Venezuela: ¿qué está en juego en las elecciones de este domingo?

Esta vez el socialismo venezolano llega mejor que en las dos últimas elecciones presidenciales de 2013 y 2018. Si bien hay 10 candidatos aspirantes al Palacio de Miraflores, la elección se encuentra polarizada entre Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia.

Venezuela elige presidente una vez más este domingo 28 de julio, en una elección bisagra para la historia nacional debido a la unidad de la oposición, lograda tras los Acuerdos de Barbados de 2023, firmados por los representantes del chavismo y de la derecha venezolana, acuerdo que tiempo atrás se presentaba como un imposible.

Si bien hay 10 aspirantes al Palacio de Miraflores, la elección se encuentra polarizada entre los dos principales candidatos: Nicolás Maduro (Gran Polo Patriótico Simón Bolívar) y Edmundo González Urrutia (Plataforma Unitaria Democrática). El sufragio contará con veedores internacionales de la ONU.

El sufragio se da ante una Latinoamérica cuyos países más relevantes en términos económicos y políticos se encuentran gobernados por fuerzas izquierdistas/progresistas (Brasil, México y Colombia), siendo Argentina la excepción a la regla con un presidente de ultraderecha.

A su vez, las elecciones coinciden con el proceso electoral en marcha del país que, sin éxito, ha intentado una y otra vez sabotear los procesos sociales y políticos bolivarianos: Estados Unidos.

Esta vez, el socialismo venezolano llega mejor que en las dos últimas elecciones presidenciales de 2013 y 2018. El pronosticado crecimiento económico, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con sus vecinos como Guyana y Colombia, como con los países más importantes de la región -Brasil y México-, los acuerdos con la oposición y la crisis de hegemonía norteamericana, son algunas tendencias a favor del oficialismo que enfrentará -por primera vez en décadas- a 9 candidatos opositores.

De esta manera, el "chavismo", ese fenómeno social nacido a fines de la década neoliberal de los 90' con una marcada identidad socialista y antimperialista, pie necesario para la inauguración de una época de nacimientos de otros movimientos populares y progresistas en la región, con un Estados Unidos mejor consolidado como hegemonía mundial que en la actualidad, se juega su hegemonía de cuarto de siglo.

Foto: EFE

21 millones de venezolanos definen su destino

Cada vez que las y los venezolanos van a las urnas, la instalación de una narrativa mediática tiende a deslegitimar las elecciones. "Fraude", "dictadura" y "corrupción", son algunas de las palabras claves que el conglomerado mediático impuesto por las grandes cadenas de televisión y redes sociales pro-imperialistas (CNN, FOX, TLC, X, Meta) despliegan en contra del chavismo.

Sin embargo, los sufragios de este año son, quizás, los que mayor legitimación previa tienen, debido a que se enmarcan en los mencionados Acuerdos de Barbados, un instrumento legal y político del cuál careció la última elección presidencial de 2018, cuestionada por las autoridades de la Unión Europea, Estados Unidos y el por entonces denominado -hoy extinto- "Grupo de Lima".

En este sentido, es importante remarcar que, al contrario de la narrativa de "dictadura" instalada por la oposición al chavismo, dentro y fuera del país, Venezuela es una de las naciones latinoamericanas donde más elecciones han tenido lugar en el último tiempo. Desde la asunción de Hugo Chávez en 1999, Venezuela celebró 24 sufragios (6 presidenciales, 4 parlamentarias, 7 regionales y 7 municipales).

Asimismo, el país cuya economía es la quinta más grande de Latinoamérica, cuenta con un sistema de votación validado por la ONU, que, a través de sus autoridades designadas, se hizo presente en el simulacro electoral llevado a cabo el pasado 30 de junio. Para las elecciones reales, el Acuerdo prevé la presencia de veedores internacionales en todas las instancias del proceso electoral ya en marcha.

Asimismo, es importante tener en cuenta que la democracia venezolana tiene un carácter participativo y organizativo, el cuál carecen las demás democracias sudamericanas. Un ejemplo práctico de esto es la elección que se llevó a cabo el domingo 21 de abril, cuando se realizó por primera vez en la historia democrática venezolana la "Consulta Popular al Poder Popular", es decir, al espacio político conformado por las 4.500 comunas de los 24 estados provinciales del país. En esta oportunidad, millones de ciudadanos acudieron a las urnas para votar los proyectos de obra pública que cada espacio comunal definió como prioritario para su territorio.

Otra importante elección que tuvo lugar en diciembre del año pasado, fue el histórico referéndum sobre la anexión de El Esequibo a favor de Venezuela, un territorio disputado hace más de un sigo con Guyana, el cuál obtuvo un contundente 97% de los votos.

Más allá de las características negativas que afloran sobre la política venezolana, pregonadas por los "paladines" de la "libertad" y el "republicanismo", el pueblo caribeño sudamericano cuenta con una innegable tradición democrática, y una alta participación en los procesos políticos y sociales en las últimas dos décadas.

Foto: Fernando Vergara / Associated Press (AP)

Una oposición de 10 cabezas

En estas elecciones del 28 de julio se presentan diez candidatos:

  • Nicolás Maduro Moros, del Partido Socialista Unido de Venezuela. Actual mandatario.
  • Edmundo González Urrutia, Mesa de Unidad Democrática. Ex Diplomático. 
  • Claudio Fermín Maldonado, Soluciones para Venezuela. 
  • Antonio Ecarri Angola, Alianza del Lápiz.  
  • Benjamín Rausseo Rodríguez, Confederación Nacional Democrática (CONDE). 
  • Enrique Márquez Pérez, Centrados en la gente.
  • José Brito Rodríguez, Primero Venezuela, Primero Justicia, Unidad Visión Venezuela y Venezuela Unidad. 
  • Javier Bertucci Carrero, Movimiento El Cambio. 
  • Luis Martínez Hidalgo, Acción Democrática, Bandera Roja, Movimiento Republicano y Unión Nacional Electoral. 
  • Daniel Ceballos Morales, Arepa Digital Internacionalista.

La elección se definirá entre las dos candidaturas de mayor peso, es decir, entre Maduro y Urrutia, quién representa a su vez a la inhabilitada María Corina Machado, referenta de la extrema derecha local.

Machado no pudo inscribirse como candidata por estar inhabilitada por 15 años tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia que la encontró culpable de diversos delitos. Entre ellos, se la juzga por su participación en "la trama de corrupción orquestada" por Juan Guaidó, así como por incumplir normas nacionales al aceptar "la acreditación como representante alterna" de Panamá ante la OEA (Organización de los Estados Americanos) en un debate celebrado en 2014.

Urrutia y Machado, acusados por el chavismo de ser posibles agentes de la CIA, ambos formados en universidades norteamericanas, cuyas propuestas consisten básicamente en la privatización de las empresas estatales y el acercamiento carnal a Estados Unidos, son quienes concentrarán el voto opositor, el cuál da como mayoritario sobre el chavismo en las encuestadoras privadas locales. Estos candidatos recibieron el apoyo explícito del Gobierno de Argentina encabezado por Javier Milei, a quién Maduro utilizó en campaña de manera permanente para ejemplificar lo que le sucedería a su país si ganase la oposición. "¿Ustedes quieren terminar como la Argentina de Milei?", preguntó una y otra vez el ex vicepresidente de Chávez en sus actos de campaña.

A su vez, otras encuestadoras locales como el Centro de Medición e Interpretación de Datos Estadísticos, dan como ganador al candidato chavista, quien promete profundizar el socialismo venezolano con medidas tales como el acercamiento a los BRICS+, la diversificación comercial, el aumento de las inversiones en el sector energético, así como en los programas sociales de educación y salud. Situación que, entiende Maduro, llevaría a mejorar la economía nacional y por consiguiente el salario de los trabajadores venezolanos, de los más bajos en Latinoamérica, seguido por Argentina.

Más allá de lo que pronostiquen o dejen de decir las encuestas, la elección está abierta para ambos espacios políticos.

La sombra de Trump: el gran interrogante

La deslegitimación a las elecciones presidenciales venezolanas de 2018, a manos de las autoridades estadounidense y europeas se tradujo, durante el gobierno de Donald Trump en EE.UU (2017-2021), en un recrudecimiento de la permanente injerencia norteamericana a través de intentos de "golpes suaves", e intentos de magnicidio contra Nicolás Maduro, la autoproclamación de un supuesto presidente interino como Juan Guaidó, la imposición de sanciones a los hidrocarburos nacionales, las reiteradas operaciones de sabotajes eléctricos y ataques terroristas a manos de agentes financiados por los norteamericanos.

En este sentido, el posible regreso del ultraderechista Trump a la Casa Blanca, vuelve a tensionar la relación diplomática entre Venezuela y el gigante del Norte que tuvo significativas mejoras durante la administración de Joe Biden, quien se vio obligado a establecer canales de diálogos ante el constante fracaso de instalar su hegemonía en territorio venezolano.

Sin embargo, al interior de las propias élites yanquis hay una disputa sobre el resultado de las elecciones presidenciales venezolanas. Según el Wall Street Journal, importantes empresarios petroleros norteamericanos prefieren la victoria de Maduro antes que una victoria de la oposición.

Por su parte, Trump elogió hace siete días atrás a la "seguridad" venezolana, lo que el chavismo leyó como un guiño hacia futuras conversaciones en caso de que se imponga el republicano. "Es otro Trump", advirtió un Maduro ávido de reflejos, en un vivo en sus redes sociales.

El contexto geopolítico internacional está marcado por una veloz impronta multipolarista pregonada por los BRICS+, donde se encuentra Arabia Saudita, quién hace poco dio de baja un histórico acuerdo petrolero con Estados Unidos, situación que el gigante norteamericano necesita revertir para continuar su disputa por el orden mundial contra sus adversarios políticos y militares como China y Rusia, de importantes relaciones diplomáticas con Caracas.

"Queremos examinar toda la información de las presidenciales del domingo y entonces tomaremos una decisión", afirmó el miércoles pasado Brian Nichols, jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, durante una sesión ante el Congreso estadounidense.

Estas expresiones son distintas a las vertidas seis años atrás en las últimas elecciones, donde las amenazas llegaron a la promesa de una invasión al país sudamericano. Aunque como alguna vez dijo el guerrillero y médico revolucionario argentino, Ernesto "Che" Guevara, "en el imperialismo no se puede confiar ni un tantico así, nada", convicción compartida en Miraflores.

Foto de potada: Fernando Vergara / Associated Press (AP)

Puntano. Licenciado en Comunicación Social. Consumidor problemático de soberanía nacional.

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