10 años del Hospital de Villa El Libertador, conquista de la organización barrial

Ayer jueves 7 de octubre se celebraron 10 años del Hospital de Villa El Libertador o "del sur", con una gran jornada entre aires de festividad y lucha. La conquista de este espacio público para un barrio como Villa El Libertador, implica un recorrido por 40 años de organización comunitaria. Hablamos sobre esta historia con Claudia Casas, vecina del barrio en lucha por el Hospital e integrante del grupo Cosas de Mujeres.

Elaboración conjunta con Micaela Di Marco para Enfant Terrible.

Ayer jueves 7 de octubre se cumplieron 10 años del funcionamiento del Hospital Municipal del barrio Villa El Libertador, al sureste de Córdoba Capital. Desde las asambleas del barrio celebraron el suceso con una actividad por la mañana, donde estuvieron presentes vecines y usuaries del hospital, trabajadores y el director de la institución. A su vez, estuvieron presentes artistas como Paganas, ‘Gonchi’ Mamonde y la coplera Maby Garay.

También se acercaron niñes del barrio, que dejaron sus intenciones y exhibieron carteles en agradecimiento a les profesionales de la institución, por su arduo labor durante el año y medio de pandemia. Otras pancartas exhibieron demandas como el acceso a sueldos dignos para trabajadores de la institución, participación social en la toma de decisiones, más turnos en especialidades, el acceso a la ILE (Interrupción legal del embarazo) sin objeciones, el parto respetado y atención y protección a las infancias violentadas.

En el marco de esta celebración, entre la festividad y la lucha, hablamos con Claudia Casas, vecina del barrio en lucha por el Hospital de Villa El Libertador e integrante del grupo Cosas de Mujeres.

La lucha del barrio por un hospital público

Esta zona de Córdoba se caracteriza por tener una diversidad de historias de lucha y el logro de que exista un hospital público en Villa El Libertador hace 10 años, es parte de ellas.

“Para un barrio o una organización, la conquista de un espacio social o físico es parte de la lucha, y lo que significa en nuestro barrio tener un hospital cuando en tantos pueblos no tienen”  explicó Claudia Casas en diálogo con Enfant Terrible.

Según contó la vecina, institución fue un logro de la organización barrial: “Lo ganamos con gente que tenía una inmensa necesidad de hacer cosas por el barrio, pensando que iba a crecer e iba a necesitar un hospital, no solamente un dispensario las 24 horas o dispensarios que sean del primer nivel de atención”. Esta visión sobre el territorio se proyecta desde hace casi 40 años y hoy: “esta zona se convirtió en una de las más grandes de Córdoba con aproximadamente 150.000 habitantes, y a este hospital concurre gran cantidad de gente”.

Durante todo ese tiempo se interpeló a diferentes gobiernos, haciendo eco de las necesidades, pero también ejerciendo la autodeterminación: “cuando comenzó la búsqueda del hospital, se empezó a hacer cartas a los diferentes gobiernos, se juntaban los vecinos y se empezó a proyectar”. Hasta conseguir el “sí” y el dinero para las obras pasaron varios años: “pero después las obras no avanzaban, entonces los vecinos tenían que ir a ver por qué”.

“El director del Hospital nos dijo que no le gusta la palabra lucha, pero a nadie le gusta la palabra lucha, porque obtener algo que es un derecho no debería implicar una lucha”.

Después de levantar el edificio debía rellenarse por dentro, entonces: “se comenzó a traer el mobiliario y aparatología de España, aunque ese trámite lo debía hacer el intendente -en ese momento Raúl Mestre-. Para eso tardamos entre 2 y 3 años, total a él le daba igual, siempre esa desidia, siempre teníamos que esperar”.

"Desde afuera hacia adentro", un perfil comunitario

En 2011 el el Hospital fue inaugurado y comenzó a funcionar: “larga con esta impronta de tener trabajadores que conocían la zona porque habían trabajado en el Centro de Salud y otros venían sin saber a qué zona venían a trabajar”. La prioridad era que prevalecieran profesionales de la zona y por eso se armó una Comisión de Salud en el proceso: “se pretendía que el hospital tuviera una visión comunitaria, donde se escuchara las necesidades de la zona y se estudiara que el médico que viniera tuviera un perfil comunitario, que sepa cuáles eran las falencias, las necesidades, la situación ambiental, todo de la zona” continuó contando Claudia.

Sin embargo, esto no fue así desde un principio: “mandaron gente que no sabía quiénes éramos, ni cómo es el barrio, ni cómo eran los grupos sociales del barrio, ni cómo vivía la gente y bueno, tuvieron que aprender a los ponchazos. Muchos de ellos ni saben que al fondo hay una situación de salud gravísima”, expresó Claudia en referencia a la problemática de contaminación por falta de cloacas y la suba de napas al sureste de Villa El Libertador.

La perspectiva comunitaria a la que refiere Claudia, implica que “nosotros estamos desde afuera hacia adentro” y no “desde adentro hacia afuera” como sucede con los proyectos de intervención en otras instituciones de salud. “Somos un grupo que entró al Hospital y no tenemos nada que ver con los gobiernos que han pasado y tenido que escuchar lo que nadie les dice, porque se lo decimos nosotros. Si el gremio no quiere hablar y hay gente que sufre maltratos laborales, nosotros vamos y hablamos”.

“Ser neutrales también nos ha servido para acompañar la lucha obrera”.

Claudia explica que el trabajo “desde afuera hacia adentro” genera resistencias por parte de algunos sectores institucionales: “A veces nos han dicho: “y ustedes, ¿por qué tienen que estar adentro del Hospital?”. Primero que nada porque es un espacio del barrio, público y por lo tanto lo podemos usar para hacer prevención y hacer lo que ellos no pueden hacer. Ustedes –les profesionales- no se pueden sentar en una sala de espera a ver si viene una víctima de violencia, o una persona que necesita que la guíen por el Hospital. A veces pasan por al lado de la gente y ni siquiera la miran, recién cuando la llaman al consultorio se enteran que es ‘Juanita Pérez’. En cambio, hay otro perfil de médico que cuando ve a ‘Juanita Pérez’ le pregunta “cómo andas”, entonces esa persona siente que la han individualizado y que es una persona para ese hospital”.

“El Espacio de Arte y Salud cura”

Muchas veces se escucha decir que los hospitales son espacios tristes, generando rechazo hacia las personas usuarias de los servicios de salud. Por el contrario, en la invitación a celebrar el cumpleaños del Príncipe de Asturias, una palabra que resaltaba era “alegría”. Cuando preguntamos a Claudia sobre esa emoción relacionada al hospital, hizo referencia al Espacio de Arte y Salud, afirmando “el arte cura”.

“Este espacio lo venimos sosteniendo desde hace 10 años y al director tampoco le ha gustado mucho. Hay artistas que se presentan tipo en ‘hora pico’ en las salas de espera, agarran la guitarra y tocan. Hemos traído diferentes artistas como los chicos de La Cruza, Paola Bernal, Manu Cabagnae, Octavio de El Cuarto Patio, una muestra de fotos de Pablo Sigismondi, hemos hecho un montón de cosas”.

De este modo, la alegría se plasma como estrategia sanitaria, una experiencia que resulta casi inédita en comparación de otras instituciones de salud: “Somos de los pocos grupos dentro de hospitales públicos que se han dado el gusto de tener este grupo de artistas en la sala de espera del Hospital”.

Fotos: Micaela Di Marco para Enfant Terrible.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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