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La elección presidencial de 2022 vista a través del clivaje regional: ¿continuidad o cambio?

¿Qué puede ocurrir en las elecciones presidenciales de 2022 por estado y región, considerando el patrón electoral de los últimos 20 años?

Por Marta Mendes , Luciana Santana  y Nara Salles


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Traducción por Virginia Acha

Ilustración por Leonardo Albertino, vía InfoMoney

En la elección de 2002, Luiz Inácio Lula da Silva (PT) ganó en todos los estados brasileños, excepto en Alagoas. A partir de 2006, con todo, las elecciones para presidente pasaron a estar marcadas por un claro clivaje regional: con el PT obteniendo ventaja en las regiones Norte, Nordeste, y en los estados de Minas Gerais y Rio de Janeiro; y el PSDB en el Centro-Oeste, Sur y estados como São Paulo y Espírito Santo. 

En 2018, otros clivajes -de género, raza y clase- se superpusieron con el regional, volviendo todavía más complejo el cuadro de las elecciones nacionales. En primera vuelta, Bolsonaro, entonces miembro del PSL, ganó en 16 estados, en el DF y en 23 capitales; Fernando Haddad en 8 de los 9 estados del Nordeste, en Pará y sólo en 3 capitales (São Luís, Teresina y Salvador); y Ciro Gomes en el estado que es su cuna política, Ceará, y en su capital, Fortaleza. En segunda vuelta, Fernando Haddad ganó en Ceará y en el estado de Tocantins, que le había dado la victoria a Bolsonaro en primera vuelta. Bolsonaro venció en los otros 15 estados y en el DF. En las capitales, Haddad llegó a ganar en 3 más del Nordeste: Aracajú, Recife y Fortaleza.

¿Qué esperar de la carrera presidencial de 2022? ¿Dónde hay perspectiva de cambio en relación con lo observado en la última elección? ¿Dónde hay tendencias de continuidad?

La novedad puede venir del Sudeste

En el Sudeste, la región más desarrollada del país, el Partido de los Trabajadores (PT) tiene chances de recuperar la hegemonía en Minas Gerais y en Rio de Janeiro, donde ganó todas las elecciones presidenciales desde 2002 al 2014. En Sao Paulo, el PT resultó vencedor en 2002 con Lula y en 2014 con Dilma; pero perdió cuando concurrió con figuras importantes de la política estadual, como el caso de Geraldo Alckim en 2006 y José Serra en 2010, ambos afiliados al PSDB en ese momento. Este año el PT tiene la chance de superar a Bolsonaro (PL) en la elección presidencial y salir victorioso en la elección para gobernador por primera vez en el estado. En Espírito Santo, el PT no gana una elección desde 2006. Ahora tiene la chance de volver a vencer, ya que Lula lidera las encuestas y cuenta con el apoyo del actual gobernador, Renato Casagrande (PSB), que también encabeza la carrera por la reelección. Sin embargo, la elección promete ser disputada. En el último sondeo de Quaest, en el plano nacional, Lula lideraba por 44% a 32%; pero, en el Sudeste, Lula y Bolsonaro aparecían empatados con 37% de las intenciones de voto. Se observó, también, una reducción de la evaluación negativa del actual gobierno en la región, de 49% a 41%, entre enero y agosto de 2022. 

¿Se puede repetir la situación de la región Sur del 2002 en el 2018?  

En los tres estados del sur del país, la única y última vez que el PT ganó una elección presidencial fue en 2002, con Lula. En 2018, Bolsonaro superó a Haddad con 68,4% de los votos en Paraná; 63,2% en Rio Grande do Sul; y con unos  increíbles 75,9% en Santa Catarina. Algunas encuestas, este año, sugieren más equilibrio. En la última encuesta de Quaest, en el conjunto de la región, Lula superaba a Bolsonaro por 41% contra 32%. Esto señala la posibilidad de un cambio significativo en relación con las últimas elecciones. Por otro lado, Bolsonaro tiene la ventaja de contar con más aliados y plataformas en estos estados, además del apoyo de los líderes del agronegocio. 

El Norte: entre lulistas y bolsonaristas

Después de la victoria de Bolsonaro en las dos vueltas de la elección de 2018 en casi toda la región Norte (las excepciones fueron Pará en la primera vuelta y Tocantins en la segunda), se observa una tendencia de aproximación del patrón de voto identificado entre 2006 y 2014. En ese período, el PT venció en la mayoría de los estados en las elecciones presidenciales, en primera y segunda vuelta; pero fue sistemáticamente derrotado en tres localidades: Roraima, Acre y Rondônia. Esos estados son las localidades donde Bolsonaro aparece liderando las intenciones de voto; exceptuando el caso de Rondônia que, como Amapá y Tocantins, no contó con la divulgación de encuestas. En Amazonas y Pará, territorios en que el PT venció en las dos vueltas entre 2002 y 2014, Lula está a la cabeza. 

¿El PT puede volver a tener fuerza en el Centro-Oeste?

Las elecciones de 2022 pueden representar una oportunidad de recuperación del PT en la región Centro-Oeste, donde Bolsanaro ganó en las dos vueltas de las últimas elecciones presidenciales. El movimiento de derrota petista en la región se inició en 2006, con la victoria del PSDB en todos los estados y en el Distrito Federal en primera vuelta. Hay excepciones. Pero, desde entonces, en todas las unidades territoriales de la región el PT fue derrotado por el PSDB; y, después, por el PSL. Las proyecciones para 2022 todavía indican la preferencia por Jair Bolsonaro en todos los estados de esta región y en el Distrito Federal. Sin embargo, ahora se refleja de modo más competitivo con Lula, ya que las encuestas revelan diferencias mínimas; a veces en el rango de los tres puntos porcentuales entre los dos candidatos. Esto sucede en el Distrito Federal, en Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Goiás aparenta mantener el vínculo bolsonarista, ya que la ventaja en las intenciones de voto, sobre aquellas declaradas en favor de Lula, es más amplia. El PT, a su vez, se ha articulado para ampliar su base en la región. 

Nordeste: ¿la ventaja consolidada del PT se mantendrá? 

El Nordeste es la segunda región más poblada del país y concentra el 27,11% del electorado, además de una expresiva bancada en el Congreso Federal. Si hasta el inicio de los años 2000 era considerada una región electoralmente conservadora debido al pasado de dominio de los “coroneles” y el predominio de líderes tradicionales de derecha, la situación comenzó a cambiar después de la elección de 2002, que le dio la victoria a Lula (la única excepción fue el estado de Alagoas). En 2018 fue la única región en la cual Bolsonaro no consiguió vencer en ningún estado; y que, en la segunda vuelta, otorgó la victoria a Fernando Haddad (PT) en su totalidad: 68% de los votos para Haddad contra 32% para Bolsonaro. La mayor victoria proporcional en la región provino de Piauí, donde el PT tuvo el 77% de los votos válidos. La menor fue en Alagoas, con 59,9%. En 2022, la historia se debe repetir: es lo que apuntan las encuestas electorales que vienen realizándose en los últimos meses. Aunque la evaluación negativa del actual presidente haya caído de 56% a 49%, Lula continúa liderando con un amplio margen: 61% contra 20% de Bolsonaro.

Lo que todavía puede cambiar  

A este punto de la carrera electoral es arriesgado analizar perspectivas de cambios y continuidades. Los partidos tienen hasta el 15 de agosto para registrar sus candidaturas, lo que todavía deja espacio para nuevos alineamientos y reacomodaciones. Con el inicio oficial de la campaña electoral el día 16 de agosto, los candidatos tendrán mejores condiciones de testear su fuerza y la de sus cabos electorales en los estados. Con casi la mitad de la población evaluando como malo o pésimo al gobierno, no se sabe si los aliados de Bolsonaro en los estados se comprometerán realmente con su campaña. 

Por otro lado, se especula que el inicio del pago de los beneficios derivados de la PEC 15/2022, apodada como la PEC de los Auxílios, tendrá el efecto de mejorar la evaluación del gobierno y tornar el escenario más favorable para Bolsonaro; principalmente entre los más pobres, grupo en el cual encuentra mayores dificultades. Se espera este efecto fundamentalmente en el Nordeste, región con mayor número de familias beneficiadas por el bono de gas y por el Auxilio Brasil. La pregunta abierta es si esta política será suficiente para borrar el legado de los gobiernos petistas en la región y para garantizar la superioridad en el Sudeste, región que concentra el 42% del electorado apto para votar este año.


* Marta Mendes da Rocha es profesora asociada del Departamento de Ciências Socias de la UFJF, donde coordina el Núcleo de Estudos sobre Política Local (NEPOL). Doctora en Ciencia Política por la UFMG. Fue investigadora visitante de la University of Texas en Austin.   

* Luciana Santana es profesora en la Universidade Federal de Alagoas y del PPGCP de la UFPI. Magíster y doctora en Ciencia Política por la UFMG, con período de estancia en la Universidad de Salamanca. Directora del grupo de investigación “Instituições, Comportamento político e Democracia” y directora de la regional Nordeste de la ABCP. 

* Nara Salles es investigadora asociada a Doxa (IESP/UERJ). Doctora en Ciencia Política por el IESP/UERJ. Fue investigadora visitante en el WZB Social Science Center. Realizadora y coordinadora del VotaAí.  

Este artículo fue elaborado en el ámbito del proyecto Observatório das Eleições 2022, una iniciativa del Instituto da Democracia e Democratização da Comunicação. Con sede en la Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG), cuenta con la participación de grupos de investigación de varias universidades brasileñas. Para más información ver: https://observatoriodaseleicoes.com.br/

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