A menos de 30 días de asumir, el presidente de Perú Pedro Castillo, se enfrenta junto a su gabinete a uno de los momentos más difíciles de su trayectoria. Hoy su jefe de ministros, Guido Bellido, se someterá al voto de confianza ante el Congreso peruano, compuesto en su mayoría por la oposición derechista.

El voto de confianza, según lo estipula el artículo 130 de la Constitución peruana, redactada en 1993 por el dictador Alberto Fujimori, debe ser otorgado por mayoría simple (la mitad más 1 de los votos) para que el jefe de ministros, en este caso Bellido, continúe en su cargo junto a todo su gabinete. De lo contrario, todo el personal deberá renunciar, lo cual implicaría que Castillo rearme el gabinete entero en 72 horas.

El jefe de gabinete tendrá la oportunidad de brindar un discurso donde exprese las principales políticas que desea implementar junto a sus ministros, con el fin de sumar aprobación parlamentaria.

De los 130 congresistas, hasta ahora el oficialismo sólo tiene asegurados 58 bancas, resguardadas por PL y sus alianzas con Juntos por Perú y Acción Popular. No obstante, para la cuestión de confianza son necesarios 66 votos. Mientras tanto, el resto de las coaliciones de derecha como Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, no reconocen el triunfo electoral de Pedro Castillo y lo acusan de fraude sin pruebas, a pesar de que Fujimori ya reconoció su legitimidad como presidente.

La solicitud de Bellido al voto de confianza, se entrama en los repetidos cuestionamientos al gabinete por parte de la oposición, al cual exigen la renuncia del ministro del Interior, Juan Carrasco, de Defensa, Walter Ayala, y Trabajo, Iber Maraví. En relación a este último, el partido opositor Fuerza Popular (AP), liderado por Keiko Fujimori, lo culpa como "sospechoso no habido" de formar parte del grupo guerrillero de posición maoísta Sendero Luminoso (SL), en los años 90.

El gabinete de Castillo ya ha sufrido una baja con la renuncia obligada del excanciller de 85 años, Héctor Béjar, quien fue foco de polémica por sus dichos en contra de la Marina peruana, según él, responsable del inicio del terrorismo en el país. Béjar también estaba en la lista de blancos de la oposición, debido a su pasado guerrillero y su abierta posición comunista.

Además, Pedro Castillo afronta una caída de su imagen según las encuestas del Estudio de Institutos Peruanos (EIP), donde los resultados lanzan un 38% de aprobación hacia el mandatario de izquierda, mientras que hace un mes alcanzaba el 53%.

La tendencia hacia la desaprobación es favorecida con movilizaciones en las calles de Lima y Arequipa, las dos ciudades más urbanizadas del país, que concentran un fuerte caudal de público opositor.

En términos económicos, el panorama tampoco favorece a Castillo, ya que este año la bolsa limeña sufre una recesión del 20%, que se acumula en la crisis económica de Perú, junto a la crisis sanitaria por la pandemia.

Si obtiene la mayoría, Castillo y su gabinete verán facilitada la senda para avanzar con políticas para enfrentar la crisis económica y sanitaria, aunque no resuelve la crisis política que mantiene polarizado al país.
Caso contrario podría hablarse de la peor derrota del gobierno de izquierda en su corto mandato.

Imagen de portada: Alberto Orbegoso / Peruvian Presidency / Reuters