Del 24 al 26 de agosto se celebró la cumbre del bloque G7, conformado por los países más poderosos del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido. El temario de las principales potencias capitalistas estuvo marcada por la crisis ambiental, el cambio climático y los incendios de la Amazonia. Tras polémicos cruces mediáticos entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el socialista liberal Emmanuel Macron, el presidente brasilero rechazó la oferta del G7 de 20 millones de dólares para combatir los incendios. 

Mientras la Amazonia sigue ardiendo, ya son 10.000 focos de incendios en Brasil y el número de hectáreas quemadas aumenta a cada minuto que pasa. Las consecuencias ambientales para la humanidad en las próximas décadas son aún incalculables. Sin embargo, están ya repercutiendo en el cambio climático mundial. Hace tres días el Ministerio de Salud Pública en Uruguay emitió un comunicado ante la presencia de humo proveniente principalmente del Amazonas del lado brasileño.

Desde que las redes levantaron la noticia, Jair Bolsonaro se burló del asunto: “ahora soy Nerón incendiando el Amazonas”, declaró en una oportunidad buscando victimizarse frente a las duras criticas. Sin embargo, cuando el mandatario francés puso el ojo en la cuestión, no hubo otra opción que mirar. Macron amenazó en público con romper el acuerdo anunciado entre la Unión Europea y el Mercosur culpando a Bolsonaro por su mal proceder. La respuesta del presidente brasileño fue burlarse de su esposa, Brigitte Macron, en redes sociales.

¿Asuntos separados?

En su paso por la cumbre en Paris y después de mandar a Emmanuel Macron a “ocuparse de sus colonias” al rechazar el dinero culposo y caritativo de las potencias, Bolsonaro aun se da el lujo de llenar todo un poquito mas de humo. De vuelta en Brasil, declaró que aceptará los 20 millones de dólares ofrecidos por los países del G7 si el mandatario francés se disculpa por su actitud. ¿Es esto un conflicto personal o hay algo más? No hay una respuesta certera. 

Lo cierto es que sus decisiones están afectando aún más la precaria situación. En un documento firmado por los gobernadores de los 9 estados amazónicos, las partes sostienen que "el bloque amazónico lamenta que las posiciones del gobierno brasileño hayan provocado la suspensión de recursos”.

Se pueden ver los colmillos afilados del capital financiero de la agricultura intensiva y de los gobiernos de derecha ante el avance de los incendios. Evo Morales, quien decidió suspender su campaña electoral por el estado de emergencia, dijo a los medios esta semana: "He decidido una pausa ecológica en la zona de la Chiquitania, en lugares afectados. ¿Qué significa eso? Prohibida la venta de tierras". Una medida que evita aprovechamientos de esas tierras que el incendio las convirtió en posibles zonas de cultivo o crianza de ganado.  

Esto no es todo

En el plano regional también se extiende el humo. Este lunes, Pablo Sigismondi, reconocido geólogo y fotógrafo de la ciudad de Córdoba publicó en sus redes un video en donde muestra el avance del extractivismo frente al bosque nativo. El texto que acompaña al video reza: “Nuestra propia amazonia, en Córdoba”.

El cordobés denuncia como “las Sierras Chicas van siendo literalmente "demolidas" y/o reemplazadas por el boom inmobiliario”. Se refiere al grupo empresarial El Gran Ombú como uno de los principales responsables de que la Provincia de Córdoba posea “uno de los índices de deforestación más altos del planeta”. El humo está cruzando fronteras y no tiene buenas intenciones.