La reunión de mandatarixs en cumbres como la del G-20 siempre tiene algo explícitamente incómodo y tácitamente gracioso. Nadie se ríe, pero a nadie sorprenden ciertas cosas: a veces parece que la gestión de Cambiemos no son más que agentes de la incompetencia.
En ese sentido, la llegada de Macron a Argentina no pasó desapercibida. Con retraso por parte de Michetti, el presidente francés al bajar sólo supo saludar a dos trabajadores aeroportuarios, uno de los cuales se encontraba llevando esos temidos chalecos amarillos, semejantes a los usados en las protestas francesas que se llevan a cabo actualmente.
No sólo fue un error de timing por parte de Cambiemos -algo que a nadie sorprende hoy por hoy- sino que ante el encuentro entre Michetti y el mandatario, la vicepresidenta intentó comunicarse en un francés precario que despertó la curiosidad del mismo Macrón.
Por si fuera poco, ante la embestida de Macri respecto a un posible acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, Macron bajó los humos al ratificar que no era favorable firmar un acuerdo con países que no respetan el acuerdo de París. Teléfono para Bolsonaro (y Trump, dicho sea de paso).
El inicio de la cumbre del G20 también dejó bajo fuego cruzado a la gestión de Cambiemos cuando la vocera del presidente Donald Trump afirmó que, en una reunión bilateral con Mauricio Macri, ambos reiteraban el compromiso para enfrentar la actividad económica depredadora de China.
Algo extrañamente inusual, dado que el gobierno estadounidense decidió volver sobre sus pasos y retirar a Estados Unidos del acuerdo climático llevado a cabo en la capital francesa. Hablemos de dispararse el pie.
A esto se suma el extenso agradecimiento de parte de Mauricio Macri por el apoyo de Estados Unidos y la mediación con el FMI. Es que, según Macri, "los inversores más importantes en Argentina son las empresas americanas", expresando "el interés del pueblo norteamericano por la Argentina". Nos gobierna alguien que piensa que invertir en un país devaluado es interés y no depredación. Hablemos de dispararse el pie.
Nota al pie: ante la llegada de Trump en Casa Rosada, no había atriles ni ningún micrófono dispuesto. Son tan buena gestión que se olvidaron de gestionar un micrófono.
Hablando de China, a esto se suma el error de la banda militar argentina cuando comenzó a tocar la música cuando confundió al presidente Xi Jinping con un delegado de dicho país. Al percatarse de craso error, la banda obviamente dejó de tocar. La guinda del postre fue cuando un periodista de TN dijo en vivo que "es difícil reconocerlos".
Para cerrar, según una nota levantada por TN, desde el INADI confirmaron a Clarín que se están analizando las placas hechas por Crónica en el marco de la llegada de los mandatarios del G-20.
Ya sea que estemos a favor o en contra del carácter peyorativo de las placas de Crónica, lo único cierto es que la gestión de Cambiemos va a disputar férreamente el monopolio de la ridiculez.
Enfant entrevistó al abogado ambientalista, Enrique Viale, para conversar acerca de cómo los fenómenos climáticos como "La Niña", "El Domo", "Dana", son nombres propios de una crisis climática aguda que acrecienta la desigualdad social.
Francés de origen, argentino por convicción. Marinero y capitán de navío tuvo un rol fundamental para expandir por distintos océanos los ideales de la revolución de mayo. Un repaso de su historia
Derrames de miles de litros de residuos cloacales en lagos y ríos, miles de litros de acido clorhídrico derramados en el suelo por un accidente en la planta de Coca-Cola, uno de los ríos más radiactivos del mundo por desechos tóxicos vertidos y un negocio que cotiza más y mejor por su escasez: el agua.
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