Eugenio Talbot Wright era estudiante de comunicación social en la UNC, conformaba la Subsecretaria de Diversidades del Ministerio de la Mujer y Diversidad de la Nación donde era delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Se desempeñaba como como periodista en medios gráficos y radiales y cubrió muchos juicios contra los delitos de lesa-humanidad en Córdoba. También fue militante de HIJOS Córdoba.

Eugenio abrazó desde temprana edad la lucha por la memoria, la verdad y la justicia al ser una víctima directa del Terrorismo de Estado. Su papá, Héctor Talbot Wright, fue militante de la organización Montoneros y responsable político de Rodolfo Walsh y participó de la Agencia de Noticias Clandestinas (ANCLA). Fue secuestrado y asesinado en la ESMA el 16 de octubre del 1976. 

"Comencé a vivir mi identidad de género en dictadura. En los 80 y 90 sufrí muchas detenciones cuando la transexualidad era penada por la ley", expresó Talbot en un post en las redes sociales del Círculo Sindical de Prensa (Cispren).

Cargó sobre su cuerpo la represión y la violencia que sistemáticamente le ejercieron por ser trans. Tanto en dictadura como en democracia, y por eso una de sus reivindicaciones fundamentales: que la memoria también sepa cómo fue la dictadura para el colectivo LGTTTBIQ. Y no sólo durante, sino también lo que dejó para los años posteriores.

A través de su participación en charlas, en sus notas y en sus publicaciones en redes sociales visibilizó de manera constante la situación de injusticia a la que son sometidas las personas travestis y trans en el país.

"Hoy a mis casi 50 años soy uno de los varones trans más viejos de Argentina (refiriéndome a los años que llevo viviendo y mostrándome como transexual) con una larga historia de violencias y luchas vividas.

50 años sin trabajo formal, pasando hambre, sin aportes jubilatorios o cobertura médica, pero con una gran necesidad de contribuir para que nuestra realidad social cambie"

Una muerte temprana que no es aislada. ¿Cuánto más tiene que suceder para que nuestra sociedad cambie? ¿Qué hacemos para que la vida sea vivible, justa y digna para todxs? No es casualidad. ¿Cuánto silencio hay frente a la precariedad que denuncian las personas trans y travestis? ¿Cuánto silencio sobre las causas que las llevan a la muerte? ¿Cuánto dura la conmoción? Porque después, todo sigue más o menos igual. Eso es lo que tiene que cambiar, justicia es que no vuelva a pasar.