Bolivia: colapso sanitario, gobierno de facto y elecciones

Luego de que la autoproclamada presidenta, Jeanine Añez, se resistiera a avanzar con las elecciones generales, finalmente promulgó la ley para que los comicios se celebren el 6 de septiembre. En medio de fuertes tensiones políticas, el gobierno de facto utiliza la pandemia como excusa para seguir tomando medidas que no combaten el riesgo sanitario

El pasado domingo la presidenta de facto de Bolivia Janine Áñez promulgó la ley para que se abran las urnas. Dicho proyecto ya había sido aprobado el 30 de abril por el Congreso que cuenta con la mayoría del Movimiento Al Socialismo (MAS). La presidenta transitoria ya había recibido críticas por postergar las elecciones que habían sido pautadas para el pasado 3 de mayo, a lo que contestó que "nunca" tuvo interés en prorrogar su gestión.

Según Página 12, un último sondeo realizado en marzo ubica al economista, Luis Arce (MAS), con el 33 por ciento de las preferencias entre el electorado, seguido de lejos por el expresidente Carlos Mesa (18,3%) y al último Jeanine Áñez (16,9%), quien había dicho que no se presentaría a elecciones.

En medio de las tensiones institucionales, Bolivia hace tres meses se encuentra en "cuarentena rígida" en buena parte del país y se registra una curva ascendente de casos de coronavirus, con 773 fallecidos y casi 25.000 contagios confirmados. Las medidas del gobierno ante la crisis sanitaria han sido eliminar los ministerios de Cultura, Deporte y Comunicación y dispuso el cierre de las Embajadas de Bolivia en Nicaragua e Irán, bajo la excusa de revisar “los gastos innecesarios” en el Estado.

El fraude de la derecha colonial

En las elecciones de noviembre del año pasado, los votos colocaban al expresidente Evo Morales Ayma en su cuarto mandato, hecho que fue considerado fraude electoral por la Organización de Estados Americanos (OEA) que través de un informe consideraba una manipulación en los comicios. Esta noticia fue el disparador para que la oposición respondiera con presencia militar en las calles y perpetuara un golpe al Estado Plurinacional, obligando a Morales a dimitir y huir del país luego de que amenazaran con quitarle la vida. Al final de la jornada, Jeanine Añez se autoproclamó presidenta interina ingresando a la Casa de Gobierno con la Biblia en lo alto, a la vez que en las calles sucedían masacres y se quemaba la Whipala.

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Posteriormente investigadores independientes del medio estadounidense The New York Times fundamentaron que el "aumento inexplicable" de votos denunciados por los datos de la OEA, tenían errores al momento de analizar los datos y eso se debió a datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas. De este modo, se habrían sacado conclusiones antes de que terminaran de revisar estos errores.

Nuevamente la arena política se prepara para que se decida a través del voto la representación institucional. Sin Evo Morales visible en el escenario y con un gobierno de derecha que aprovecha su posición para seguir vulnerando los derechos de los pueblos originarios, las próximas elecciones se vuelven claves ante la inestabilidad en que se encuentra Bolivia luego del sangriento golpe.

Casi psicólogo de la Universidad Nacional de Córdoba. Escribo y reniego. A veces hago fotos pero, no soy fotógrafo.

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