Barrio Yapeyú: “Mi nieta de 13 años fue abusada por un policía y no toman la denuncia”

Desde La Garganta Poderosa denuncian violencia y abuso sexual por parte de la Policía de Córdoba a una niña de 13 años de Barrio Yapeyú. La familia realizó la denuncia en el Polo de la Mujer pero aún no han podido identificar al oficial.

Por Sandra Ponce, abuela de una niña de 13 años de Barrio Yapeyú, violentada y abusada sexualmente por la Policía de Córdoba.

Hace dos semanas que no podemos digerir lo que pasó. El 20 de abril tuve que ir al centro de la Ciudad de Córdoba para realizar algunos trámites, mientras mi marido y mis hijos estaban en casa; eran alrededor de las nueve de la mañana cuando en el barrio se empezaron a escuchar disparos y gritos ensordecedores. Uno de mis hijos salió a ver qué ocurría y notó que la puerta de la casa de mi nuera, que es nuestra vecina, estaba entreabierta y que un montón de policías empezaron a ingresar. Fue testigo de cómo requisaron a mi nieta, que tiene tan sólo 13 años y no estaba ni enterada de la persecución, le pegaron cachetadas y le tiraron gas pimienta. ¡TIENE 13 AÑOS!

Repentinamente, empezaron a golpear a todos sin motivos: rompieron los vidrios de las puertas y se llevaron a mi nieta a la Comisaría Nº36, donde vivió otro calvario, aun peor. Ahí, uno de los oficiales hizo que se desnudara, cerró la puerta de donde estaban e hizo que se sacara hasta la ropa interior. Luego se paró atrás de ella, le pasó la mano por la espalda y le repetía: “Mirá dónde te vengo a encontrar”. Y eso lo dijo porque él siempre trabaja en un puente cercano, por donde ella, mis otros nietos y otros chicos pasan para ir a la plaza de San Vicente; evidentemente, él ya la conocía.

Cuando me llamaron para avisarme de la situación, fui lo más rápido posible para saber qué había pasado. Como nunca informaron dónde se los habían llevado, pasé toda la tarde de comisaría en comisaría preguntando. A mi nieta de 13 años la tuvieron 12 horas detenida. Cuando pude hablar con ella, me dijo que estaba muy cansada y que siquiera le dieron un barbijo para evitar posibles contagios.

Toda esa tarde fue terrible para nuestra familia, y todavía nos afecta. Pudimos realizar la denuncia en el Polo de la Mujer recién a la mañana siguiente. Sin embargo, no identificaron al oficial que agredió a mi nieta, a pesar de que les habíamos llevado fotos y videos que grabamos ese día; sólo nos dijeron que “el procedimiento puede tomar años”. Ahora no podemos sacar una orden de restricción para que el policía no se le vuelva a acercar, ya que no tenemos ni su nombre ni su apellido. No quisieron hacer nada, a pesar de que mi nieta fue víctima de un abuso sexual por parte de un oficial. Es inadmisible que las Fuerzas de Seguridad abusen de menores, que se ignoren las denuncias y que no se contenga a las víctimas de estas barbaridades. Por ella y por todas, ¡debemos ponerle un freno a estas atrocidades!

Por Sandra Ponce en La Garganta Poderosa.

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