Fuera Porta: “Venimos a revalorizar la ciencia del barrio”

Hoy se presentan dos producciones académicas, científicas y artísticas que V.U.DA.S.-Fuera Porta realizó en articulación con profesionales, estudiantes y militantes de la causa contra la etanolera de transgénicos Porta Hnos. Un informe socio-territorial y un cómic, que son herramientas construidas en conjunto, ciencia del pueblo. Hoy, a partir de las 17 horas en el Museo de Antropología.
Archivo Enfant Terrible

Hay varios estudios sobre la permanencia de la empresa Porta Hnos. en barrio San Antonio. Profesionales, espacios académicos y universitarios han dedicado su tiempo para aportar desde el compromiso, mucho más que un título o un trabajo, insumos para la lucha por la problemática estadía de esta etanolera de transgénicos.

El primer “Informe socio territorial de los daños a la salud por la permanencia de la fábrica de bioetanol Porta Hnos.”*, es entonces una confluencia de esas trayectorias, que además, implican un cruce cara a cara, juntarse, encontrarse, desde y con las ciencias, la Sociología, la Biología, la Psicología, la Epidemiología, la Geografía, entre los aportes de muchas otras para crear un Colectivo de Epidemiología Comunitaria.

A la vez, eso que llaman interdisciplina, experimenta una transformación cuando la creación de ciencia es con, y a partir de los conocimientos de las vecinas que hace más de 10 años llevan adelante no una carrera universitaria, sino una carrera por la vida, por ganarle a la muerte, disputando con el poder económico-político que representa Porta Hnos. en Córdoba.

El informe demuestra que los conocimientos no nacen sólo en universidades -y que las universidades se hacen mejores con estos conocimientos del pueblo- y junto con el que cómic “Un monstruo en mi barrio” resume y grafica a las vecinas como mujeres militantes, trabajadoras, científicas y brujas.

“El tema de la ciencia es porque en realidad, así como el derecho ambiental, el primer observador es la vecina o el vecino que está todo el día en su casa, haciendo las tareas diarias de cuidado y observa, escucha, huele, es la ciencia ciudadana que venimos a revalorizar, la ciencia del barrio”, describe la histórica V.U.D.A.S. Silvia Cruz, a Enfant.

Desde Enfant Terrible, en la nota Porta: el mal-aliento del monstruo, quisimos destacar esa experticia de las vecinas, que desafía la idea de ciencia como algo de quienes “tienen” los conocimientos reservados. Si vivir, enfermar y ver morir, habitar y luchar, 10 años en un mismo territorio no basta para reconocer expertas a las V.U.D.A.S. (Vecines Unides en Defensa del Ambiente Sano/Seguro), entonces reconózcase también el academicismo.

“El cómic son los aportes de nuestros saberes con profesionales de la comunicación”.

“Es como tener un laboratorio donde vos observas a los ratones, bueno, en este caso somos seres humanos, somos mujeres, somos vecinas, somos amas de casa, somos trabajadoras en sus múltiples funciones que vienen a estar en un gran laboratorio con este gran monstruo”, definió Silvia.

Ciencia y vida/ciencia y negocios

“Siempre hemos dicho que los datos certeros los aportamos nosotras porque vivimos al lado, porque lo respiramos todos los días. Cuando se armó el cómic, la historia cuenta como primeras observadoras en un campo y en un laboratorio que vendría a ser el barrio”, continúa reconociendo Silvia, quien vive en el barrio antes de que la empresa comenzara a producir el etanol de maíz en 2012, hoy un gran negocio “verde” promovido por el Gobierno de la Provincia: los biocombustibles.

La permanencia de la empres está directamente vinculada la ciencia, lo cual devela que lejos de cualquier pretensión de objetividad, responde a intereses, la ciencia es política, al igual que el Poder Judicial o la “Justicia”.

Por ejemplo. En 2015, el Fiscal José Mana archivó la denuncia por contaminación que hizo V.U.D.A.S. contra Porta, tomando el estudio realizado por el perito oficial designado a Daniel Yorio, titular del Departamento de Química Industrial de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En aquel entonces, se hicieron dos estudios, el oficial y otro “independiente” a cargo del ingeniero químico Marcos Tomassoni. A partir de éste último se pudieron comprobar que hubo adulteración de datos en el primero, dando resultados que beneficiaron a la empresa, ya que los niveles constatados estaban supuestamente permitidos por la Ley de Residuos Peligrosos.

Hoy por hoy, y luego de la disputa judicial en Tribunales Federales, el juez Vaca Narvaja había dictaminado que el Estado debía hacerse cargo de un estudio ambiental de impactos que tuviera en cuenta la participación vecinal, algo inédito y hasta insólito en algún punto, ya que esto implica la consulta previa, cuando la empresa en realidad nunca consultó, ya está instalada. La burocracia judicial, alejada de las realidades territoriales y de este laboratorio que describe Silvia, permite a la empresa continuar apelando y dándole tiempo al Gobierno de Córdoba, principal responsable del estudio y dar las inminentes pruebas de contaminación.

“Está la ciencia que sostiene a Porta, la de la Secretaría de Ambiente, que se niega a hacer el Estudio de Impacto Ambiental para revelar y salvar vidas. Esa ciencia existe y está a favor de los negocios, de las empresas como ésta. La otra es una ciencia de la vida, una ciencia más cuidada, más amorosa”, plantea Silvia, quien define estos otros vínculos con la ciencia, diferenciación producto de la experiencia.

*Informe: Informe socio territorial de los daños a la salud por la permanencia de la fábrica de bioetanol Porta Hnos. - Cómic: Un monstruo en mi barrio

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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