Cristina Kirchner en #CLACSO2018: repensando la democracia

La ponencia de Cristina en el 1° Foro Mundial de Pensamiento Crítico, realizado y coordinado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales [CLACSO] no pasó desapercibida.

Acompañada por Pablo Gentili, la ex mandataria abordó y problematizó -aún dejando cabos sueltos- respecto a las herramientas discursivas del neoliberalismo, la tensión entre legitimidad-legalidad de los mecanismos democráticos, la necesidad de una reforma de gobierno a más de 200 años de la Revolución Francesa y la idea de generar un frente unido de caras al 2019.

La discursividad neoliberal: balance a 3 años

La ponencia de Cristina Kirchner giró en torno a la crítica incisiva al modelo económico y político de la actual gestión de Cambiemos, haciendo énfasis en el rol del endeudamiento internacional en contraposición a su gobierno, caracterizado por la propia mandataria como "el único gobierno que desendeudó a la Argentina".

Así, la ex-mandataria plantea que esta vuelta al Fondo Monetario Internacional "convierte a los gobiernos de la Argentina en meros gestores de políticas que les son impuestas de afuera [además de tener que devolver el dinero]", de las cuales dichos dólares "no puede verificarse ni en obras ni en mejoras para la calidad de vida de los argentinos".

Haciendo hincapié sobre la pobreza estructural como determinante para la inseguridad, la actual senadora argentina hizo un llamamiento a las consecuencias de 3 años de neoliberalismo y su impacto en el poder adquisitivo de los sectores populares.

Con una reflexión en torno al ballotage perdido por Daniel Scioli, hoy devenido fantasma político, la ex mandataria hizo referencia a la 'doble vara' sostenida por las coberturas mediáticas de los medios hegemónicos y su rol estructural en el sostenimiento de los programas políticos y económicos. En términos de la ex presidenta, "periodistas militando el ajuste".

Junto a una conceptualización del neoliberalismo como "una construcción política del capitalismo", la ex mandataria planteó que el capitalismo tuvo que construir el Estado de bienestar para que "el mundo no se volcara al comunismo", a modo de "tapón al oso comunista".

Así, con la caída del Muro de Berlín -y lo atinente a las construcciones socialistas-, se concluye que terminada la amenaza del comunismo el Estado de bienestar resultaba costoso de mantener, girando hacia la nueva construcción del neoliberalismo, "exacerbando los aspectos más negativos de la condición humana".

La exacerbación de la individualidad y la meritocracia, conceptos centrales en el discurso neoliberal, viene a menoscabar las relaciones de solidaridad e igualdad sostenidas por el Estado de bienestar, operando a su vez una descontextualización del rol de las políticas públicas y la distorsión respecto a la capacidad de elección en materia de gobierno y políticas gubernamentales.

"La guita que ellos me están sacando a mí de mi salario por impuesto a las ganancias es para dárselos a los vagos", expresaba de manera irreverente la construcción discursiva del neoliberalismo.

Sin embargo, según la ex mandataria, el motivo para resistir el ajuste promovido por la gestión de Cambiemos se debe a la construcción del entramado social construido a través de las AUH y las jubilaciones, que difiere fuertemente de las condiciones sociopolíticas que estructuraron las revueltas del 2001.

Legalidad y legitimidad

La ex mandataria giró también sobre la distorsión en las campañas electorales, como el "nadie iba a pagar impuestos a las ganancias" o la negativa ante el aumento de la presión tributaria que sostuvo Cambiemos, que hace reflexionar sobre los límites y la regulación de la democracia en pos de transformarla en algo realmente legítimo: ¿cómo se legitima el contrato social establecido en las campañas electorales que, posteriormente, queda supeditado a algo meramente discursivo y relegado a lo pragmático, al 'lo vamos viendo sobre la marcha'?

Ciertamente el gobierno de la gestión Cambiemos es de plena legalidad, pero nos hace preguntarnos si todo gobierno legal es legítimo sólo por el hecho de tener un trasfondo legal o si es necesaria cierta consistencia y coherencia entre las campañas electorales y la gestión misma en el gobierno. En ese sentido, ¿podemos decir hoy que el gobierno de Cambiemos es legítimo, aún si es legal?

En ese sentido, la ex mandataria apela a la necesidad de tener "nuevas arquitecturas institucionales" para preservar el funcionamiento de la democracia, considerando que la estructura basada en poder judicial, legislativo y ejecutivo deviene de procesos de la Revolución Francesa en 1789.

En ese sentido, ¿podemos decir que un sistema de gobierno, aún en plena legalidad, es legítimo cuando apela a estructuras que tienen más de 200 años de antigüedad? ¿Cuántas condiciones cambiaron, entre el período en que no existía la luz eléctrica y la invención de las redes sociales?

De este modo, la ex mandataria hace un llamamiento a repensar estas "arquitecturas institucionales" que permitan la participación en la regulación institucional de actores que no existían en esa época: las multinacionales, las transnacionales, los organismos multilaterales de créditos, entre otros.

¿Cómo se regulan estos actores que existen bajo una estructura de poder que no está reflejada en la Constitución ni está regulada actualmente? Esa es una de las preguntas que queda abierta en la ponencia de la ex senadora y con buen  motivo: responderla implica una propuesta radical en un contexto que se va configurando hacia las elecciones del 2019.

Izquierda y derecha: rezar o no rezar

La ex mandataria hizo críticas incisivas en torno a las dicotomías entre izquierda y derecha, por concebirlas como "perimidas", que necesita ser superada en torno a la categoría 'pueblo', que resulta de mayor integración de las fuerzas hasta en instancias que parecen ser biopolíticamente diferenciales: "en nuestro espacio hay pañuelos verdes, pero también hay pañuelos celestes y tenemos que aprender a aceptar eso sin llevarlo a la división de fuerzas".

Si bien la postura de la ex mandataria resulta, en términos electorales, de carácter optimista, nos preguntamos: ¿es posible un frente popular que, sin caer en una 'bolsa de gatos', pueda sostener la tesis de 'juntxs pero no revueltxs'?

¿Es posible sostener un frente, más allá de lo contingente y situacional, con diferencias tan grandes en términos de biopolíticas de Estado? ¿Qué clase de relación de igualdad y solidaridad social se puede construir con quienes sostienen la inacción de las políticas públicas ante el derecho a la decisión y al goce, ante la muerte mediatizada por la pobreza estructural?

Epílogo

La ponencia de Cristina deja algunas preguntas sin resolver -y varias contradicciones-, con única propuesta el llamado a una reflexión que pueda materializarse, no sólo de cara al 2019, sino en pos de desarrollar un 'pensamiento crítico' que permita comprender las condiciones sociales, políticas, económicas, entre otras, que configuran la realidad en la Argentina actual.




Somos el equipo de redacción de Enfant Terrible: el resultado de millones de años de evolución aglutinados en este irreverente existir.

Te puede interesar

El aguante

Bancá el periodismo de base, cooperativo y autogestivo

Para hacer lo que hacemos, necesitamos gente como vos.
Asociate
Cooperativa de Trabajo Enfant Terrible Limitada.
Urquiza 1740 7A, Córdoba.