Con el 97% de las actas procesadas, por ahora el candidato del sombrero y el megáfono Pedro Castillo se mantiene arriba con el 50,23% de los votos, principalmente apoyado en los sectores campesinos y rurales del interior, mientras la derechista Keiko Fujimori le respira de cerca con el 49,77% según la Oficina Nacional de Procesos Electorales. Aún faltan procesar 3,20% de los votos, principalmente los del extranjero y de las zonas más rurales del Perú.

Ante la momentánea derrota, en el día de ayer la candidata por Fuerza Popular apeló al descontento del fraude denunciando "ciertas irregularidades" cometidas por Perú Libre durante el proceso de impugnaciones de actas, donde supuestamente trataban de evitar que las actas con mayor votación para Fuerza Popular sean contabilizadas.

Lo que Fujimori denunció sin pruebas concretas más que un video, en realidad no se trata de ninguna irregularidad, sino de impugnaciones solicitadas por Perú Libre, que pueden ser demandadas cuando los resultados de una mesa no son favorables para una fuerza política y el documento presenta algún tipo de desperfecto. Así los encargados del partido perjudicado pueden pedir su nulidad y en este caso la autoridad electoral tiene la última palabra.

Cabe destacar, que la segunda vuelta electoral incluyó 150 observadores internacionales. En total 99 verificaron la votación en el territorio nacional y 51 lo hicieron afuera del país. Aún no hubo denuncias importantes presentadas sobre un supuesto fraude o irregularidades sistemáticas. De hecho Rubén Ramírez, el jefe de la misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), felicitó en la tarde del lunes a Perú por una jornada pacífica el domingo e hizo hincapié en la complejidad del contexto "marcado por la pandemia y la polarización política".