La toma resiste en Alberdi

En el Barrio Alberdi, territorio comechingón, y escenario de luchas obreras y estudiantiles, la comunidad del Pueblo de La Toma, celebra hoy su identidad comechingona. Lejos de celebrar mitos fundacionales, y dando batalla al discurso meloso y romántico de La Docta, hoy se contrafesteja.

El despojo de la tierra y la urbanización han sido los mecanismos más eficientes para la invisibilización del Pueblo de la Toma. Desde la invasión fundacional del 6 de julio de 1573, pasando por la celebración del Centenario hasta nuestros días, la comunidad ha sido víctima de los intereses de la dirigencia y la burguesía local. La demarcación de límites catastrales, la expropiación, el traslado forzoso, la imposición de la propiedad privada sobre la propiedad comunitaria, fueron moneda corriente, sobre todo entre los años 1810 y 1816, donde se profundizaron las políticas de intervención con el surgimiento del Estado Argentino.

El traspaso de poder de una élite a otra, derivo en un incremento de las políticas de desalojo, materializado en un plan de expropiación contra el Pueblo de La Toma, llevado a cabo por varios dirigentes provinciales, como el Gobernador de ese entonces, Don José Javier Diáz. El plan buscaba, como indica un documento fechado en 1815, en una primera instancia establecer el importe de los terrenos, y continuaba con el exterminio de “ladrones” y “holgazanes” que no cooperaran con el progreso del estado, la quema de las “cuevas” de las “fieras”, y por último la entrega de las tierras a “manos laboriosas”.

“Barrio Alberdi” fue el nombre impuesto a partir de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, momento en el cual también fue reducido significativamente su territorio. La elección de este nombre, no fue ingenuo, como así tampoco, el nombre de sus calles, como la avenida principal que atraviesa el Bario, nombrada Avenida Colón. Nominalizaciones que dan cuenta de la perpetuación de la violencia simbólica que atenta contra la memoria colectiva.

En el 2008, irrumpió en la escena pública, la Comunidad Comechingón del Pueblo de La Toma, contradiciendo los discursos hegemónicos que afirmaban que en Córdoba no había originarixs, discurso sostenido hasta por ciertos sectores de la Universidad Nacional de Córdoba en ese entonces.

Actualmente, continua la lucha por su territorio. El 4 de agosto de 2016 entregaron una nota dirigida al Gobernador de la Provincia de Córdoba Juan Schiaretti, reclamando la restitución a la comunidad de la Casona ubicada en la calle León Pinelo. La Casona perteneció a uno de lxs últimos Curacas de la comunidad, Don Belisario Villafañe, quien la entregó en comodato al gobierno provincial para que funcione una posta policial. En 1982, ya funcionando como comisaría, fue expropiada por la última dictadura militar y hasta hace poco, era una casa abandonada.

Todos los lunes, la comunidad lleva adelante una toma simbólica del espacio. Se juntan, alrededor del abuelo algarrobo de más de 500 años, donde realizan sus rituales, y distintas actividades como radios abiertas y muraleadas para visibilizar su lucha.Y hoy se encuentran celebrando su identidad a orillas de Río Suquía y en el Antigal del Pueblo de la Toma, ubicado en el Pasaje Quevedo.

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