierto es que no da abasto para cubrir la totalidad de los dispensarios, y mucho menos realizar campañas de prevención y promoción combinadas.
La salud sexual y los derechos reproductivos están protegidos por la Constitución Nacional y son promovidos por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este marco, están amparadas bajo leyes nacionales como la 25.673 de Salud Sexual y Procreación Responsable, Ley 26.650 de Educación Sexual Integral o 27.675 de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis.
Es decir, si Capital Humano no estuviera garantizando la cobertura de métodos profilácticos, también podría estar incurriendo en ilegalidades al respecto de estas normativas que avalan derechos básicos como el derecho a la salud sexual.
La ESI es más que una Ley
Es necesario comprender que la sexualidad es transversal en la vida de cualquier persona y que el acceso a preservativos peneanos son indispensables para prevenir infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados a cualquier edad, particularmente durante la adolescencia.
En la teoría, la mayoría está de acuerdo en que los preservativos están hechos para no romperse, la efectividad de su resistencia es de casi un 95% y por derecho se debería poder acceder a ellos, acercándose a cualquier dispensario de salud pública o privada. Ahora, en la práctica, estudios realizados por el Hospital Rawson afirman que sólo el 23% hace un uso correcto del mismo durante el acto sexual, mientras el 77% restante hace un uso esporádico o nulo.
Esto acarrea el aumento de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como el sífilis, que, aún siendo una infección controlada por la cantidad de barreras de cuidado que existen, la tasa de casos reportados en varones y mujeres jóvenes y adultos se triplicó entre 2013 y 2017, pasando de 11,7 a 35,2 por 100 mil habitantes. Además, “la proporción de positividad en las pruebas de rutina que se les realizan a las mujeres embarazadas pasó del 2% al 3,2% en el mismo lapso” a nivel país, revela el informe oficial de Salud y Desarrollo Social de la Nación.
Para ello hay que tener en cuenta que si bien es transversal a las clases sociales, géneros y sexualidades, también es una realidad que por lo general quienes deciden no cuidarse porque “les aprieta o pierde sensibilidad”, son varones hetero-cis, siendo mujeres-cis quienes tienen que insistir para que lo utilicen. En las disidencias se trata más bien de desmitificar la complicidad hetero-cis de los vestigios de la “peste rosa”, ya que es más frecuente que mantengan los estudios al día.
La insistencia por parte de profesionales de la salud sobre la implementación de la ESI en las escuelas, es con el propósito de informar y prevenir sobre los riesgos que se expone al cuerpo sin barreras profilácticas, además de promocionar que la sexualidad es más que el acto sexual en sí y requiere de un conocimiento de los deseos propios y el cuidado con quienes se comparte en la intimidad.
De esta manera, se desmitifica que el preservativo no hace perder la sensibilidad, pone a hablar sobre sexualidad entre generaciones de adultos y jóvenes. Así, se transmite un reconocimiento de que se puede disfrutar sin miedos y con un irrestricto respeto hacía el otro, porque de sexo también se habla en la mesa familiar.
Ahora bien, si para la LLA la defensa de la libertad se basa en el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, ¿la salud y la educación sexual integral no deberían formar parte de los cuidados hacía el otro? O ¿es que acaso para ellos la “salud” es solo reproductiva?
Fuente: ACT-UP Córdoba