Desde AMMAR sostuvieron que la denuncia y el pedido de acompañamiento hacia el Polo de la Mujer fue inmediato y efectivo. “Sin embargo, su intervención no resuelve el problema de fondo: Necesitamos políticas públicas que nos saquen de la clandestinidad y nos protejan de la violencia sistemática que sufrimos”, advirtieron desde el sindicato.
“Por la crisis económica y social, las trabajadoras nos vemos obligadas a aceptar condiciones más riesgosas para poder subsistir, quedando expuestas a situaciones de violencia extrema como la que sufrió nuestra compañera ”, expresó a Enfant, Blanca Mendoza, prensa de AMMAR.
Es necesario reiterar que el trabajo sexual no esta tipificado como un delito, aunque la Ley de Trata de Personas no haga distinción entre trabajo sexual y trata de personas.
“En vísperas del 8M, una situación semejante nos alerta sobre la importancia del reconocimiento de nuestro sector y sobre el flagelo de la violencia de género”, expresaron en su comunicado.
El recorte de presupuesto en el sector formal de trabajo repercute de manera directa sobre el sector informal, más cuando no existe legislación que resguarde los derechos de quienes trabajan en las calles.
“Nuestra principal demanda es el reconocimiento del trabajo sexual. Exigimos un trabajo legislado que nos permita trabajar sin ser perseguidas y violentadas. No estamos pidiendo privilegios, estamos exigiendo lo básico”, concluyó Blanca.
Foto de portada: Archivo Enfant Terrible.