El pasado miércoles, en el Complejo Ferial de la Ciudad de Córdoba comenzó la segunda edición de la Cumbre Mundial de Economía Circular (CMEC) que tiene como anfitriones a la Municipalidad del distrito capitalino, junto al ente municipal BioCórdoba. La actividad que se realiza por segundo año consecutivo, plantea posicionar a Córdoba como nodo mundial para el lobby y la gestión de políticas sobre la basura y los residuos que se generan con intensidad en los grandes centros urbanos. Empresarios, funcionarios y otras figuras institucionales comparten experiencias posicionándose desde el paradigma de la "economía circular", propuesta recurrente y difundida a través del marketing o green-washing con la crisis climática vigente como contexto.

Un fuerte contraste con la propuesta planteada, se evidenció cuando por la tarde del mismo miércoles cerca de 150 trabajadorxs del ambiente (recuperadorxs y recicladorxs urbanxs) integrantes de distintas cooperativas nucleadas en la UTEP (Unión de Trabajadorxs de la Economía Popular) se acercaron al Complejo, pero la presencia del personal de Infantería de la policía de Córdoba les impidió la entrada.

Desde el espacio de Cartoneros que a su vez integran la FACCyR (Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores) explicaron que llegaron al evento para acompañar la disertación de Jackie Flores, trabajadora cartonera que exponía sobre la Ley de Envases con Inclusión Social presentada en julio de 2021 por las organizaciones y cooperativas, pero lo que contaron es que “nos quedamos afuera mientras anochecía”.

Adentro del evento, una gran cantidad de figuras expositivas provenientes de distintas partes del mundo como Brasil, Colombia, Estados Unidos, Bélgica, Alemania y otros países de la Unión Europea, entre otros, afuera lxs trabajadorxs que sostienen en la base las propuestas del "capitalismo verde".

Desde sus principios estos trabajos fueron y son llevados a cabo por personas de los sectores populares, que encontraron en la actividad una fuente de ingresos -con mayor fuerza en los años 90 en Argentina- y hoy es reivindicada por el rol fundamental que cumplen por su relación con el cuidado del ambiente, por el control y la regulación de los residuos que día a día se generan o se acumulan en los territorios.

“Los cartoneros, las cartoneras, los carreros, las carreras, recicladores, recicladoras y promotoras ambientales trabajamos paso a paso todos los días, décadas antes que los Estados y las empresas se atrevieran a nombrar la problemática ambiental, la economía circular, o cualquier otro recurso de green-washing”.

A su vez, este mismo sector en el proceso de reconocimiento de su trabajo como trabajo, empieza desde la informalidad, la precarización general, no sólo en términos económicos, sino también de salud integral, de discriminación, hostigamiento policial, y una serie de problemáticas que tienen su propio peso y hacen a la complejidad del sector.

Pero además de no hacer lugar a quienes atraviesan el día a día en las calles y centros de tratamientos y recuperación de residuos en Córdoba, en la página de la CMEC se observa que el evento es patrocinado por empresas como Coca Cola, multinacional cuestionada por ser “de los grandes generadores de residuos” que no se hace cargo de los mismos, pero a la vez parte del lobby que, en en el Congreso de la Nación, traba la discusión de la Ley de Envases.

Digamos, del proceso que viene llevando a cabo el sector, importante tanto para la circulación y generación de capital, el Estado en este caso continúa sosteniendo el peso del empresariado. A la vez, por ejemplo, es el propio Estado que a nivel municipal mantiene un control sobre la recuperación y tratamiento de los residuos a partir del COYS (Córdoba Obras y Servicios).

El adentro-afuera de la CMEC en parte es relevante en términos de mostrar que el capitalismo muta en función del contexto, y a través del Estado va manteniendo la estructura de negación de los espacios de participación (muy publicitado) para quienes ven postergadas las demandas más urgentes, de un sector estratégico históricamente encargado de la gestión de los residuos, mucho antes que "lo verde" se ponga tan en boga.